A 20 años de crímenes políticos

Los hijos de las víctimas de la violencia se organizan para ser actores gravitantes de la política y la sociedad colombiana

BOGOTÁ. Colombia conmemoró el 18 de agosto pasado dos décadas del asesinato de Luis Carlos Galán, quien era una importante figura del Partido Liberal y firme candidato a ocupar la Casa de Nariño, cede del Gobierno de Colombia.

La noche del 19 de agosto de 1989, Galán había dado unos pasos sobre una tarima en la localidad de Soacha, Cundinamarca, donde se dirigiría a sus partidarios, cuando las ráfagas de varias armas acabaron con su vida. Así, se concretó un asesinato del que 20 años después no se ha podido determinar quienes fueron sus autores, aunque todo apunta a que fue ordenado por el extinto jefe del cartel de Medellín, Pablo Escobar.

Galán fue abogado, periodista y en 1969 fue nombrado ministro de Educación, con apenas 26 años. Entre sus planteamientos políticos estaban la reforma Constitucional que estableció, entre otras cosas, que la soberanía reside en el pueblo y no en la nación e institucionalizó los partidos políticos.

Con la muerte del político quedó enterrada en Colombia una generación de líderes que buscaron cambiar al país, señala la revista colombiana Semana. Durante ese violento año, junto a Galán murieron en diferentes ofensivas del crimen organizado varios colombianos como el Policía Franklin Quintero, quien luchó contra el cartel de Medellín, el líder de izquierda José Antequera y el periodista Enrique Pulido. Cinco años antes, las balas dieron cuenta del entonces ministro de Justicia, Rodrigo Lara, quien combatió sin al grupo de Escobar.

Todo este panorama hizo pensar que el país se había sumido en un túnel profundo del que no podría salir. Sin embargo, señala la revista, las muertes de esta generación de líderes, "que fue herida antes de lograr el cambio", provocó un despertar en la sociedad que a gritos pidió una reforma institucional y logró que muchos violentos dejaran las armas.

La nueva generación

Cuando Rodrigo Lara, ministro de Justicia de Colombia, fue asesinado, su hijo Rodrigo tenía apenas 8 años. Él sabía que su padre era importante "porque aparecía en la televisión" y su muerte le causó una profunda herida.

Rodrigo y su familia se refugió en Europa, pero cumplida la mayoría de edad pensó: si volver a Colombia e incidir en el destino de su país, o dedicarse a sus labores privadas. Se decidió por lo primero.

Lara, quien ha sido catedrático y actualmente es senador, considera que hombres como su padre "evitaron que el territorio colombiano se convirtiera en narcoestado". Paradójicamente, debido a su cargo en el Senado, ha tenido que entrevistarse con varios paramilitares encarcelados para tratar de encontrar la génesis de la época trágica de Colombia que es la suya misma, señala Semana.

Pero el senador no se ha limitado a investigar la muerte de su progenitor, sino que busca soluciones a un país en el que por años la sombra de la impunidad y el olvido se ha tendido sobre las víctimas de la violencia.

Los mismo piensa José Antequera, de 25 años, hijo del prometedor líder de izquierda del mismo nombre. En marzo pasado prescribió la acción penal sobre el crimen de su padre sin establecer responsabilidades.

Durante años a José no le interesó la política, sobre todo porque él y su familia "no confiaban en la Justicia". Pero luego asumió que lo que pasó con su padre también le sucedió a toda una generación y decidió unirse al movimiento de víctimas de la violencia en Colombia, "para que crímenes como los de mi padre no vuelva a repetirse jamás".

A José la pasa lo que a otros; se parece tanto físicamente a su papá que los viejos amigos le dicen que tiene la obligación de recoger las banderas del líder de la izquierda pacífica.

Cosa parecida le sucede a Claudio Galán, segundo hijo de Luis Carlos, cuyo rostro recuerda en detalle al dirigente liberal. Durante años los Galán se excluyeron del proceso judicial que investigaba la muerte de su padre. En 1990 la justicia declaró cerrado el caso y se limitó a decir: "Escobar fue el autor intelectual de la parte material". Claudio, junto a sus dos hermanos, consideran que Escobar fue una parte del engranaje de muerte que operó por años en Colombia, asevera la revista.

"Que no se engañe al país", pide el hijo del político quien junto a su familia viene luchando para que se revele quienes desde el poder y la política conspiraron para frenar la carrera hacia la presidencia de su padre. (EFE-CRR)

Otros mártires

  • El 22 de marzo de 1990 un sicario mató al candidato presidencial Bernardo Jaramillo. Carlos Castaño ordenó el crimen.

  • El 26 DE ABRIL de 1990 el avión en el que viajaba Carlos Pizarro fue baleado. Pizarro lideró un mes antes la desmovilización del M-19.

  • Ese mismo año, la periodistas Diana Turbay fue secuestrada por Pablo Escobar. Tras cinco meses de cautiverio, fue asesinada.

  • En 1994, el escolta de un poderoso hacendado mató al futbolista Andrés Escobar, quien hizo un autogol en el Mundial de fútbol de los EEUU

  • El 13 DE AGOSTO de 1999, toda Colombia perdió la risa tras el asesinato del reconocido humorista político Jaime Garzón Forero.


Ex jefe del DAS, en la mira

Las investigaciones por el asesinato del líder liberal Luis Carlos Galán dieron un giro inesperado la semana pasada, una vez que la Fiscalía de Colombia ordenara la captura del entonces el jefe del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS, inteligencia estatal), el general retirado de la Policía Miguel Maza Márquez. Fuentes de la Fiscalía explicaron que la orden contra Maza (quien ya se entregó a la Justicia) fue impartida por haber incurrido presuntamente en el delito de homicidio con agravante. Según las investigaciones, el hecho que hace sospechar sobre el irregular accionar del general es que ordenó, horas antes del crimen, un sorpresivo cambio en la escolta de Galán.

Algo que no está del todo claro, pese a las múltiples acusaciones, es qué narcotraficantes del desarticulado cartel de Medellín atendieron la petición de los investigadores para perpetrar el asesinato. Entre los que habrían figurado se encuentran incluso compañeros de escaño parlamentario y del mismo partido del liberal. Por su parte, el ex presidente de Colombia y hombre cercano a Galán, César Gaviria, aseguró al diario caleño El País que no cree que haya sido el líder liberal quien pidió el cambio de su escolta, como afirma el general Maza, y reveló que los EEUU perdieron la confianza en el ex jefe de la DAS porque era "un hombre muy cercano al cartel de Cali". (EFE-CRR)
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