Quito. 04.03.93. Con su sobrina nieta, Mónica Gómez de la
Torre Acosta, el Dr. Velasco Ibarra tuvo una copiosa y
profunda correspondencia espistolar.

Estas cartas -a pesar de las referencias personales- revelan
extrañas facetas de la personalidad del líder. Por eso las
reproducimos íntegramente.

Buenos Aires, 3 de diciembre de 1978
Señorita Mónica Gómez de la Torre Acosta

Quito.

Siempre recordada y extrañada Mónica:

Recibí tu carta y la contesté inmediatamente con la dirección
que tú indicabas. Lástima para mí que se haya demorado en
llegarte, y peor para mí, si se ha perdido. -Te felicitaba en
ella por la amistad del joven sobrino del Dr. Ponce. Debe ser
joven decente, digno, inteligente. Yo recuerdo con admiración
y gratitud al Doctor Ponce, Ministro de Gobierno.- Yo,
entonces, no era Rey de burlas. Ponce vigilaba, dirigía,
castigaba. Fomenta esa amistad. Nada debe haber comparable a
dos almas que se corresponden.

Cuéntame siempre lo que pase: Pienso en tí todos los días. Yo
me acerco al fin. Ojalá éste llegue rápidamente. Mi organismo
decae cada día e integralmente: oído, vista, riñón: todo
decae.- Conserva siempre, Mónica, ­por Dios!, tu altura moral,
tu interés por la filosofía, tu esperanza en el Bien que no
muere. Espero que tus méritos, te conquisten victorias.

Así lo espero, lo ansío por tí. Pero hay que estar preparados:
la vida trae siempre dolores, amrguras, desilusiones. ­La vida
es triste!... Pero tú sabrás triunfar; espero que estés en
sendero de triunfo... En todo caso sabrás, orgullosa,
cristianamente, Esperar. No sabes cuánto deseo para tí, para
María Dolores, para Jaimito.- Te ruego interesarte con Jaimito
para que llegue una carta a Emilio Bowen R. en Manta. Le debo
tanto agradecimiento a este caballero.- Escribe por favor, a
Corita; y, si puedes, háblale del matrimonio de su sobrina.

Perdona la molestia.- Yo no he hecho ninguna declaración a una
Revista "Cambio".- Debe ser un abuso de alguna conversación en
alguna hipócrita visita personal a mí.- ¿Cómo sigue tu Mamá?
Dile todo mi afecto, recuerdo, preocupación.- ¿Te veré un día?
No sé. Lo importante, que triunfes...

Cordialmente

J. M. Velasco Ibarra

CARTA DICIEMBRE 12/78

Buenos Aires, 12 de Diciembre de 1978

Señorita
Mónica Gómez de la Torre Acosta
Quito.

Muy pensada Mónica:
¿Cómo estás? ¿cuándo recibo cartas y noticias preciosas
tuyas?... Eres joven, inteligente, profunda. Tendrás que
sufrir. La vida es triste. Pero, estoy seguro, la vida te
presentará promesas, momentos alegres, anhelos. Hay de todo,
en "este valle de lágrimas". Lo esencial vivir de la
Esperanza, como aconsejaba San Pablo, que "el Dios de la
Esperanza" esté siempre contigo. ¿Cómo va tu amigo?
Cuéntame, cuéntame todo en detalle. Yo quiero acompañarte en
todo: en la ilusión, en la hora alegre y prometedora; y
también en los instantes inquietos o Dolorosos: en todo quiero
estar contigo, mientras duren los pocos meses o días que me
resten de mi triste e ingratísima vida.- ­Feliz Navidad!
Cristo es el lazo de unió entre Dios y el Universo. Cristo es
Hombre y Dios. El te dará valor y paz; ­Feliz Año 1979!
Habrá en él de todo, de todo como en toda la Historia de la
Humanidad.- Un día habrá la Luz... ¿Cuándo? No lo sabemos.
Pero los Profetas de Israel lo anunciaron.- Un especial
saludo al Abuelito, a tu Mamá, Papá, tus Hermanos.

Recibe el corazón de este pobre viejo que paga sus faltas y
errores.- Creo que el tal Roldós será uno de tantos. Los
militares triunfarán en sus propósitos. Han abolido ya la
Presidencia de la República, por que, según una Ley, el
Presidente está obligado a tener como Ministro de Defensa al
Militar de más alta graduación. ¿Qué Presidencia responsable
queda? No habrá Asamblea Constituyente, y ni siquiera habrá
lo que en Nicaragua o Irán.

Cordialmente
J.M. Velasco Ibarra

CARTA ENERO 2/79

Buenos Aires, 2 de Enero de 1979
Señorita
Mónica Gómez de la Torre
Quito.

Muy recordada, muy extrañada Mónica:
Hace unos tantos años pasamos juntos contigo el Año Nuevo aquí
en Buenos Aires.- Han pasado mucho años. Yo me siento viejo,
con dolencias que me disminuyen y amenazan en todo sentido.
Rápida ha pasado para mí la vida; más rápidas las fementidas
glorias y falsos triunfos. Hoy sólo pienso en obtener un
puesto en el Purgatorio "para pagar el último cuadrante" como
dice el Evangelio.- Deseo para tí la Paz, la verdadera Paz
del alma, de la conciencia. Medita bien, muy bien en tu vida.


