"NOSOTROS CREEMOS EN LA SALUD PUBLICA"
Cuenca. 08.11.93. "Nosotros creemos en la Salud Pública". A esta
conclusión ha llegado el actual gobierno de Chile, luego de casi
cuatro años de gestiones y de una experiencia iniciada en el
régimen anterior de modernización del sector de la Salud en ese
país. En el marco de la XVII Reunión de Ministros de Salud del
Area Andina, a la que Chile se reintegró en Cuenca después de
quince años de ausencia, el ministro encargado de Salud de ese
país, Patricio Silva, ofreció un balance de los logros y defectos
del sistema chileno. "El Ecuador está varios pasos atrás de los
demás países de la Subregión Andina", fue el comentario que hizo
para HOY el ministro ecuatoriano de Salud, Patricio Abad Herrera,
empeñado, por lo pronto, en conseguir la recuperación parcial de
costos en los hospitales.
"El tema de la Salud es en Chile uno de los problemas políticos
más importantes", según el viceministro Silva. En las encuestas,
los chilenos conceden a la Salud el segundo lugar entre las
necesidades, superada en urgencia solamente por la seguridad
ciudadana. Como respuesta a esta situación, el gobierno de
Patricio Alwyn se ha visto obligado a incrementar el presupuesto
de salud "en cifras superiores a la inflación proyectada". Sin
embargo, el gasto en Salud, incluyendo el del sector privado, es
bajo, no supera el 5 por ciento del Producto Geográfico Bruto.
Resulta muy decidor que a pesar de los éxitos medibles del
Sistema Nacional Público de Protección de Salud en Chile, que se
reflejan por ejemplo en una reducción drástica de la mortalidad a
todo nivel y en la disminución de la brecha de mortalidad en las
zonas pobres respecto a las ricas, la gente en Chile está
descontenta con la atención médico-curativa que recibe. Así lo
confirman todas las encuestas.
Según Patricio Silva, esto se debe sobre todo a deficiencias en
la organización de los hospitales, que se expresan por ejemplo en
largas colas de espera. "No hemos llegado a entender lo que es la
atención al servicio del paciente", admite el funcionario.
También lo hace respecto al fracaso de la comunicación. No se ha
hecho entender a la población las gestiones que se están
realizando.
UNA TERRIBLE MENTE CENTRALIZADORA
"Modernización no es privatizar ni achicar el tamaño del Estado.
Sí es descentralización. Más que el cómo, la pregunta es hasta
dónde y con qué instrumentos", dijo Silva a los delegados de los
países andinos reunidos en Cuenca. En Chile, el gobierno anterior
en forma autoritaria delegó el manejo de los centros de salud a
los municipios. Aunque el gobierno de Patricio Aylwin coincidió
en este sistema de descentralización, se topó con la falta total
de capacidad de gestión de los municipios pequeños y con que los
profesionales, más que los usuarios, no llegaron a entender esta
transferencia de responsabilidades.
La descentralización a nivel de consultorios de especialidades y
hospitales se la realiza dentro del Ministerio de Salud y la
discusión gira en torno a los extremos a que se puede llegar.
¿Puede un hospital ser totalmente autónomo?, es la pregunta.
"El cuello de botella es contar con personas capacitadas para
administrar hospitales. Se han formado académicos, pero no
personas capaces de gestionar un hospital de una ciudad pequeña".
Además de los problemas con el régimen de empleados públicos,
que, según Silva, no permite premiar a los buenos y eliminar a
los malos, el sistema se topa con "una terrible mente
centralizadora. Al primer problema golpean a la puerta del
Ministerio. Son descentralizados para gastar y centralizados para
pedir dinero".
NO A LA COMPETENCIA
Uno de los graves problemas que originó la modernización del
sector fue la transferencia de fondos públicos al sector privado.
La idea era conseguir un desarrollo óptimo de este sector. Ahora
se ha llegado "a la contradicción de financiar un seguro privado
con dinero destinado a la Salud Pública". Para Silva, el sector
privado no debe actuar como competidor del sector público, sino
como complemento. Cuando hay competencia no se aprovechan bien
los recursos, por la duplicación de esfuerzos". Otro de los
asuntos en debate es la cuestión de cómo asignar los recursos.
Actualmente se hace por atención prestada. Sin embargo, el sector
privado, sin ningún control de costos, hace todo por aumentar las
atenciones. Resulta así que en este sector se registra entre un
60 y un 80 por ciento de cesáreas, mientras en el sector público
esta cifra no supera el 25 por ciento.
Para no provocar una explosión de costos del sector de la Salud,
que ha causado graves problemas incluso a los países más ricos,
Chile busca actualmente un "sistema de contención de costos".
