El estado de salud del presidente Fidel Castro era ayer un misterio que mantenía en vilo a los cubanos y a buena parte de la comunidad internacional, luego de que cediera sorpresivamente el poder a su hermano Raúl tras una operación intestinal de emergencia.

Castro, quien cumplirá 80 años el 13 de agosto, anunció a través de un comunicado el lunes por la noche que transfería temporalmente el poder mientras se recuperaba de una “compleja operación” para frenar una “crisis intestinal aguda con sangramiento sostenido”.

Todas las miradas están ahora sobre Raúl Castro, de 75 años, el general de mayor rango del ejército cubano percibido por los cubanos como un hombre menos carismático pero más pragmático que su hermano.

Según médicos, para un hombre de casi 80 años cualquier operación instestinal es delicada, aunque la falta de información sobre de qué clase de dolencia se trata impide realizar un diagnóstico. Pese a la incertidumbre, La Habana despertó en calma.

“Es un día normal y corriente. Estamos todos preocupados por él, pero sabemos que no habrán sobresaltos.

La vida continúa”, dijo Miguel, un ingeniero jubilado de 62 años en el barrio de Marianao. Muchos otros estaban inquietos. “Necesitamos saber en qué estado de salud está exactamente”, dijo una anciana.

Castro fue visto por última vez en público el 26 de julio, cuando viajó a las provincias de Granma y Holguín para celebrar el 53 aniversario del asalto al cuartel de Moncada con dos discursos por un total de 5 horas. Dijo, bromeando, que no pensaba gobernar hasta los 100 años.

Ayer, en otro comunicado leído por televisión, Castro anunció que se encuentra “estable” y de “buen ánimo”, pero que la evolución de su salud necesita del “transcurso del tiempo”, de varias semanas se dijo el lunes.

“Lo más que podría decir es que la situación se mantendrá estable en muchos días, antes de poder dar un veredicto”, señaló la nota.

“No puedo inventar noticias buenas, porque no sería ético y si las noticias fueran malas el único que va a sacar provecho es el enemigo.

En la situación específica de Cuba, debido a los planes del imperio, mi estado de salud se convierte en un secreto de Estado”, manifestó Castro en el mensaje.

Los gobiernos de distintas partes del mundo reaccionaron con deseos muy variados: desde la recuperación del líder a que esto sea el principio de una transición democrática en la isla.

La Casa Blanca aseguró que no tiene planes de acercarse al régimen. Sin embargo, las presiones comenzaban. El líder de la minoría demócrata en el Senado, Harry Reid, llamó al presidente George W. Bush a elaborar “un verdadero plan” a fin de ayudar a los cubanos a conseguir “la libertad que merecen”.

Mientras, el secretario de Comercio, Carlos Gutiérrez, dijo que ha llegado el momento para “una verdadera transición” democrática en Cuba.

“Fidel, peleará siempre hasta el último instante”, declaró el presidente del parlamento cubano, Ricardo Alarcón, ante rumores de una eventual muerte del líder comunista.
Desde La Paz, el presidente Evo Morales envió sus deseos de recuperación a su “hermano”.

“Ecuador hace votos por su pronta recuperación ”, declaró el canciller Francisco Carrión.

El Alto representante para la política exterior y de seguridad de la Unión Europea, Javier Solana, aconsejó
“serenidad” y expresó su esperanza en una transición “aceptable y correcta”.

el aliado y el enemigo

Recuperación de Fidel avanza, dice Venezuela
El proceso de recuperación de Castro “avanza positivamente”, informó la cancillería venezolana citando informaciones provenientes de las autoridades cubanas.

“Con mi corazón deseo que Castro se recupere rápidamente”, declaró el presidente Hugo Chávez en Vietnam. Tras ello, levantó su puño y gritó “¡Larga vida a Fidel Castro!”.

