Quito. 01.04.94. El ex presidente Rodrigo Borja enjuició
duramente la gestión internacional del actual Gobierno,
especialmente en cuanto tiene relación con el manejo del
conflicto territorial con el Perú, la elección del nuevo
secretario general de la OEA, y lo que calificó de intromisión de
diplomáticos extranjeros en asuntos internos del país.

Las opiniones de Borja fueron vertidas en una entrevista con
Andrés Carrión (Notihoy), que transcribimos a continuación:

¿Cual es su punto de vista en torno al proceso electoral interno
vivido en la OEA el pasado día domingo, proceso que permitió la
elección del presidente de Colombia César Gaviria?

En realidad lo ocurrido en la elección de secretario general de
la OEA está dentro de lo previsto y lo deseado por numerosos
países latinoamericanos, esto es, que el secretario general, para
jerarquizar el cargo, fuera un ex presidente de alguno de los
países latinoamericanos. Ese es el caso naturalmente del
presidente Gaviria que ha cumplido ese deseo de los presidentes
de América Latina de elevar al cargo, no simplemente a un
diplomático como ha sido tradicional, sino a un jefe de Estado de
alguno de los países latinoamericanos.

Dr. Borja, ya respecto al voto ecuatoriano y a la actitud un
tanto vacilante que ha adoptado en el transcurso de este año,
cual es la opinión que le merece a usted, hay que agregar otro
hecho: el representante nuestro ante la OEA, el Dr. Blasco
Peñaherrera, ha dicho que no hubo presión de los EEUU. para
cambiar su voto.

Bueno, eso me parece realmente penoso, quiero decir, la elección
de Gaviria me parece bien, pero muy mal la conducta que al
respecto ha seguido el Gobierno ecuatoriano desde el comienzo de
este proceso electoral, es decir hace muchos meses atrás.
Haciendo un poco de historia debo recordarles a ustedes que
cuando mi candidatura nació por iniciativa de 6 gobernantes
latinoamericanos, el Gobierno ecuatoriano se negó a apoyarla
pretextando que ha había contraído un compromiso con el canciller
de Costa Rica Niehaus, y diciendo que ahora le toca el turno a un
país centroamericano porque el Ecuador ya tuvo antes un
secretario general de la Organización de los Estados Americanos.
Ese argumento se ha hecho polvo porque también Colombia tuvo ya
un secretario general. Y sin embargo el Ecuador acaba de votar
por Colombia, luego era absolutamente falsa la argumentación del
presidente Durán Ballén con respecto a mi candidatura. Las
motivaciones eran otras: él no quería que un ecuatoriano fuera
candidato a la Secretaría General por motivos de política
interna; él se opuso a mi candidatura y el país debe conocer que
desde el comienzo, cuando en los corrillos de la Organización de
Estados Americanos empezó a circular el rumor de mi candidatura,
el presidente Durán Ballén y el canciller se precipitaron de una
manera absolutamente antidiplomática a otorgar el apoyo al único
candidato que por ese momento había lanzado ya su candidatura,
que era el canciller de Costa Rica Niehaus, con el ánimo de
bloquear la candidatura ecuatoriana y de colocarle al país frente
a hechos consumados. Ese fue el origen, esa fue la explicación
del presidente ecuatoriano en esa materia meses atrás. Cuando la
presión de la opinión pública ecuatoriana le forzó a cambiar de
actitud el Gobierno realmente lo hizo simplemente de labios para
fuera, pero por debajo no tuvo ningún interés en impulsar la
candidatura ecuatoriana. Yo tuve varios contactos con presidentes
de América Latina; en algún caso hubo un presidente
latinoamericano que llamó al teléfono al presidente de la
República ecuatoriano para preguntarle cómo iba la candidatura de
Borja y el presidente, al teléfono, le contestó que él no
conocía, porque esa no era una candidatura del Gobierno
ecuatoriano, sino una candidatura unipersonal del Dr. Borja. Esa
fue la conducta del presidente de la República en este caso. El
dio el golpe bajo a las aspiraciones del pueblo ecuatoriano de
contar con un secretario general de la Organización de los
Estados Americanos.

Dr. Borja, en todo caso la elección del presidente Gaviria para
la Organización de los Estados Americanos ha generado mucha
expectativa en cuanto a que su presencia pueda remozar la
organización, pueda darle un nuevo giro, un nuevo vuelco y una
mayor participación en el contexto de la política interamericana.
¿Usted cree que esas expectativas tienen posibilidades reales a
ser llevadas a cabo y que la OEA pueda convertirse en una especie
de líder, o retomar un papel de liderazgo internacional en la
política interamericana?

