Quito. 19 jul 2000. El sector de la construcción, en general y,
en particular, el negocio inmobiliario, registran una leve
recuperación durante los cinco primeros meses de 2000, aunque
persisten efectos negativos de las escaladas inflacionaria y
devaluatoria experimentadas durante 1999 e inicios de este año.

Representantes de ambos sectores coinciden en que la estabilidad
lograda con la dolarización ha permitido una racionalización de
las tasas de interés a niveles que bordean el 16% anual (aunque
consideran que el rubro es aún elevado), factor clave para que los
compradores puedan endeudarse a largo plazo para adquirir una
vivienda propia.

El descongelamiento, la utilización de certificados de depósitos
reprogramados para cancelar deudas y el retorno de la confianza
son, según Patricio Aguilar, decano de la Facultad de Arquitectura
de la Universidad Central, factores que han permitido revertir la
crisis del sector.

María Dolores Guarderas, gerente de Crédito de Proinco, cree que
la recesión en el negocio de bienes raíces ha terminado, aunque
aún no se evidencian importantes niveles de recuperación.

Explica que la demanda de crédito hipotecario, entre mayo y julio,
asciende a 1,5 millones de dólares, mientras en 1999 y los
primeros meses de este año fue nula. La cifra representa 82% del
portafolio de créditos que maneja la financiera. De este rubro, un
79% se ha destinado a financiar la compra de inmuebles; a la
ampliación o remodelación 13% y a la construcción 8%.

Francisco de la Torre, gerente se Servicios Inmobiliarios de la
Mutualista Pichincha (MP), sostiene que, en ese lapso, se han
concluido varios proyectos de vivienda. Cita el llamado Tulipanes,
que comprende 30 departamentos, que fueron vendidos entre
diciembre de 1999 y abril de este año; y otro de 19 casas
unifamiliares, que se agotaron durante las tres primeras semanas
de enero pasado.

Al hacer un análisis del sector, De la Torre afirma que 1999 y lo
que va de 2000 han sido períodos con un fuerte decrecimiento
frente a los niveles de ventas registrados en 1998 y años
anteriores. Por estas razones, el gerente de MP señala que hay una
lenta recuperación de las ventas, a nivel de clase media alta y
alta solamente.

Patricio Aguilar enfatiza que la industria de la construcción está
avocada a dejar su tradicional dependencia de la obra pública y a
elaborar sus propias estrategias de desarrollo, mediante proyectos
que apunten hacia la masificación de la vivienda.

"Es hora de que los constructores presentemos proyectos cuyos
costos permitan llegar a familias con pocas posibilidades de
endeudamiento. Ya no es rentable construir viviendas caras, pues
las posibilidades de financiamiento se han cerrado".

Marcelo Noboa, presidente del Colegio de Arquitectos de Pichincha,
resalta la necesidad de reactivar el sector, que genera cerca de
500 000 fuentes de empleo, 50% directo y 50% indirecto,
equivalente al 10% de la población económicamente activa.

Noboa es menos optimista y advierte que la reactivación del sector
aún no es alentadora, ya que la mayoría de la población no ha
recuperado su capacidad de ahorro y persiste la desconfianza en la
banca.

El constructor estima que en la actualidad el déficit habitacional
supera 1 300 000 viviendas y que la demanda asciende a 50 000 por
año.

Santiago Rivadeneira, presidente del Banco Solidario, sostiene que
existe un claro repunte en la demanda de vivienda social, debido
fundamentalmente a que la dolarización eliminó la modalidad de
endeudamiento en Unidades de Valor Constante (UVC), "que liquidó a
quienes optaron por este sistema".

Los precios suben 53% en el primer trimestre

De acuerdo con los resultados de la encuesta #100 correspondiente
al primer trimestre de 2000, efectuada por el Banco Central, los
precios de los materiales de la construcción se habrían
incrementado 53%, pese a que muchos de ellos ya estaban
dolarizados.

Tal situación ha incidido en el costo de los bienes inmuebles. Por
ejemplo, según Marcelo Noboa, un departamento de 120 m2 que en
enero de 1999 costaba 420 millones de sucres (60 000 dólares),
ahora cuesta 1 500 millones de sucres, que equivalen a los mismos
60 000 dólares, hecho que prueba la devaluación del sucre.

Casas unifamiliares de 90 m2, que en diciembre pasado se vendían
en 18 000 dólares, hoy cuestan 32 000 dólares. El precio de un
departamento de 96 m2 subió de 22 000 a 35 000 dólares; uno de
apenas 50 m2 pasó de 11 500 a 16 750 dólares, y otro de 67 m2 de
14 650 a más de 22 000 dólares.

Una teja que en noviembre pasado costaba 400 sucres hoy cuesta
1 200 sucres; un ladrillo subió de 800 a 2 500 sucres en igual
lapso.

En estos casos, los constructores entrevistados sustentan el
argumento de que el mayor dolor de cabeza de la industria es el
encarecimiento contíinuo de los materiales de la construcción.

Javier Pallares, presidente de la Mutualista Pichincha, asegura
que la situación es causada por que en el Ecuador no existe una
política antimonopolios, sobre todo para la producción y
comercialización de productos como el hierro, el cemento y la
madera, principalmente.

Pallares señala que esta situación ha impedido que los cuidadanos
de la clase media hacia abajo accedan a una vivienda propia.
"Solo quienes tengan ingresos de por lo menos diez millones de
sucres o familiares mayores a 15 millones de sucres mensuales
pueden hacerlo en la actualidad", acota.

Proyectos

Rody Cabezas, Presidente de la Cámara de la Construcción de Quito
(CCQ) es el menos optimista, pues sostiene que el sector aún no ha
despegado.

Basa su tesis en cifras que demuestran que la construcción en los
últimos 20 años ha decrecido: mientras en 1980 su participación en
el PIB era del 7,5%, en 1999 cayó al 2,5 %, cifra que se mantiene
hasta la fecha.

Pero, a pesar de las dificultades, la Mutualista Pichincha avanza
en su proyecto de 120 departamentos en el Conjunto Dos
Hemisferios, en la vía a la Mitad del Mundo, de los cuales, desde
marzo hasta la fecha, 70 ya están vendidos.

Para el resto del año e inicios de 2001, tienen proyectos que
comprenden 162 departamentos y 131 casas, además de un plan de
vivienda económica de 200 casas en la vía hacia el valle de Los
Chillos.

En la misma línea trabaja Proinco, que ofrece planes de
financiamiento para cubrir hasta el 70% del valor de un inmueble,
mediante créditos hipotecarios que varían de acuerdo con el
producto.

Por ejemplo, para casas desde ocho hasta 60 mil dólares el crédito
se otorga desde cinco hasta 40 mil dólares y el plazo va desde
tres hasta 15 años, con una tasa de interés del 18% anual.

El Banco Solidario ha focalizado sus operaciones hacia la vivienda
de interés social; tiene en marcha 15 proyectos que demandan una
inversión de cuatro millones de dólares. (DIARIO HOY) (P. 5-A)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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