EE.UU. no variará su política hacia la isla
No hay planes de que EE.UU. busque acercarse a la isla. “La imposición de Raúl Castro es una continua negación del derecho del pueblo cubano de elegir libremente quién los va a liderar”, dijo ayer el portavoz del Departamento de Estado, Eric Watnik. “La política de EE.UU. sigue igual”, dijo. El embargo de EE.UU. a Cuba ya dura 40 años.

Los médicos barajan hipótesis sobre enfermedad
Cáncer de colon, una hernia intestinal o una anomalía vascular podrían ser algunas de las causas de la crisis intestinal aguda con hemorragia sostenida que sufre Castro, según los gastroenterólogos Gilles Lesur, del hospital Ambroise Paré de París, e Yves Benhamou, del hospital La Pitié Salpêtrière.

Benhamou cree que la razón principal por la que sangra de forma aguda es un tumor, que sería “más bien maligno que benigno.

Coinciden en que, en el caso de un cáncer de colon, no se practica una operación de urgencia por una hemorragia, sino de forma programada.

Para el médico español José Luis Calleja, la cirugía de Castro, es un “remedio drástico”.

Según él, este sufrió “una hemorragia no controlable, por la presencia de una úlcera sangrante que no ha respondido a un tratamiento conservador” y que lo obligó a ir por el quirófano.

En Guayaquil Escepticismo ante cambios y alegría

Al igual que en el orbe internacional, la noticia de que Fidel delegó temporalmente el poder generó opiniones divididas en Guayaquil entre cubanos residentes aquí, 452 según la Embajada.

La conductora de televisión Mariaca Valdez se confesó feliz. “Ese asesino, lo que me da pena es que no se muera con una enfermedad larga y dolorosa.

Tanto tiempo haciendo sufrir al pueblo. Raúl Castro no va a durar como presidente. En el exilio se están organizando”, dijo, mostrándose anhelate de un cambio.

Joel Alleguez, del grupo “Alleguez Son”, se mostró, en cambio, escéptico.“Lo ideal sería que haya un cambio radical, pero según creo el sistema se va a mantener.

No creo que esto (la cesión) sea un ensayo para la transición. Si lo comunicaron es porque realmente la cosa podría ser incluso más seria de lo que realmente están diciendo”, señaló el músico sobre la enfermedad de Fidel.

Castro también tiene aquí simpatizantes. Héctor Ferrán, de 41 años, residente desde hace 12 aquí, asegura que las cosas en su país no son tan malas.

“Yo tengo un título de ingeniería en aviación que me lo dio el gobierno de mi país”, dijo Ferrán, quien labora en el restaurante Caribe.

Sobre la enfermedad del gobernante, dice que
“biológicamente eso tiene que suceder. Pero ahora, no creo que se vaya definitivamente”.

desde miami
Para cubanos exiliados, Fidel ha muerto
Angélica Willard, corresponsal en Miami, (Efe, Afp)

Un hombre celebra anticipadamente la muerte de Castro afuera del restaurante Versalles, epicentro del exilio cubano en Miami.

El pueblo cubano en el exilio en Miami se lanzó a las calles anteanoche y ayer para celebrar la noticia del traspaso de mando en la isla.

Muñecos emulando la amistad de Hugo Chávez y Fidel Castro, ataúdes y pancartas anunciando su muerte, reflejaron el sentir de los cubanos.

La celebración se dio en la popular Calle 8, afuera del restaurante Versalles o La Carreta, centros de reunión por años de los exiliados.

“No sabemos si Fidel Castro está vivo o muerto”, dijo el comisionado Javier Souto, popular activista político. Marina Vargas, una cubana que reside en Miami desde hace 28 años, estaba convencida de que “Fidel ya murió y no quieren declararlo todavía”.

La opinión de Miguel Saavedra, presidente de la organización Vigilia Mambisa, resultó igual de rotunda: “Castro ha desaparecido y ayer fue el día más importante para todos los cubanos del mundo”.

Entre ciudadanos, activistas y políticos reina la sensación de que la transferencia de mando marca “el principio del fin” del régimen cubano, y los grupos del exilio comenzaron ayer a coordinarse para impulsar una eventual transición democrática.

