Cinco buques de guerra y 10 veleros arribaron al emblemático puerto, como parte del recorrido Velas Sudamérica 2010
Las estrechas calles de la ciudad amurallada de Cartagena de Indias se convirtieron en las rutas turísticas predilectas de los marinos de los cinco buques de guerra y 10 veleros que arribaron el pasado miércoles al emblemático puerto, como parte del recorrido Velas Sudamérica 2010. Es una fiesta marítima esperada hace más de un año y bautizada en esta ciudad caribeña como Sail Cartagena 2010.
Y es que a pesar de que Cartagena es una ciudad netamente turística y cosmopolita, no deja de llamar la atención que grupos de jóvenes de blanco recorran sus calles más tradicionales. También es evidente la hospitalidad de los ciudadanos locales y de los marinos colombianos que arribaron en el buque escuela Gloria. Una es la cadete Silvia Barrera, quien ahora sirve de guía para sus compañeros extranjeros. "Estar en Colombia es sentirse de nuevo en casa. Es algo gratificante", comentó, agregando que los tripulantes de las otras embarcaciones "tenían muchas expectativas de Colombia, de Cartagena, y las han llenado, gracias a Dios".
Otro es Luis Escubilla, oficial del buque de guerra panameño Liga Elena. En su última salida optó con otros tres compañeros por dirigirse a la ciudad amurallada. Buscaban sentirse en casa pues "en Panamá, la parte antigua que le dicen Casco Viejo tiene la misma fachada que la ciudad amurallada". Contó que salen siempre más de tres por cuestiones de seguridad y que se dedican "básicamente a conocer y también a socializar".
Los marinos que permanecen en las embarcaciones también se distraen atendiendo a los centenares de turistas que se acercan a conocer sus navíos e historias. En el barco mexicano Cuauhtemoc, por ejemplo, se escucha música de bandas norteñas y familias, como la de José Trempa, recorren encantados sus instalaciones.
El arribo de los veleros y buques ocurrido el miércoles (que permanecerán en este puerto hasta mañana) no es lo único preparado por los anfitriones. "Hay shows, hay conciertos, hay festivales en playa, encuentros deportivos", manifestó el director general de la Marina de Colombia, Leonardo Santamaría.
Además, está la Primera Feria Marítima Internacional, que se desarrolla en el mayor centro de convenciones de la ciudad y que cuenta con más de un centenar de expositores divididos por seis ejes temáticos: industria, comercio, medioambiente, cultura, turismo y energía.
"El objetivo no es un lavado de imagen frente a problemas como el narcotráfico", dijo Santamaría, sino "mostrar los resultados de una política de seguridad democrática, cómo hemos crecido, cómo somos atractivos como país para traer mucha inversión".
Mientras tanto, ciudadanos colombianos y extranjeros continúan visitando masivamente los veleros de forma gratuita.
Las estrechas calles de la ciudad amurallada de Cartagena de Indias se convirtieron en las rutas turísticas predilectas de los marinos de los cinco buques de guerra y 10 veleros que arribaron el pasado miércoles al emblemático puerto, como parte del recorrido Velas Sudamérica 2010. Es una fiesta marítima esperada hace más de un año y bautizada en esta ciudad caribeña como Sail Cartagena 2010.
Y es que a pesar de que Cartagena es una ciudad netamente turística y cosmopolita, no deja de llamar la atención que grupos de jóvenes de blanco recorran sus calles más tradicionales. También es evidente la hospitalidad de los ciudadanos locales y de los marinos colombianos que arribaron en el buque escuela Gloria. Una es la cadete Silvia Barrera, quien ahora sirve de guía para sus compañeros extranjeros. "Estar en Colombia es sentirse de nuevo en casa. Es algo gratificante", comentó, agregando que los tripulantes de las otras embarcaciones "tenían muchas expectativas de Colombia, de Cartagena, y las han llenado, gracias a Dios".
Otro es Luis Escubilla, oficial del buque de guerra panameño Liga Elena. En su última salida optó con otros tres compañeros por dirigirse a la ciudad amurallada. Buscaban sentirse en casa pues "en Panamá, la parte antigua que le dicen Casco Viejo tiene la misma fachada que la ciudad amurallada". Contó que salen siempre más de tres por cuestiones de seguridad y que se dedican "básicamente a conocer y también a socializar".
Los marinos que permanecen en las embarcaciones también se distraen atendiendo a los centenares de turistas que se acercan a conocer sus navíos e historias. En el barco mexicano Cuauhtemoc, por ejemplo, se escucha música de bandas norteñas y familias, como la de José Trempa, recorren encantados sus instalaciones.
El arribo de los veleros y buques ocurrido el miércoles (que permanecerán en este puerto hasta mañana) no es lo único preparado por los anfitriones. "Hay shows, hay conciertos, hay festivales en playa, encuentros deportivos", manifestó el director general de la Marina de Colombia, Leonardo Santamaría.
Además, está la Primera Feria Marítima Internacional, que se desarrolla en el mayor centro de convenciones de la ciudad y que cuenta con más de un centenar de expositores divididos por seis ejes temáticos: industria, comercio, medioambiente, cultura, turismo y energía.
"El objetivo no es un lavado de imagen frente a problemas como el narcotráfico", dijo Santamaría, sino "mostrar los resultados de una política de seguridad democrática, cómo hemos crecido, cómo somos atractivos como país para traer mucha inversión".
Mientras tanto, ciudadanos colombianos y extranjeros continúan visitando masivamente los veleros de forma gratuita.
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