Quito. 14.01.95. Los bachilleres técnicos están bajo la lupa.
La formación que reciben en los planteles del nivel medio está
divorciada de la oferta y la demanda laboral del mundo
productivo.
En el país existen 2.551 colegios, de ellos 693 son técnicos.
El futuro es desalentador.
De los egresados de los colegios técnicos apenas un 10 por
ciento continúan con sus estudios universitarios y menos del
15 por ciento se vinculan al trabajo en aquellas
especialidades técnicas que les preparó el Estado con una
altísima inversión. En 1994 el país gastó por cada estudiante
564 mil 743 sucres.
Son 140.584 estudiantes técnicos que requieren atención. Todas
las metas propuestas por los alumnos al iniciar el primer
curso de colegio no se cumplen al finalizar el bachillerato.
Los conocimientos adquiridos en sus planteles no se igualan
con los que poseen algunas empresas que trabajan con
tecnología moderna. De ahí el desfase.
El 32 por ciento de los graduados agropecuarios y el 37 por
ciento de los industriales se encuentran desarrollando
trabajos en relación con sus estudios en sus colegios. A nivel
nacional, el 74 por ciento de los graduados en agropecuaria y
el 45 por ciento de los bachilleres industriales, realizan
estudios superiores que tienen relación con su especialidad.
El crecimiento poblacional estudiantil en el ciclo
diversificado se produce en el período 1978-1984, que mostró
un aumento del 54 por ciento, según datos del Instituto de
Investigaciones Socio-económicas y Tecnológicas (Insotec).
Al inicio de la industrialización, la educación técnica se
fortaleció.
A la vuelta de los años se advierte que la tasa de crecimiento
de la matrícula técnica creció en forma sostenida en contraste
con la de la Ciencias Sociales. Así, en el periodo 78-84 las
áreas técnicas correspondientes a Comercio y Administración,
Agropecuario y Formación Industrial, fueron las preferidas por
los estudiantes (11.4 por ciento). Las ciencias tuvieron menor
acogida (7.6 por ciento).
Es evidente, dice el estudio de Insotec, que el aporte de la
educación técnica al desarrollo es relativo si se toma en
cuenta que el 92 por ciento de potenciales mandos medios debe
buscar empleo en el sector de servicios, el cual acusa índices
de subempleo.
El aporte de formación en las ramas vinculadas con la
producción es de apenas un 8.2 por ciento del total de
egresados. La problemática subsiste.
Una investigación del Ministerio de Educación detecta
desajustes de cantidad y calidad en relación con la necesidad
del mundo del trabajo. Concluye que las dificultades por las
que atraviesa la educación técnica se deben a tres factores:
excesiva expansión, débil planificación curricular y escasa
coordinación con el mundo del trabajo.
El problema -según el estudio- es que el graduado opta por
alternativas laborables distintas a la de su especialización y
preferentemente por estudios superiores, pues solo el 10 por
ciento de egresados de los colegios técnicos consigue empleo
en su especialización y el 80 por ciento prosigue sus
estudios.
El 58 por ciento de los graduados, especialmente de área
industrial, lo absorbe la empresa privada.
Uno de los factores que impiden poner en práctica lo que
aprendió es el salario. Apenas alcanza 1.2 salarios mínimos
vitales. La baja remuneración justifica el uso de estrategias
que le permitan mejorar su sueldo. Por un lado, presionado al
ingreso a la Universidad, por otro, emprendiendo trabajos
propios.
La otra cara de la medalla es la del Colegio Central Técnico,
en Quito. Con una capacidad para 750 estudiantes el plantel
cuenta con 4.000. Debido a la gran demanda de estudiantes,
3.000 por año.
El colegio vive desde hace 40 años un retroceso tecnológico.
En los talleres de mecánica automotriz, por ejemplo, los
alumnos practican con motores marca GMC del año 1956. La falta
de maquinaria moderna, es uno de los problemas más graves. "De
ahí el desfase de conocimientos", justifica el rector del
colegio Raúl Portilla.
El exiguo presupuesto del colegio (180 millones de sucres
mensuales) no permite adquirir equipos adecuados. La mayor
parte del dinero se va en pagos de salarios de 220 maestros.
Del colegio sale mano de obra calificada, pero por el
retroceso tecnológico de la institución los egresados, muchas
veces, se dan con la puerta en la cara.
50 ELEFANTES BLANCOS
La falta de atención al desarrollo de las ramas técnicas
preocupa mucho. El ministro de Educación, Fausto Segovia,
opina que no habrá modernización sino hay una buena educación,
y reconoce, con pesar, que existe un divorcio entre la
educación y el trabajo.