“Estamos viendo, quizá por primera vez, que todo el exilio está motivado por la oportunidad histórica de llevar a cabo el sueño de 50 años de lucha de devolverles la libertad a los cubanos”, dijo Francisco Hernández, presidente de la Fundación Nacional Cubano Americana.

El gobernador del Estado de Florida, Jeb Bush, dijo que las autoridades siguen de cerca la evolución de la salud del líder cubano Fidel Castro y preparan sus planes de urgencia contra una eventual migración masiva.

Ni la Guardia Costera de EE.UU., ni autoridades fronterizas en Miami reportaron actividad anormal en el estrecho de Florida ayer (por donde cientos de miles de cubanos han emigrado a Estados Unidos), pero por precaución manejan un escenario caótico en la jurisdicción para el caso de reportarse la muerte de Fidel Castro o un cambio político, literalmente como si se tratara de un huracán, según estudios llevados a cabo por organizaciones humanitarias.

El peor escenario sería parecido al del éxodo de Mariel en 1980, que trajo a las costas de Florida a más de 125.000 cubanos en cinco meses, colapsando los servicios humanitarios.

análisis
Crónica de una transición anunciada por años en Cuba

Fidel Castro y su hermano Raúl, en el vigésimo aniversario de la revolución, en 1979, en la Plaza de la Revolución en La Habana.

Fidel Castro dijo alguna vez: “Bien sé que el ser humano es mortal, y la clave de mi vida ha sido siempre no entretenerme a pensar en ello.

Cuando mi carácter rebelde me hizo abrazar la arriesgada profesión de luchador revolucionario, cuando nadie me obligaba a hacerlo, supe que una larga vida era improbable para mí.

Yo no era un jefe de Estado sino un individuo muy corriente. No he heredado cargo alguno ni soy rey, por tanto no tengo por qué preparar a ningún sucesor, ni mucho menos ahorrar al país el trauma de una transición caótica”.

Ahora la historia y los avatares de la edad (el 13 de agosto cumplirá 80 años) han hecho caer al Comandante en Jefe en otra contradicción. Esta vez, una doble: biológica y política.

No solo ha tenido una larga vida (en el poder), sino que aunque lo haya negado mil veces (hace muy poco Raúl Castro, el mismo quien hoy lo sucede, dijo públicamente que el único “sucesor” digno de su hermano era el Partido Comunista) ha descubierto las cartas políticas que pueden contar en el futuro político de Cuba.

El revolucionario admirado e idealizado en parte de América Latina; el caudillo aferrado al poder que hastía con el mismo discurso a las generaciones más jóvenes; el nacionalista quien hablaba de hacer una revolución “tan verde como las palmas” y acabó declarando su carácter socialista en abril de 1961; uno de los sobrevivientes de la Guerra Fría que mantuvo en vilo al mundo con la crisis de los misiles en 1962, el mismo quien le dio la noticia a los cubanos hace días de que por fin dejarían atrás el querosene para cocinar, para generalizar el uso de cocinas eléctricas, ha cedido, por primera vez, su poder total, unívoco y personal.

O una buena dosis, pues para nadie es un secreto que en los últimos años un pequeño y cerrado círculo de su entorno cada vez accedió más a ese poder.

Ahora ya se conocen algunos nombres de los que rodearán a Raúl Castro, de 75 años, quien no goza entre los cubanos ni del histrionismo ni del don de mando de su hermano.

Con fama de “pesado” (poco humor) y hombre duro, admirador de Stalin y ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, Raúl aparece bajo la dudosa figura Cuba no es Corea de “sucesor”.

Uno de sus más cercanos amigos de juventud, José Pardo Llada reconocido periodista y autor de una semblanza sobre Fidel dijo desde su residencia en Colombia: “Mientras esté vivo, Fidel aunque esté en una cama estará vigilando y siguiendo los acontecimientos de Cuba.

De Raúl no sorprende a nadie que lo nombre porque lo viene anunciando desde hace 47 años”.