Podría convertirse la OEA en un organismo útil de liderazgo y de
arbitraje al mismo tiempo en la política interamericana, siempre
que el secretario general se conduzca con independencia respecto
de los grandes países de este hemisferio. Yo creo que el
presidente Gaviria es un hombre competente, que está
perfectamente calificado para ejercer el cargo pero a condición
de que lo haga con independencia, que en este momento de América
Latina es un ingrediente realmente importante para el éxito del
ejercicio de la Secretaría General y para un cambio de timón
-como solía decir Galo Plaza- a la Organización en momentos tan
cruciales en la política de América Latina.

¿Estas revelaciones que usted nos ha formulado respecto a las
dudas, a las vacilaciones en torno al apoyo que debían dar a su
candidatura, el hecho presentado la semana anterior con las
declaraciones del embajador Ponce respecto al problema limítrofe
de Ecuador y de aquella encuesta que usted conoce, todas estas
situaciones harían o conducirían a que el ministro de Relaciones
Exteriores Diego Paredes haya perdido la autoridad suficiente
como para seguir en ese portafolio?

Yo creo que sí, realmente es bochornosa la conducta internacional
del país, las vacilaciones, las contradicciones, la línea
tortuosa que ha llevado el país, la dependencia y el sometimiento
a poderes y a presiones que no son las ecuatorianas. Todo esto ha
llenado de bochorno al Ecuador en el manejo de su política
internacional en el caso de la O.E.A. Vea usted cómo el camino ha
sido tortuoso: apoyo precipitado al canciller de Costa Rica,
cambio de ubicación por la presión de la opinión pública
ecuatoriana, retorno del apoyo antidiplomático a Costa Rica,
negativa de apoyar a Colombia a pesar de que motivos geopolíticos
determinaban ese apoyo, y finalmente cambio de actitud en
vísperas de la elección y apoyo final a Colombia para adherirse
al deseo de la mayor parte de los países latinoamericanos. Todo
esto ha sido un proceso tortuoso. En otra materia, en materia de
intervención de embajadores en la política interna les recuerdo
que por mucho menos el embajador norteamericano durante mi
Gobierno tuvo que salir porque yo no admití que un embajador
extranjero se permita el derecho de dar lecciones al presidente
de la República de cómo debía manejar los asuntos económicos del
Ecuador. Por mucho menos el embajador norteamericano tuvo que
salir porque así lo exigió el decoro del país, la soberanía
ecuatoriana que no podía admitir interferencias extranjeras en el
manejo de sus asuntos internos. Ahora veo que los embajadores
hacen pronunciamientos de todo tipo, intervienen en la política
interna, y no solamente que no salen, sino que son invitados de
honor a las giras del presidente de la república por diversos
parajes ecuatorianos; esto es un bochorno, es una vergüenza, hay
una falta de hidalguía, una falta de independencia y de decoro en
la conducción de los asuntos exteriores. El propio voto en la OEA
es evidente que fue causado por un documento del Departamento de
Estado de los EE.UU., por la presión del gobierno norteamericano,
esa presión, ese mandato fue el que obedecieron el presidente de
la República y el canciller para depositar su voto en la última
elección de la Secretaría General de la OEA. Todo esto es
bochornoso, todo esto es renunciar a la independencia y a la
soberanía del país.

En el tema de las relaciones bilaterales y el conflicto
territorial con el Perú, ¿cómo juzga usted el manejo diplomático
que se ha hecho, particularmente de las últimas declaraciones del
embajador Ponce de Perú respecto a lo que opinan los ecuatorianos
sobre el conflicto territorial y por otro lado usted cree que
hemos vuelto a fojas cero en cuanto a las relaciones bilaterales
y la posibilidad de abrir un diálogo con el Perú?

Me temo que sí, me temo que el manejo catastrófico que ha hecho
el Gobierno ecuatoriano de este problema nos han situado al
comienzo de la situación, es decir como hace cinco años atrás.
Creo que éste gobierno es culpable de haber abandonado la tesis
del arbitraje papal que tuvo un enorme respaldo, tanto en la
opinión pública ecuatoriana como en los círculos diplomáticos
internacionales y que fue el factor que obligó al Perú a
preocuparse del tema, a venir al Ecuador y entablar
conversaciones directas para tratar de buscar una solución bajo
el impacto de la tesis del arbitraje. El Perú aceptó que existía
un problema entre el Ecuador y el Perú en materia territorial por
primera vez en la historia de nuestro conflicto, de tal manera
que al abandonar la tesis del arbitraje el Ecuador perdió un arma
de presión para obligar al Perú a buscar una solución. Alguna vez
yo hablaré sobre el tema, creo que lo hecho por el Gobierno
ecuatoriano es realmente criminal en esta materia, por odio al
Gobierno anterior, por ese complejo de inferioridad que le hace
atacar permanentemente a mi Gobierno. Ellos abandonaron la tesis
de arbitraje y las consecuencias son las que está sufriendo el
país. Pero no quiero abundar más en consideraciones sobre el
tema, llegará un momento en que yo me presente ante el país y
acuse al Gobierno ecuatoriano de errores criminales en el manejo
de la cuestión territorial con el Perú.

