La Paz. 16.06.93. (Editorial) Con las manos en alto, al anunciar
su fracaso electoral, el ex dictador boliviano, Hugo Bánzer puso
fin a 30 años de una controvertida trayectoria política, sin
hacer realidad su sueño de ser presidente democráticamente
electo.
Por tercera consecutiva tras una elección general, a Bánzer le
tocó asumir la decisión de anunciar públicamente su candidatura,
y hacer posible, con el voto de sus parlamentarios, la elección
de un presidente que nunca fue el mismo.
El martes 9 de junio de 1992 quedará para "El General" -como se
lo llama en Bolivia- como una fecha histórica que marcó el fin de
su carrera, al levantar las manos y renunciar a su última, aunque
muy disminuida, posibilidad de retornar al poder.
Desde su alejamiento del poder, luego de una dictadura que
protagonizó entre 1971 y 1978, Bánzer participó cinco veces en
elecciones nacionales, y aunque tuvo exitosos resultados en
votación, nunca logró materializar su deseo de ser llamado
"presidente constitucional".
Bánzer, de 67 años, arrastró en los últimos 15 años el
denominativo de "ex dictador", como estigma de una realidad
histórica que siempre le costó reconocer.
El General siempre intentó explicar el golpe de Estado que en
1971 lo llevó al gobierno como un hecho del pasado del que nunca
se arrepintió, pero que se debió -según dijo- a determinadas
condiciones históricas que exigieron su participación para
"frenar el comunismo, el caos y la anarquía".
A partir de entonces, en todo foro o entrevista el tema de su
dictadura se volvió para él un tema recurrente y molestoso, pero
a la vez obligatorio.
La tristemente célebre frase "donde vean un extremista, mátenlo.
Yo me responsabilizo" que alguna vez dijo Bánzer a los campesinos
durante su dictadura, se ha convertido en una de las expresiones
más recordadas "para refrescar la memoria del pueblo" en todo
este tiempo.
Antes de las elecciones del domingo, Bánzer dijo que "gane o
pierda" esta sería la última vez que propondría su candidatura a
la presidencia de la República.
La carrera política de Bánzer comenzó en 1964, cuando fue
ministro de Educación del gobierno del general René Barrientos.
En 1978 se vio forzado a renunciar al poder, presionado por una
gigantesca huelga de hambre en todo el país que había sido
iniciada por cuatro mujeres mineras.
Un año después participó con su partido, la derechista acción
democrática nacionalista (ADN), en las elecciones nacionales, en
las que resultó ubicado en tercer lugar, con 14,9 por ciento de
los votos.
En las elecciones de 1980, Bánzer ratificó su tercera
ubicación,pero subió en votación a 16,8 por ciento, aunque el
proceso se vio interrumpido por el golpe de Estado del ex general
Luis García Meza (Hoy prófugo de la justicia, condenado a 30 años
de prisión sin derecho a indulto).
En 1985, Bolivia inició el proceso de consolidación de su
democracia con nuevas elecciones nacionales.
Ese año, Bánzer sorprendió a sus adversarios al alcanzar el
primer lugar de la preferencia electoral -32,8 por ciento de los
votos- pero al no alcanzar mayoría (50 por ciento más uno de los
votos), declinó su candidatura en favor de Víctor Paz
Estenssoro, que era segundo.
En 1989, Bánzer llegó segundo en las elecciones -22,7, por
ciento- después de Gonzalo Sánchez de Lozada quien poco antes
había roto el "pacto por la democracia", que su partido, el
Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) mantenía con ADN
para retribuir el apoyo del general.
Resentido porque el MNR le negó el apoyo que esperaba, Bánzer
volvió a declinar su postulación presidencial en el congreso y
apoyó en los votos de sus legisladores a Jaime Paz Zamora, que
salió tercero en las elecciones.
En 1993, con una derrota visible de más de 15 por ciento, la
historia se repitió para Bánzer, que al ver que ninguna alianza
real le alcanzaría para tener los 79 votos congresales para su
elección, renunció definitivamente a su aspiración, en favor,
esta vez, de Sánchez de Lozada.
Bánzer logró este año, en alianza con el partido de Paz Zamora,
solo 20,7 por ciento de los votos, frente a 36,2 por ciento de
Sánchez de Lozada.
El gesto de Bánzer ha sido calificado por analistas como una
ratificación de la "vocación democrática" que el ex dictador
demostró en los últimos ocho años, en los que colaboró con paz
Estenssoro y Paz Zamora para darles "gobernabilidad" con su
mayoría en el congreso. (IPS) (4A)
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