Da pasos firmes; bien pensados; bien calculados. A menudo la
felicidad de un momento es el dolor de una vida.- Tengo 85
años y medio. He sufrido, he llorado; he dado pasos que han
hecho sufrir legítimamente a seres queridos, y -créeme- lloro,
lloro amargamente cuando pienso en que debí proceder con mayor
cautela y discreción. Mi Madre sufrió mucho por mí, y, hoy,
sufro yo largos momentos por el dolor que causé a mi Madre.

Yo me solidarizaré siempre contigo.- En todo momento; sean
cuales fueren tus dificultades cuenta con mi absoluta y total
solidaridad.- Esto no se opone a que te ruegue que procedas,
en todo paso definitivo, con la mayor cautela. Nunca te
compliques. Ya la vida en sí misma es dolor y complicación.-
Sé fiel a tu conciencia: es lo básico. La vida pasa; la
Conciencia íntima, sobre todo, la Conciencia Cristiana queda,
y queda terrible, diaria, acusatoria.- Perteneces a una
familia cristiana; queda fiel a ella. Eres mujer de alto
talento, enorme corazón, elevadísima virtud: queda fiel a todo
esto: no comprometas nunca estas dotes. Kierkegaard dice que
el "Yo se compone de lo Finito y de lo Infinito". Tiene
razón. La conciencia es lo Infinito.- Perdona mis tonterías;
acúsame recibo de esta carta. No olvides que en todo momento
práctico o sentimental, o triste de tu vida, soy total y
absolutamente solidario contigo. Año 1979: que Dios te
ilumine; que el Dios de la Esperanza y del Amor te acompañe
siempre. Escribe, por favor, a Corita. En este mes el el día
de ella. Recuérdale a Jaime, a tus hermanos, a la familia esa
fecha: creo que el 25. Tuyo cordialmente
J.M. Velasco Ibarra.

CARTA ENERO 19/79

Buenos Aires, 19 de Enero de 1979
Señorita
Mónica Gómez de la Torre Acosta
Quito

Muy recordada Mónica:
Te escribí una muy larga, complicada, y, tal vez, abusiva
carta. No me has contestado. ¿Te enojaste conmigo? Yo
comprendo tu actual estado de ánimo; pero recuerda que en mi
carta te dije que yo seré siempre solidario contigo en
cualquier situación, en cualquier conflicto, sea éste el que
fuere: social, moral, lo que fuere. Mis indicaciones fueron
un simple aspecto de consideración. Pero, tú, en tu libertad,
talento, circunstancias, procede como tu conciencia te imponga
y yo continuaré solidario tuyo y de quien te proporcione un
poco de calma en esta atormentada vida.

Ojalá me escribas y escribas a Corita por su día -el 25- y le
hables en bien del matrimonio de la sobrina.

Tuyo

J.M. Velasco Ibarra

­ojo!

A la vuelta (de la hoja)

Mónica muy recordada, amada, pensada:

Recibí tu carta del 2 de Enero. Ha demorado mucho en llegar.-

En mi última carta me limitaba a verter observaciones respecto
a la complejidad de la vida; a la conciencia que se despierta
a veces aguda y quebranta la personalidad; a los Dolores con
que la práctica vivida rompe las ilusiones de un día; al hecho
de que no hay Felicidad: nadie es feliz.- Por tu carta del 2,
veo que hay en tí una decisión consumada. Como te repetí en
mi anterior, yo seré solidario contigo en toda situación, en
todo momento. Tu futuro Esposo que cuente con mi
consideración, mi amistad, mi solidaridad. Seré feliz, si le
conozco un día.

En cuanto al problema moral, no hay que olvidar lo que le
escribía a su primo el Padre Teilhard de Chardin: cuando el
aluvión de sucesos complicados e incontenibles lo arrastra a
uno, hay que aceptar ese aluvión y soportarlo en su lógico e
irresistible rumbo. Hay aluviones externos, hay de orden
interno, íntimo; hay otros que cambian lo interno y lo
externo. ­Paciencia! ­Fortaleza! Habilidad para sacar el
mayor provecho de ellos, ya que son en sí irresistibles.- Ten
confianza.- Adelante.- No olvides nunca a Cristo, lazo de
unión entre Dios y el Universo. Conserva la Fé. Sobre todo
conserva la Esperanza... El Profeta Isaías en el cap. 49,
versículo 15 pone en boca del Dios de Israel, Dios del
Universo y del cristiano: "¿Olvida, acaso, la mujer del niño a
quien da el pecho? ¿Deja de amar al hijo de sus entrañas?
Pero aunque ella se olvidara, yo no me olvidaré de tí".
Mónica: Dios no se olvida de tí. ­Adelante!

J.M. Velasco Ibarra. (1C)
EXPLORED
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