El Estado ha realizado inversiones millonarias en educación
técnica, para el equipamiento y construcción de más de 50
establecimientos que son verdaderos elefantes blancos",
sostiene. "Hubiese sido mejor para el país enviar a un número
determinado de estudiantes a una universidad de Harvard
(Estados Unidos) y devolverles después de cinco años de
estudio, que mantener monstruosas estructuras sin capacidad
efectiva y sin resultados".
Raúl Vallejo, ex ministro de Educación, coincide con Segovia.
Sin embargo, cree que es necesario fortalecer la capacidad de
gestión de los colegios técnicos y equiparlos con tecnología
moderna.
"Se crean colegios técnicos pero no se capacita a los
maestros". El es partidario de que en el país no se construya
una aula más. "La infraestructura se ha deteriorado y ha
crecido de forma anárquica".
Víctor Hugo Olalla, vicerrector de la Universidad Central,
advierte que mientras no exista en el país una política de
desarrollo industrial, no tiene sentido la proliferación de
planteles técnicos del nivel medio que fabriquen bachilleres
para la desocupación.
Pero hay alternativas. Fausto Segovia se propone convertir a
los colegios técnicos en empresas educativas autogestionadas
con la participación de la industria privada. Uno de los
mecanismos es ampliar el sistema de educación dual. Es decir,
dos días académicos en las aulas y tres días en la práctica.
ASI ESTA LA EDUCACION TECNICA
N. DE COLEGIOS TECNICOS
693
304 43,8% COMERCIO Y ADMINISTRACION
238 34,4% AGROPECUARIOS
151 21,7% INDUSTRIAS
N. DE ALUMNOS EN 284 COLEGIOS TECNICOS
15% ENTRE 7 Y 20 ALUMNOS
50% ENTRE 20 Y 40 ALUMNOS
35% MAS DE 40 ALUMNOS
GRADUADOS
EL 4% DE AGROPECUARIOS TRABAJAN Y ESTUDIAN
EL 9% DE INDUSTRIALES NO TRABAJAN NI ESTUDIAN
EL 18% DE INDUASTRIALES ESTUDIAN
EL 27% DE AGROPECUARIOS NO TRABAJAN NI ESTUDIAN
EL 23% DE AGROPECUARIOS ESTUDIAN
EL 46% DE LOS GRADUADOS AGROPECUARIOS TRABAJAN
EL 60% DE LOS GRADUADOS INDUSTRIALES TRABAJAN
(Fuente: Ministerio de Educacion)
(Fuente: Texto tomado de EL COMERCIO, P. B-5)
La formación que reciben en los planteles del nivel medio está
divorciada de la oferta y la demanda laboral del mundo
productivo.
En el país existen 2.551 colegios, de ellos 693 son técnicos.
El futuro es desalentador.
De los egresados de los colegios técnicos apenas un 10 por
ciento continúan con sus estudios universitarios y menos del
15 por ciento se vinculan al trabajo en aquellas
especialidades técnicas que les preparó el Estado con una
altísima inversión. En 1994 el país gastó por cada estudiante
564 mil 743 sucres.
Son 140.584 estudiantes técnicos que requieren atención. Todas
las metas propuestas por los alumnos al iniciar el primer
curso de colegio no se cumplen al finalizar el bachillerato.
Los conocimientos adquiridos en sus planteles no se igualan
con los que poseen algunas empresas que trabajan con
tecnología moderna. De ahí el desfase.
El 32 por ciento de los graduados agropecuarios y el 37 por
ciento de los industriales se encuentran desarrollando
trabajos en relación con sus estudios en sus colegios. A nivel
nacional, el 74 por ciento de los graduados en agropecuaria y
el 45 por ciento de los bachilleres industriales, realizan
estudios superiores que tienen relación con su especialidad.
El crecimiento poblacional estudiantil en el ciclo
diversificado se produce en el período 1978-1984, que mostró
un aumento del 54 por ciento, según datos del Instituto de
Investigaciones Socio-económicas y Tecnológicas (Insotec).
Al inicio de la industrialización, la educación técnica se
fortaleció.
A la vuelta de los años se advierte que la tasa de crecimiento
de la matrícula técnica creció en forma sostenida en contraste
con la de la Ciencias Sociales. Así, en el periodo 78-84 las
áreas técnicas correspondientes a Comercio y Administración,
Agropecuario y Formación Industrial, fueron las preferidas por
los estudiantes (11.4 por ciento). Las ciencias tuvieron menor
acogida (7.6 por ciento).
Es evidente, dice el estudio de Insotec, que el aporte de la
educación técnica al desarrollo es relativo si se toma en
cuenta que el 92 por ciento de potenciales mandos medios debe
buscar empleo en el sector de servicios, el cual acusa índices
de subempleo.
El aporte de formación en las ramas vinculadas con la
producción es de apenas un 8.2 por ciento del total de
egresados. La problemática subsiste.
