Guayaquil. 20 feb 99. El carnaval demostró no sólo que la
reconstrucción no avanza. Además confirmó que no existe una
adecuada planificación ante la masiva afluencia de bañistas a
la Península, lo que estuvo a punto de originar una
catástrofe.

Primero una larga cola en el control del peaje; luego un viaje
lento y accidentado; después una playa atiborrada de gente,
sin servicios sanitarios ni agua potable (con las
consecuencias sanitarias de prever); y por último un regreso
agotador y peligroso, a través de desvíos que se derrumbaron y
carreteras bloqueadas varios días.

Así de lamentable fue el fin de semana de carnaval para
decenas de miles de personas.

La Comisión de Tránsito del Guayas (CTG) contabilizó, en los
cuatro días del feriado, casi 30.000 vehículos que salieron de
Guayaquil hacia la Península. La CTG no lleva registros de
pasajeros, pero en base a sus números se estima que 200.000
personas (uno de cada diez guayaquileños) visitaron los
balnearios de la provincia.

Se trata de una de las mayores movilizaciones nunca antes
registrada en la historia de la ciudad. Desbordó por completo
las previsiones de las autoridades y estuvo a punto de
provocar una catástrofe.

Afortunadamente eso no ocurrió. ¿Pero hemos alejado por
completo el peligro?

Impacto negativo

La explosión de turistas que se produjo no sólo superó todas
las previsiones sino que, para mala suerte, coincidió con un
fuerte aguacero.

Ambos factores se juntaron para desnudar el enorme retraso que
existe en la reconstrucción del Litoral.

La carretera a Playas se volvió intransitable en aquellos
puntos donde se establecieron desvíos que han funcionado desde
la temporada anterior, aguardando que se hagan reparaciones
pendientes. Lo mismo ocurrió en el tramo OlónîSalinas: los
puentes ``provisionales' que durante un año debieron aguantar
el tránsito en esa vía, demostraron su extrema fragilidad.

Algunos turistas pudieron volver haciendo trasbordo, pero una
parte quedó aislada y debió esperar dos días para regresar.

Igualmente grave fue la contaminación del agua del mar. El
ingeniero Mariano Montaño, Director del Instituto de Ciencias
Químicas de la Espol (Escuela Superior Politécnica del
Litoral) dice que ``lamentablemente los balnearios de la costa
no disponen de infraestructura sanitaria adecuada, y por
experiencia sabemos que en estos feríados largos el agua se
satura de desechos fecales'.

El técnico agrega que en el país no existen controles
epidemiológicos, y por eso no se puede decir qué influencia
tuvo esto en un probable aumento de enfermedades
gastrointestinales.
Pero él está seguro que la incidencia ``es muy alta'.

Asimismo está el impacto ecológico negativo. La cantidad de
desechos que se arrojan a la playa, al mar y a los lados de la
carretera en feriados largos equivale al desperdicio acumulado
en meses. Su efecto destructivo sobre la calidad de los
balnearios es enorme, dicen los expertos, y se requiere un
gran esfuerzo, cuando se lo hace, para corregir el daño.

Douglas Dillon, de la Cámara de Turismo del Guayas, agrega
otros problemas: En feriados así el agua potable escasea, se
producen sobrecargas eléctricas, los hoteles y restaurantes no
abastecen, los precios suben y el transporte local se vuelve
insuficiente.

Más grave es que los centros médicos, en los pocos balnearios
donde existen, no están preparados para afluencias de esta
magnitud, dice Dillon. Si se llega a producir un accidente
grave, las consecuencias podrían ser dramáticas.

Evitar nuevas emergencias

La explosión de bañistas se repetirá sin duda en Semana Santa.

Los expertos de la CTG creen que las cifras no serán tan altas
porque tradicionalmente el pico de la temporada se produce en
carnaval. En la festividad religiosa mucha gente viaja a la
Sierra o prefiere quedarse en Guayaquil para asistir a las
iglesias.

Pero lo peor sería confiarse. Si no se adoptan medidas
urgentes, la emergencia turística podría volver a desbordar
todos los cálculos.

Washington Aguirre, Director de Defensa Civil de la provincia,
informó que para mañana lunes se ha convocado a una reunión
urgente del COE (Centro de Operaciones de Emergencia) que
agrupa a todas las instituciones públicas encargadas de
seguridad y salud, así como las subsecretarías con sede en
Guayaquil.

Aguirre dice que en esa reunión se hará una evaluación del
carnaval y se introducirán correctivos para enfrentar de mejor
manera la afluencia de bañistas en Semana Santa.
Miles de turistas aguardan los resultados de esa reunión.

Qué hacer

No hay que esperar una respuesta de las autoridades para tomar
medidas que ayuden a evitar una nueva emergencia turística:

* Trate de diversificar los balnearios a los que concurre,
evitando aquellos donde se produce mayor congestionamiento.
* Piense que hay otros sitios, además de las playas de la
Península, donde hacer turismo.
* Si se decide por un balneario, prepárse para un viaje largo.
* Antes de salir de la ciudad, averigue qué caminos están
transitables.
* Si se une a un tour, asegúrese de que el vehículo disponga
de permiso para el día y lugar anunciado.
* No arroje desechos. Lleve fundas para recoger la basura.
* Prevea con tiempo qué servicios higiénicos podrá usar.

Una solución de corto plazo

La explosión de bañistas se produce, en parte, porque ha
aumentado el número de personas que organizan ``tours' y
contratan buses urbanos para viajar con amigos y vecinos a la
Península durante los fines de semana.

En el último carnaval, 1.052 buses movilizaron a alrededor de
40.000 personas a la Península. Pero esa cifra incluye los
buses de transporte interprovincial; no se dispone del número
de buses urbanos exclusivamente.

El problema se presenta especialmente en Salinas, un balneario
que ya está saturado. Sus playas, no muy anchas, ya no pueden
acoger el número de personas que lo visitan.

El Ministerio de Turismo cree que una solución es imponer
cupos. Ha recomendado que sólo se permita el acceso a Salinas
de 30 buses urbanos que presten servicio de ``tour'.

La CTG, más radical, no otorgó ningún permiso para ese
balneario en carnaval.

La medida de los cupos, sin embargo, es de corto alcance.
Ninguna de las fuentes consultadas en la CTG, Ministerio de
Turismo y Cámara de Turismo, pudo asegurar que la existencia
de cupos para buses exclusivamente no atente contra el libre
tránsito garantizado en la Constitución.

Tampoco se ha dado a conocer qué mecanismo se utiliza para
distribuir los cotizados cupos a Salinas sin favoritismos.

Antonio León, funcionario de la Subsecretaría de Turismo,
reconoce que la solución a mediano y largo plazo es
desarrollar y promover otros balenarios. ``Playas, por
ejemplo, tiene una de las playas más anchas de América Latina,
que podrían dar cabida a mucha más gente que en Salinas'.

Eliseo Gómez, de la Cámara de Turismo, cree que esto se puede
hacer con el concurso de la empresa privada, pero que
lamentablemente la respuesta de las autoridades del cantón no
ha sido adecuada. (Texto tomado de El Universo)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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