‘Desagrable sorpresa’

Con desagradable sorpresa leí en el Diario HOY del jueves 18 del presente, en la página Perspectivas, bajo el título "Libros de la Casa de la Cultura", suscrita por el señor Fabián Guarderas Jijón.
El señor Guarderas confunde los hechos, lo que lleva a escribir mentiras. La Cuarta Feria Popular por el Libro y la Cultura se realizó del 8 al 21 de diciembre en los espacios verdes de la Casa de la Cultura y no en el ‘vestíbulo del Teatro Nacional’.
Durante este período se cerró la librería de la Casa y se atendió en la Feria de 10 a 20 horas, todos los días, incluso los sábados y domingos. En la puerta de la librería se colocó un cartel con esta información y en el fanelógrafo se ubicó el respectivo afiche.
¿Si se dirigió a la Feria del Libro con 20 carpas azules muy visibles, cómo fue a parar en la librería? El señor Guarderas estaba desubicado.
Lo que sí tiene bien entendido es que el programa editorial de la CCE, junto a la producción editorial de su Campaña Nacional por el Libro y la Lectura es un gran mérito de la institución, reconocida por escritores editorialistas de la talla de Rodrigo Villacís, Claudio Mena, Patricio Quevedo, por nombrar algunos y periódicos y revistas del país, como Vistazo.
Solicito la publicación de esta carta para que los lectores del prestigioso Diario HOY tengan la información veraz y no distorsionada, lo que pone en entredicho su línea editorial y cultural.
Patricio Herrera Crespo
Director de publicaciones
Casa de la Cultura Ecuatoriana




La educación pública, debate nacional

Definitivamente, ha llegado el momento de que el tema de la educación pública sea discutido en el marco de un gran diálogo nacional que involucra la mayoría de sectores de la sociedad civil. Ya no es posible mirar el problema de los paros y huelgas del sector educativo como la clásica y ritual pugna semestral entre el gobierno de turno y el gremio magisteril, la UNE, organización controlada por el MPD, grupo artífice del menoscabo de la calidad académica y científica de la universidad estatal.
El problema no es solo de índole presupuestario. El tema de fondo no pasa solo por el aumento del Presupuesto del Estado para mejorar los salarios a los profesores, ni por la mejora en la infraestructura básica en las instalaciones de los planteles, ni por la unidocencia de los establecimientos educativos rurales.
Aquí, el tema principal es primero establecer qué tipo e educación es la que necesita el país, qué tipo de necesidades nacionales debe llenar esa educación, principalmente la pública.
¿De qué sirve instruir al educando sobre temas que jamás tendrán aplicación en su vida diaria, como suele suceder quizá con la mayoría de asignaturas que forman parte del pénsum de los niveles primario y medio? ¿Qué gana un pueblo en su gran mayoría pobre con una educación desprovista de nociones económicas básicas, salvo caer en las redes del verbalismo milagrero de los oportunistas de la política? ¿Debe ser la educación pública un castigo a la pobreza? ¿Quién ha cuantificado el problema de la deserción universitaria en la universidad pública y su impacto en el desarrollo del país? ¿Hubieran llegado a donde han llegado personajes como Abdalá Bucaram, Lucio Gutiérrez, Alvaro Noboa, y otros, con electores cultos e instruidos? Quizá la falta de educación sea la causa del entrampamiento que sufre el país por la acción nefasta de oligarquías económicas depredadoras que se combina a la perfección con la rapiña e inercia de los sindicatos dorados del sector público, que conciben a las instituciones públicas como si fuesen su patrimonio propio.
Dr. Roque Farto


El árbol de Guayaquil

‘El árbol de Navidad más grande del mundo’ se inauguró en Guayaquil. Su costo supera los $500 mil. Esto es una ofensa a la pobreza de nuestro pueblo en esta época neoliberal.
Mejor gesto social, cristiano, hubiese sido si ese dinero se invertía en adquirir víveres para compartir con 20 mil familias pobres del Guasmo y otros sectores olvidados de la gran obra municipal desarrollada las dos últimas administraciones guayaquileñas. La Navidad no es sinónimo de ostentación y fatuidad, es compartir con el que no tiene, es ser solidario con los que sufren hambre e injusticia social. Jesús, que nos enseñó a amar a Dios y al prójimo, se sentirá molesto y triste con aquel árbol que representa una sociedad de consumo, y a ciertos empresarios que no han reparado que la Navidad es tiempo de cambio verdadero el espíritu y en el corazón.
Humberto Zambrano Zúñiga


La miseria en Quito

Felicito a la señorita Lorena, reina de Quito, le deseo éxitos, estoy seguro de que se preocupará por los desposeidos, los menesterosos, por los niños que deambulan por las calles, la gente sin hogar, sin norte, sin destino. Quiero hacerle conocer que en las calles de la ciudad de Quito, todas las noches duermen 25 mil personas en el suelo, a la intemperie, niños, ancianos, gente sin norte, sin ubicación, familias enteras que llegan de otros lugares, personas pobres, ayúdeles, usted puede hacerlo, acuda al Municipio de la ciudad, para que los cientos de casas propiedad del Municipio, o sea de la ciudad, sirvan de albergue para los que nada tienen. Estoy seguro de que usted pondrá atención a mi pedido.
Jaime Herdoíza Salazar


Opiniones y reclamos a la Defensoría del Lector por carta al Diario HOY, al buzón electrónico: [email protected] o [email protected].
EXPLORED
en Ciudad Quito

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