Una investigación del Ministerio de Educación detecta
desajustes de cantidad y calidad en relación con la necesidad
del mundo del trabajo. Concluye que las dificultades por las
que atraviesa la educación técnica se deben a tres factores:
excesiva expansión, débil planificación curricular y escasa
coordinación con el mundo del trabajo.
El problema -según el estudio- es que el graduado opta por
alternativas laborables distintas a la de su especialización y
preferentemente por estudios superiores, pues solo el 10 por
ciento de egresados de los colegios técnicos consigue empleo
en su especialización y el 80 por ciento prosigue sus
estudios.
El 58 por ciento de los graduados, especialmente de área
industrial, lo absorbe la empresa privada.
Uno de los factores que impiden poner en práctica lo que
aprendió es el salario. Apenas alcanza 1.2 salarios mínimos
vitales. La baja remuneración justifica el uso de estrategias
que le permitan mejorar su sueldo. Por un lado, presionado al
ingreso a la Universidad, por otro, emprendiendo trabajos
propios.
La otra cara de la medalla es la del Colegio Central Técnico,
en Quito. Con una capacidad para 750 estudiantes el plantel
cuenta con 4.000. Debido a la gran demanda de estudiantes,
3.000 por año.
El colegio vive desde hace 40 años un retroceso tecnológico.
En los talleres de mecánica automotriz, por ejemplo, los
alumnos practican con motores marca GMC del año 1956. La falta
de maquinaria moderna, es uno de los problemas más graves. "De
ahí el desfase de conocimientos", justifica el rector del
colegio Raúl Portilla.
El exiguo presupuesto del colegio (180 millones de sucres
mensuales) no permite adquirir equipos adecuados. La mayor
parte del dinero se va en pagos de salarios de 220 maestros.
Del colegio sale mano de obra calificada, pero por el
retroceso tecnológico de la institución los egresados, muchas
veces, se dan con la puerta en la cara.
50 ELEFANTES BLANCOS
La falta de atención al desarrollo de las ramas técnicas
preocupa mucho. El ministro de Educación, Fausto Segovia,
opina que no habrá modernización sino hay una buena educación,
y reconoce, con pesar, que existe un divorcio entre la
educación y el trabajo.
El Estado ha realizado inversiones millonarias en educación
técnica, para el equipamiento y construcción de más de 50
establecimientos que son verdaderos elefantes blancos",
sostiene. "Hubiese sido mejor para el país enviar a un número
determinado de estudiantes a una universidad de Harvard
(Estados Unidos) y devolverles después de cinco años de
estudio, que mantener monstruosas estructuras sin capacidad
efectiva y sin resultados".
Raúl Vallejo, ex ministro de Educación, coincide con Segovia.
Sin embargo, cree que es necesario fortalecer la capacidad de
gestión de los colegios técnicos y equiparlos con tecnología
moderna.
"Se crean colegios técnicos pero no se capacita a los
maestros". El es partidario de que en el país no se construya
una aula más. "La infraestructura se ha deteriorado y ha
crecido de forma anárquica".
Víctor Hugo Olalla, vicerrector de la Universidad Central,
advierte que mientras no exista en el país una política de
desarrollo industrial, no tiene sentido la proliferación de
planteles técnicos del nivel medio que fabriquen bachilleres
para la desocupación.
Pero hay alternativas. Fausto Segovia se propone convertir a
los colegios técnicos en empresas educativas autogestionadas
con la participación de la industria privada. Uno de los
mecanismos es ampliar el sistema de educación dual. Es decir,
dos días académicos en las aulas y tres días en la práctica.
ASI ESTA LA EDUCACION TECNICA
N. DE COLEGIOS TECNICOS
693
304 43,8% COMERCIO Y ADMINISTRACION
238 34,4% AGROPECUARIOS
151 21,7% INDUSTRIAS
N. DE ALUMNOS EN 284 COLEGIOS TECNICOS
15% ENTRE 7 Y 20 ALUMNOS
50% ENTRE 20 Y 40 ALUMNOS
35% MAS DE 40 ALUMNOS
GRADUADOS
EL 4% DE AGROPECUARIOS TRABAJAN Y ESTUDIAN
EL 9% DE INDUSTRIALES NO TRABAJAN NI ESTUDIAN
EL 18% DE INDUASTRIALES ESTUDIAN
EL 27% DE AGROPECUARIOS NO TRABAJAN NI ESTUDIAN
EL 23% DE AGROPECUARIOS ESTUDIAN
EL 46% DE LOS GRADUADOS AGROPECUARIOS TRABAJAN
EL 60% DE LOS GRADUADOS INDUSTRIALES TRABAJAN
(Fuente: Ministerio de Educacion)
(Fuente: Texto tomado de EL COMERCIO, P. B-5)
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