“Oí por la CNN que el bueno era Fidel y el malo era Raúl; yo creo que eso es una simpleza. Ellos son los reponsables de lo bueno y de lo malo”, dice Pardo.

El escritor Jorge Enrique Adoum comentó que era lógico que un jefe de Estado delegue en alguien temporalmente el poder, a fin de que la política concebida por el Gobierno continúe por el mismo camino.

Y el autor de “Leonor”, el guayaquileño Miguel Donoso Pareja, dijo sentir preocupación por un mal desenlace. “Es una sucesión temporal, él quizá no piensa morir todavía”.

El nuevo círculo de poder lo integran Carlos Lage Dávila, 55 años, hijo de una libretista de telenovelas (Iris Dávila): un médico sobrio y pragmático que se encargó, con más o menos éxito, de la economía cubana en los años del Periodo Especial; Felipe Pérez Roque, 41, el actual canciller, un oportunista nato, astuto pero sin ningún rasgo de independencia política, y Francisco Soberón, presidente del Banco Nacional de Cuba, de 62 años.

Apoyados por viejos “cuadros” del buró político del Partido Comunista de Cuba (PCC), como José Ramón Balaguer y José Ramón Machado Ventura, setentones, además de Esteban Lazo, el único negro (fuera de Juan Almeida) quien ha tenido poder en la nomenclatura.

Pérez Roque pertenece al grupo de los “talibanes”, es decir, la generación que pasó directamente de las aulas al despacho de Fidel. Y que deben sus puestos más a su lealtad que a su talento.

A ese clan también pertenece Carlos Valenciaga, el secretario personal del Comandante, el que dio la noticia.

Los otros son los “clásicos”, o los “históricos”, de los cuales la mayoría participó en la toma del poder en 1959. Y de los que, cosa curiosa, han excluido a Ricardo Alarcón, un hombre culto que siempre se encargó de las negociaciones secretas con Estados Unidos.

Este asunto debería tomarse en serio. Fidel Castro jamás cedió el poder del todo, si se exceptúan políticos controlados por él como Manuel Urrutia y Osvaldo Dorticós.
El tiempo ya dirá.

Periodista cubano radicado en Guayaquil
perfil Raúl, el hermano en la sombra

Raúl Castro, el nuevo Comandante en Jefe “provisional” de Cuba, tiene 75 años, cinco menos que Fidel, y ha dedicado su vida a apoyar a su hermano en la consolidación de la obra de la revolución y del Partido Comunista, como pilar del sistema político cubano.

Si Fidel es el espíritu y el carisma de la revolución, Raúl es el obrero que todos estos años ha construido silenciosamente el andamio.

Educado en los jesuitas de Santiago de Cuba y luego en La Habana, como su hermano, estudió en la Universidad mientras participaba en los movimientos de lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista.

El 26 de julio de 1953 tuvo un destacado papel en el asalto al cuartel Moncada, y después vivió con Fidel la cárcel y el exilio.

Guerrillero en la Sierra Maestra, allí abrió un segundo frente de combate y fue ascendido a Comandante. Después de 1959, se volcó en la creación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y se encargó de mantener contactos de alto nivel con la desaparecida Unión Soviética.

Dentro del exilio tiene fama de ser duro y extremista, y falto de carisma. Otros lo consideran reformista. Es suya la famosa frase de “los frijoles valen más que los cañones”, dicha en medio del periodo especial, cuando su papel fue clave para hacer más eficiente la economía socialista.

El ex analista de la CIA Brian Latell, quien acaba de publicar una biografía del segundo hombre fuerte de Cuba, afirma que Rául Castro ha sido el único dirigente
‘verdaderamente indispensable del régimen’.

Sin embargo, Hubert Matos, el mítico comandante que pasó 20 años en prisión por oponerse a Fidel, dijo ayer que Raúl “no tiene ni remotamente las aptitudes, ni los recursos mentales o la genialidad para controlar políticamente a nadie”. El País, (AFP)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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