Cuando yo abandoné el poder hace año y medio estuvimos a un paso
de buscar una solución de equidad, de honor y de dignidad para el
país. Hoy todo se ha echado a perder, han deshecho todo lo
avanzado, han desandado todo el camino y estamos a fojas uno en
esa materia. Deberán responder en su momento el presidente, el
canciller y el Gobierno por el manejo tan torpe y tan poco
patriótico y tan poco digno y tan poco eficaz de este problema.

Quisiera volver sobre el tema OEA y su opción para ir a la
Secretaría de esa organización, y me refiero a una noticia, un
análisis que hace el diario el comercio. Dice en el titular
"Borja sí tuvo chance". ¿Usted cree realmente que hubo esa
opción?

Claro que sí, muchos países, la mayor parte de los países,
empezando por el Canadá que fue el dueño de la idea, plantearon
la necesidad de que fuera un ex presidente el que ocupara la
Secretaría General de la OEA. Y entonces seis presidentes fueron
los que me plantearon la posibilidad de la candidatura. Yo
condicioné el asunto a la conducta del Gobierno ecuatoriano,
porque en esta materia hay un requisito no escrito pero no por
eso menos vigente, y es que el candidato debe merecer el respaldo
de su propio país, sino no es posible llevar a buen éxito una
candidatura, y entonces por eso era indispensable la definición
del Gobierno ecuatoriano y el trabajo del Gobierno ecuatoriano en
esta materia. Vea usted cómo ha trabajado la canciller
colombiana, de quien se dice que es la artífice del triunfo de
Gaviria. Así deben trabajar los países en favor de sus
posibilidades y eso fue lo que no hizo el presidente ecuatoriano
que tuvo muchas oportunidades para hacerlo en las reuniones
internacionales. Conozco, por contactos con los otros
presidentes, no solamente que no hizo nada sino que
deliberadamente quiso dejar la sensación de que la candidatura
mía no merecía la simpatía ni el respaldo del Gobierno
ecuatoriano. El presidente cree que yo no lo sé, pero él olvida
que yo tengo muchos amigos presidentes que estuvieron sentados
junto a Durán Ballén y que me expresaron su sorpresa porque
cuando se tocaba el tema de la OEA, el señor Durán Ballén
guardaba absoluto silencio para que los demás presidentes se
enteraran que yo no gozaba de la simpatía del Gobierno
ecuatoriano. Esta fue la trama que ocurrió y esto fue lo que me
obligó por decoro y para librarle al país de un bochorno, a
abandonar y a declinar mi candidatura que definitivamente tenía
muchísimas posibilidades.

EN SINTESIS

- La elección de Gaviria ha cumplido el deseo de los presidentes
de América Latina de elevar al cargo,

-Me parece realmente penosa la conducta del Gobierno ecuatoriano
en esta elección.

-Se ha hecho polvo el argumento de que ahora le toca el turno a
un país centroamericano, porque también Colombia tuvo ya un
secretario general.

-Podría convertirse la OEA en un organismo útil de liderazgo y de
arbitraje al mismo tiempo en la política interamericana, siempre
que el secretario general se conduzca con independencia respecto
de los grandes países de este hemisferio.

-El canciller debería salir, realmente es bochornosa la conducta
internacional del país, las vacilaciones, las contradicciones, la
línea tortuosa que ha llevado y el sometimiento a poderes y a
presiones que no son las ecuatorianas.

-Por mucho menos el embajador norteamericano durante mi Gobierno
tuvo que salir porque yo no admití que un embajador extranjero se
permita el derecho de dar lecciones al presidente de la República
de cómo debía manejar los asuntos económicos del Ecuador.

-Ahora los embajadores hacen pronunciamientos de todo tipo,
intervienen en la política interna, y no solamente que no salen,
sino que son invitados de honor a las giras del presidente.

-Hay una falta de hidalguía, una falta de independencia y de
decoro en la conducción de los asuntos exteriores.

-El manejo catastrófico que ha hecho el Gobierno ecuatoriano de
el problema con el Perú nos han situado al comienzo de la
situación, es decir como hace cinco años atrás. Este gobierno es
culpable de haber abandonado la tesis del arbitraje papal.

-Lo hecho por el Gobierno ecuatoriano es realmente criminal en
esta materia (Perú).

-Llegará un momento en que yo me presente ante el país y acuse al
Gobierno ecuatoriano de errores criminales en el manejo de la
cuestión territorial con el Perú. (5A)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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