Quito. 10.07.94. En el Ecuador existe una mala distribución del
crédito dirigido al sector agrícola. La mayoría de los recursos
proporcionados, tanto por el sistema financiero público como
privado, están orientados a los grandes y medianos productores; a
los pequeños poco se les toma en cuenta.

A pesar de que las autoridades del Banco Nacional de Fomento (BNF)
reiteran que su labor se encamina a atender a los pequeños
agricultores, un estudio realizado por el Ministerio de Agricultura
y la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación, demuestra todo todo lo contrario y precisa que "la
mayor debilidad de esa institución es apoyar en una baja proporción
a los agricultores pobres y dirigir en forma mayoritaria los
créditos a los pequeños y medianos productores".

Las cifras son elocuentes, los medianos productores agrícolas (10
a 50 hectáreas financiadas) reciben del BNF el 39.7% de los
recursos asignados, a través de 18.9% de las operaciones; los
grandes productores (más de 50 hectáreas) reciben el 26.4% de los
recursos, con solo el 3.4% de las operaciones; los pequeños
productores (de 1 a 10 hectáreas) obtienen solo el 33.9% de los
recursos.

Según el citado estudio, el crédito promedio que concede el BNF por
tipo de productor presenta brechas significativas: mientras un
pequeño productor recibe dos millones de sucres, el grande obtiene
37 millones de sucres. De esa manera el 72% de la superficie
financiada (149.126 hectáreas) pertenecen a medianos y grandes
productores.

Al concentrarse el crédito en los medianos y grandes productores,
el BNF favorece el cultivo de unos pocos productos. Según datos de
la misma institución, en 1992 los principales cultivos financiados
fueron: arroz, maíz, algodón, soya, trigo, papa, café, cacao y
banano.

Además de beneficiar a agricultores de determinados productos, el
crédito del BNF favorece principalmente a los agricultores de la
costa. En un estudio elaborado por el Instituto de Estadísticas y
Censos (INEC) se determina que en 1992, la costa recibió el 81.2%
de los créditos que otorgó el BNF; la sierra el 18.2%; y un 0.6%
la región amazónica.

Sin embargo, lo anterior estaría justificado en la productividad.
El director del INEC, José Illingworth, explicó que la costa
produjo el 77% del valor agrícola; la sierra 22% y el oriente el
3%. "Lo que implica que hay una cierta lógica, en cuanto más
crédito se ha otorgado a las regiones y a las provincias que más
han producido", dijo.

Illingworth precisó que en 1992 el valor de los créditos del BNF
-en relación con la producción nacional- fue del 6.4%, es decir, la
institución financió un 6% de la producción del país. Además, según
el director del INEC, la costa sale favorecida únicamente en el
caso del crédito agrícola, ya que en resto de aspectos, como obras
públicas, siempre tiene prioridad la sierra.

La alternativa que se recomienda en el estudio realizado por el
ministerio de Agricultura y la Organización de las Naciones Unidas
para la Agricultura y la Alimentación, es especializar al BNF para
que pueda atender mejor a los pequeños agricultores. No se trata de
otorgar créditos con tasas de interés subsidiadas, sino "otorgar un
subsidio transparente en forma de un aporte presupuestario para
adiestrar a clientes y a posibles organismos de primer grado como
ONGs, con las cuales trabajaría el BNF".

FINAGRO: UN CASO DIFERENTE

Un caso diferente dentro del sistema financiero privado constituye
FINAGRO, que se constituyó en 1989 para prestar preferente atención
crediticia al sector agrícola, y dentro de ellos a los pequeños y
medianos productores, pues considera que los grandes están
atendidos por la mayoría de instituciones.

FINAGRO tiene un programa para pequeños agricultores, por ejemplo,
trabaja con cientos de pequeños productores de Vinces, uno de los
cantones más pobres de la provincia del Guayas. Además, crédito no
solo se lo concede en efectivo, sino también en insumos agrícolas
y mecanización.

Rafael Guerrero, ejecutivo de esa empresa, explicó que el programa
busca un cambio a cultivos no tradicionales de exportación, con el
objetivo de aumentar la producción y los ingresos de las familias
campesinas. "Además de atender créditos para la exportación, nos
interesa que el mercado interno esté abastecido", dijo.

Guerrero consideró que existe riesgo en la concesión de créditos al
sector agrícola, pero aseguró que los mismos se van disminuyendo
conforme se moderniza la actividad. Puntualizó que a pesar de los
esfuerzos que se realizan, todavía los pequeños agricultores no son
lo suficientemente atendidos y que resta mucho por hacer.

Asimismo, Guerrero sugirió que el Gobierno debería revisar su
política de precios, pues en la actualidad se manejan de manera muy
liberal, sin una sustentación mínima, lo que de hecho perjudica al
productor.

LA BANCA PRIVADA TAMPOCO APOYA

Si bien la labor del Banco Nacional de Fomento no ha sido la más
idónea en la entrega de créditos al sector agrícola, la banca
privada tampoco ha tenido un papel preponderante en este aspecto.

La banca privada destina apenas el 8.7% de sus recursos al sector
agropecuario, centrando su acción en el financiamiento del sector
comercial e industrial.

Además, las operaciones que ofrece la banca privada son a muy corto
plazo. En 1992, el 70% del crédito se entregó hasta 90 días y un
22% a un plazo que va de 91 a 180 días; es decir que la presencia
de créditos a largo plazo es casi nula.

La banca comercial considera al sector agropecuario como de alto
riesgo para invertir debido a la vulnerabilidad de las inversiones,
a consecuencia de los factores climáticos y la variación de los
precios de los productos. Sin embargo, esta situación está
cambiando, pues la Corporación Financiera Nacional (CFN) canaliza,
a través del sistema financiero privado, una línea de crédito
multisectorial que está favoreciendo a los agricultores y abriendo
la posibilidad de conceder préstamos a mediano y largo plazo.

La CFN cuenta con 200 millones de dólares para conceder créditos
multisectoriales a través del sistema financiero privado, con tasas
de interés de mercado.

Cooperativas de ahorro y crédito marcan la diferencia

Dentro del sistema bancario privado, el Banco del Pacífico es el
líder en brindar atención al sector agrícola. La proporción del
crédito entregada a ese sector a nivel nacional fue del 20% en 1991
y 1992.

La banca privada al igual que las intermediarias financieras se ha
destacado por atender a los pequeños y medianos agricultores. Los
créditos son concedidos con preferencia a los agroexportadores.

Las cooperativas de ahorro y crédito son las que marcan la
diferencia en el sistema financiero privado, porque quizá son las
únicas que se han preocupado de los pequeños productores.

Un estudio realizado por CEDATOS en 1993 en áreas rurales pobres,
donde funcionan cooperativas de ahorro y crédito, concluye que
entre los campesinos entrevistados el 8% había recibido
financiamiento de las cooperativas de ahorro y crédito en el último
año, mientras solo el 6% había recibido financiamiento del BNF.
(2A)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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