Bogotá. 19.07.93. Ser pariente cercano de uno de los 22 hombres
más ricos del mundo resultó un dudoso privilegio para hermanos,
cuñados y sobrinos del fugitivo narcotraficente Pablo Escobar, a
quienes repudiaron cuatro gobiernos de América Latina en las
últimas dos semanas.
Ni el anonimato de sus viajes ni los atuendos de turista
protegieron a dos grupos familiares de apariencia inofensiva,
estigmatizados por la nacionalidad y el apellido que, unidos,
resultan sinónimo de fortuna mal habida y violencia mortal.
Los rumores de la diáspora de los Escobar se acrecentaron a
mediados de junio y se concretaron este mes cuando autoridades de
inmigración de Chile y Costa Rica certificaron la presencia de
sendos grupos familiares de siete personas cada uno.
El primer grupo llegó a Santiago de chile asediado por amenazas
de muerte de un grupo paramilitar que se hace llamar "Los Pepes"
(perseguidos por Pablo Escobar).
Un mes después de llegar a Chile con documentos en regla, Nicolás
Escobar afirmó a la televisión que "somos perseguidos. Le tengo
miedo a la muerte y si volviera a Colombia me colocaría en
bandeja para que me pudieran matar".
Nicolás, de 23 años, es hijo de Roberto Escobar, quien es a su
vez hermano del jefe del "Cartel de Medellín" y presuntamente su
jefe de Finanzas, y está preso en la cárcel de Itaguí.
El, su esposa eliana Cadavid, su hijo Nicolás (de 18 meses), su
madre Lilla Urquijo de Escobar y su tío Nicolás Urquijo, su
cuñado Juan Cadavid y Laura Escobar, deberían salir de Chile
antes del día 10.
"No se trata de una medida Arbitraria e injusta sino de una
acción conveniente y útil para el país", dijo el ministro del
Interior chileno,Enrique Kraus, al ratificar la decisión. Los
argumentos sonla peligrosidad que representan los Escobar como
carnada de los Pepes y el origen delictivo de su fortuna.
Al respecto, la Fiscalái colombiana remitió a Chile documentos
que prueban la inexistencia de atnecedentes judiciales del grupo,
y el abogado chileno que defiende a la familia, humberto Neumann,
dijo quela expulsión es "totalmente injusta". Sin embargo, en el
vecindario donde los Escobar residen por un alquiler de 90
dólares diarios, arreciaron quejas, en expresión de
"narcoxenofobia", como ha dicho alguna prensa.
La inminencia de un fallo que ratificara la decisión chilena de
expulsar a los Escobar suscitó otros dos pronunciamientos de
países fronterizos.
En Argentina, el secretario de Lucha contra el Narcotráfico,
alberto Lestelle, dijo que no se permitirá a los Escobar
permanecer en el país "ni por un minuto".
"Ese dinero que traen está teñido por la sangre de los miles de
jóvenes quehan muerto debido al veneno que ellos venden", dijo el
funcionario tras conocer una breve estada de los colombianos en
la provincia argentina de Mendoza.
En Perú, funcionarios de los puestos judiciales dela frontera con
Chile y del aeropuerto de Lima recibieron orden de impedir el
probable ingreso de los Escobar.
En tanto, funcionarios de los puestos policiales de la frontera
con Chile y del aeropuerto de Lima recibieron orden de impedir el
probable ingreso de los Escobar.
En tanto, al otro lado del continente, en las tranquilas playas
de la costa pacífica de Costa Rica, otro grupo de siete parientes
de Pablo Escobar intentaba pasar inadvertido.
Con visas de turista vigentes por 30 días y procedentes de Panamá
llegaron a Costa Rica, el 26 de junio, Argemiro Escobar y su hijo
menor Pablo,FranciscoArteaga y su esposa María Escobar, y sus
hijos menores Leonardo, Sarita y María Luz.
El grupo aparecía representado por Juan Carlos Martínez, de
ocupación ganadero y quien canceló las cuentas de gastos. Las
"vacaciones" de los cuatro niños y sus padres se interrumpieron
cuando el ministro de Seguridad, Luis Fishamn, dijo que el grupo
"no es bienvenido a Costa Rica".
Diecisiete días antes de que vencieran sus visas, los Escobar
atendieron una "solicitud expresa" de abandonar el país, "los
niños se asutaron un poquito", según informó el propio Fishman.
En un azaroso viaje por la isla de San Andrés, camuflados en un
furgón para evitar "cualquier atentado" entre el aeropuerto y el
hotel donde pasaron una noche, los dos hermanos de Escobar y sus
hijos están de nuevo en Medellín.
El retorno fue mal presagio. La noche que el grupo retornó de
Costa Rica, Salomón Lozano, uno de los abogados de Pablo y
Roberto Escobar, fue asesinado en el centro de Medellín, de 26
impactos de metralleta, al parecer por el grupo Los Pepes.
Ahora varios organismos de derechos humanos empiezan a estudiar
como tipificar la diáspora de los Escobar. "Las expulsiones de
familiares de un delincuente son una arbitrariedad de los
estados", afirmó a IPS Jesús Aníbal Suárez, miembro de la
Comisión permanente por la Defensa de los Derechos Humanos.
