Carros en las aceras

Se ha hecho común una infracción de tránsito que consiste en estacionar los carros en las aceras, lo cual es un gravísimo peligro para los peatones.
Cito como simple lo que acontece en la Avenida América, especialmente entre las calles Lallemente y Abelardo Moncayo, donde los infractores tienen hasta señalado su estacionamiento de la acera con una llanta vieja pintada de blanco y colocada verticalmente sobre un tronco, como indicando que alguna autoridad les ha concedido en propiedad esa acera.
Me permito insinuar a la Policía de Tránsito que un policía recorra la ciudad y adhiera a los parabrisas de los carros infractores una notificación con una multa que sería pagada, en el peor de los casos, al momento de matricular el vehículo. Si esto se hiciera todos los días para reprimir a los reincidentes, pronto se acabaría con este abuso... Esto porque sería imposible que los carros sean retirados por las grúas, por tratarse de innumerables casos.
¿Aceptará alguna autoridad esta sugerencia como medio para proteger a la ciudadanía? Hemos denunciado esto a la Jefatura Provincial de Tránsito y a policías que pasan en moto, sin haber jamás obtenido ni la más elemental atención. El prestigio y seriedad de HOY es nuestra única esperanza. ¡No espere la Policía una desgracia para actuar!
José Alvarez Z.

La Corte Suprema de Justicia

Tengo la impresión de que existe el afán político, que solo puede favorecer a la ignominia, de desprestigiar a la Corte Suprema de Justicia.
La actual Corte Suprema, fruto de la decisión popular de independizarla del influjo político del Congreso, ha sabido reimplantar lo que fue acervo de la Corte en los primeros 65 años del siglo XX: análisis jurídico claro, probidad y respeto al derecho. Ello no significa que no hayan existido errores en ciertas decisiones o que dos o tres ministros jueces no hayan merecido ser designados como tales. De uno de ellos ya se depuró la misma Corte.
Por ello no es admisible ninguna injerencia de poder extraño, individual o colectivo, Congreso o legislador solitario, presidente de la República o partido político, que trate de alterar el actuar de los magistrados, ni menos aún atentar contra la rectitud de procedimientos del presidente de la Corte Suprema.
El esfuerzo nacional que se ha realizado para garantizar la independencia del poder judicial y para sustentar su solvencia no puede quedar al vaivén de los avatares propios del Congreso ni a los ímpetus inconscientes y sin rumbo de la función ejecutiva. No cabe, por ello, que, con el pretexto de entrar por la ventana, se limite arbitrariamente la edad de los ministros jueces. Ellos deben continuar en sus funciones mientras mantengan su capacidad mental y moral. La experiencia enseña que los más sabios son los de más edad porque, junto al estudio, han acumulado otro género de virtudes personales y cívicas.
Los cambios, como he insistido, deben ser realizados, siempre con sujeción a los principios constitucionales y legales; en los juzgados inferiores, cuyo número, especialmente en Quito y Guayaquil, debe ser triplicado, para que la justicia tenga eficacia.
Dr. Alejandro Ponce Martínez

Los paros de la UNE

Los dirigentes de la UNE tienen una larga y permanente lista de reclamos, protestas y aspiraciones. Tales reclamos, justos unos, demagógicos otros, son un excelente motivo para promover los paros, principalmente en los períodos en que comienzan las clases. Pero también los paros son el propicio escalón para ganar celebridad política en las ‘bases’ gremiales; pues el tiempo ha demostrado que cada dirigente se esmera en promover la paralización y la protesta en las formas más drásticas y agresivas, porque de otra manera quedarán mal ante el concepto de los anteriores dirigentes o del obediente magisterio.
En la realidad, motivos y razones de los paros se convierten en afrentosa burla para escolares y colegiales, que deben soportar la desigualdad y deformidad de los períodos de estudio, además del innegable deterioro en la calidad de la educación. La niñez y la juventud no tienen la culpa de que los reclamos de la UNE sean un cruel sarcasmo a los programas educacionales. Por lo demás, luego de varias ‘conquistas’, parece que ahora ya no son tan malos los sueldos y las diversas asignaciones adicionales del respetable magisterio, si se compara con otros grupos humanos de trabajo que sufren injusticias.
César Larrea

Peligro para los estudiantes

En la actitud de la UNE otra vez en huelga hay culpa del Gobierno por ofrecer lo que no puede cumplir con tal de salir del paso, (no hay plazo que no se cumpla); nadie quita a los maestros el derecho a reclamar lo suyo pues la remuneración es su medio de vida; ello no significa aprobación de las medidas de hecho que propugna la UNE azuzada por el MPD; o sea que de parte y parte hay culpa de sobra y los que pagan las consecuencias son los estudiantes que no reciben la educación que necesitan y los padres de familia, ya que, en innumerables casos, los dos tienen que salir a trabajar y los chicos andan cuando menos midiendo las calles, viendo programas inadecuados en la tele, buscándose problemas y encontrando amistades perniciosas; se cuenta así con terreno fértil para las nefastas pandillas.
¿Será posible que las partes interesadas - administración y UNE- arreglen la situación en forma debida y sin perjuicio a la nación y su futuro?
Pilar Fisher

Opiniones y reclamos a la Defensoría del Lector por carta al Diario HOY, al buzón electrónico: [email protected] o [email protected].
EXPLORED
en Ciudad QUITO

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