Otros opinan que "aunque dolorosa la situación, sobre todo para
niños inocentes, es el precio del maldito negocio de la droga",
como comentó a IPS una anciana de Medellín. (IPS)
más ricos del mundo resultó un dudoso privilegio para hermanos,
cuñados y sobrinos del fugitivo narcotraficente Pablo Escobar, a
quienes repudiaron cuatro gobiernos de América Latina en las
últimas dos semanas.
Ni el anonimato de sus viajes ni los atuendos de turista
protegieron a dos grupos familiares de apariencia inofensiva,
estigmatizados por la nacionalidad y el apellido que, unidos,
resultan sinónimo de fortuna mal habida y violencia mortal.
Los rumores de la diáspora de los Escobar se acrecentaron a
mediados de junio y se concretaron este mes cuando autoridades de
inmigración de Chile y Costa Rica certificaron la presencia de
sendos grupos familiares de siete personas cada uno.
El primer grupo llegó a Santiago de chile asediado por amenazas
de muerte de un grupo paramilitar que se hace llamar "Los Pepes"
(perseguidos por Pablo Escobar).
Un mes después de llegar a Chile con documentos en regla, Nicolás
Escobar afirmó a la televisión que "somos perseguidos. Le tengo
miedo a la muerte y si volviera a Colombia me colocaría en
bandeja para que me pudieran matar".
Nicolás, de 23 años, es hijo de Roberto Escobar, quien es a su
vez hermano del jefe del "Cartel de Medellín" y presuntamente su
jefe de Finanzas, y está preso en la cárcel de Itaguí.
El, su esposa eliana Cadavid, su hijo Nicolás (de 18 meses), su
madre Lilla Urquijo de Escobar y su tío Nicolás Urquijo, su
cuñado Juan Cadavid y Laura Escobar, deberían salir de Chile
antes del día 10.
"No se trata de una medida Arbitraria e injusta sino de una
acción conveniente y útil para el país", dijo el ministro del
Interior chileno,Enrique Kraus, al ratificar la decisión. Los
argumentos sonla peligrosidad que representan los Escobar como
carnada de los Pepes y el origen delictivo de su fortuna.
Al respecto, la Fiscalái colombiana remitió a Chile documentos
que prueban la inexistencia de atnecedentes judiciales del grupo,
y el abogado chileno que defiende a la familia, humberto Neumann,
dijo quela expulsión es "totalmente injusta". Sin embargo, en el
vecindario donde los Escobar residen por un alquiler de 90
dólares diarios, arreciaron quejas, en expresión de
"narcoxenofobia", como ha dicho alguna prensa.
La inminencia de un fallo que ratificara la decisión chilena de
expulsar a los Escobar suscitó otros dos pronunciamientos de
países fronterizos.
En Argentina, el secretario de Lucha contra el Narcotráfico,
alberto Lestelle, dijo que no se permitirá a los Escobar
permanecer en el país "ni por un minuto".
"Ese dinero que traen está teñido por la sangre de los miles de
jóvenes quehan muerto debido al veneno que ellos venden", dijo el
funcionario tras conocer una breve estada de los colombianos en
la provincia argentina de Mendoza.
En Perú, funcionarios de los puestos judiciales dela frontera con
Chile y del aeropuerto de Lima recibieron orden de impedir el
probable ingreso de los Escobar.
En tanto, funcionarios de los puestos policiales de la frontera
con Chile y del aeropuerto de Lima recibieron orden de impedir el
probable ingreso de los Escobar.
En tanto, al otro lado del continente, en las tranquilas playas
de la costa pacífica de Costa Rica, otro grupo de siete parientes
de Pablo Escobar intentaba pasar inadvertido.
Con visas de turista vigentes por 30 días y procedentes de Panamá
llegaron a Costa Rica, el 26 de junio, Argemiro Escobar y su hijo
menor Pablo,FranciscoArteaga y su esposa María Escobar, y sus
hijos menores Leonardo, Sarita y María Luz.
El grupo aparecía representado por Juan Carlos Martínez, de
ocupación ganadero y quien canceló las cuentas de gastos. Las
"vacaciones" de los cuatro niños y sus padres se interrumpieron
cuando el ministro de Seguridad, Luis Fishamn, dijo que el grupo
"no es bienvenido a Costa Rica".
Diecisiete días antes de que vencieran sus visas, los Escobar
atendieron una "solicitud expresa" de abandonar el país, "los
niños se asutaron un poquito", según informó el propio Fishman.
En un azaroso viaje por la isla de San Andrés, camuflados en un
furgón para evitar "cualquier atentado" entre el aeropuerto y el
hotel donde pasaron una noche, los dos hermanos de Escobar y sus
hijos están de nuevo en Medellín.
El retorno fue mal presagio. La noche que el grupo retornó de
Costa Rica, Salomón Lozano, uno de los abogados de Pablo y
Roberto Escobar, fue asesinado en el centro de Medellín, de 26
impactos de metralleta, al parecer por el grupo Los Pepes.
Ahora varios organismos de derechos humanos empiezan a estudiar
como tipificar la diáspora de los Escobar. "Las expulsiones de
familiares de un delincuente son una arbitrariedad de los
estados", afirmó a IPS Jesús Aníbal Suárez, miembro de la
Comisión permanente por la Defensa de los Derechos Humanos.
Otros opinan que "aunque dolorosa la situación, sobre todo para
niños inocentes, es el precio del maldito negocio de la droga",
como comentó a IPS una anciana de Medellín. (IPS)
Más en el