De "tibia" calificó el ministro encargado la participación en su
país de la empresa privada, los colegios profesionales y otros
sectores particulares en la responsabilidad respecto a la Salud.
Interesante también el planteamiento de que las presiones
políticas todas están encaminadas hacia una mayor inversión en la
atención hospitalaria, mientras en base a cuadros estadísticos se
puede comprobar que la mayor parte de las enfermedades atendidas
en los hospitales se deben a un estilo equivocado de vida. Es el
caso por ejemplo de las enfermedades cardiovasculares. "Es mejor
invertir en cambiar los estilos de vida y en evitar la
contaminación", concluyó Silva.
ECUADOR: NO ESTAMOS PREPARADOS
"No estamos todavía preparados para eso", comento el ministro
ecuatoriano Patricio Abad la exposición de Silva respecto al
seguro privado en Chile. "Aquí hemos dado los primeros pasos,
como es la recuperación parcial de costos". Dijo que "lo que
podría darse en el futuro es más bien la organización de empresas
privadas que puedan vender o administrar servicios de salud".
Según el ministro "mentalmente, el Ecuador todavía está en el
proceso de la gratuidad, que ha calado tanto que se concibe al
Estado como el único protector y padre de todo. No podemos hablar
de seguros como en Chile, Colombia, Bolivia. Siempre habrá una
parte de la población a la que no se puede llegar sino con toda
la gratuidad y todos los subsidios. Pero el grueso de la
población sí puede contribuir para tener un seguro. Si, está en
mente. Nosotros conocemos los sistemas. He estado en Bolivia,
viajaré a Chile e iré a Israel. Tenemos la concepción".
Para el ministro ecuatoriano "Salud Pública no significa regalar
nada. Significa desarrollar mejor los servicios públicos para que
los usuarios reciban un trato digno, adecuado con eficiencia y
equidad".
"NO PUEDE REGALAR UN HOSPITAL A NADIE"
Modernización tampoco "implica necesariamente la privatización,
ni el despido intempestivo de gente. Modernización es introducir
formas de administración que puedan hacer más efectiva la acción
de la Salud, basándonos en un presupuesto tan bajo. Los elementos
que pretendemos introducir son una administración gerencial y
comprometer la autogestión".
"Nuestros presupuestos siempre estarán para el sector público",
dijo refiriéndose a la experiencia chilena con el fomento del
sector privado. "El propio sector privado debe tomar la
iniciativa aquí. Usted no puede regalar o vender un hospital a
nadie. Lo podrá dar en administración, porque los médicos no
sabemos administrar. Hay que aprovechar del conocimiento del
sector privado en administración y eso es lo que estamos haciendo
en los sistemas de coadministración".
El ministro se refirió a siete hospitales en Quito, Azogues e
Ibarra que han sido entregados a fundaciones privadas, para que
los administren con recuperación parcial de costos. "En los
convenios firmados los gastos de administración son del seis por
ciento, mientras en la administración del Estado Usted paga el 80
por ciento en sueldos. No sé hasta cuando puedan aguantar las
fundaciones en este sentido".
Según el ministro, la Salud no es sólo un derecho de los
ecuatorianos, sino también un deber. Lo que se trata de lograr es
que las organizaciones civiles, las fundaciones, varios sectores
sociales como las cámaras de industrias se involucren en la
Salud.
¿Y el compromiso del Estado? "Desgraciadamente desde 1979/80 la
Salud ha venido recibiendo un pésimo trato", admite Abad. "Ha ido
declinando sistemáticamente el presupuesto de la Salud, hasta
llegar a apenas un cuatro por ciento del Presupuesto General del
Estado. La intención de este gobierno es aumentar el presupuesto.
La cifra aún no la sabemos exactamente. El presidente siente que
la Salud es una compensación social necesaria en el país". (3A)
Cuenca. 08.11.93. "Nosotros creemos en la Salud Pública". A esta
conclusión ha llegado el actual gobierno de Chile, luego de casi
cuatro años de gestiones y de una experiencia iniciada en el
régimen anterior de modernización del sector de la Salud en ese
país. En el marco de la XVII Reunión de Ministros de Salud del
Area Andina, a la que Chile se reintegró en Cuenca después de
quince años de ausencia, el ministro encargado de Salud de ese
país, Patricio Silva, ofreció un balance de los logros y defectos
del sistema chileno. "El Ecuador está varios pasos atrás de los
demás países de la Subregión Andina", fue el comentario que hizo
para HOY el ministro ecuatoriano de Salud, Patricio Abad Herrera,
empeñado, por lo pronto, en conseguir la recuperación parcial de
costos en los hospitales.
"El tema de la Salud es en Chile uno de los problemas políticos
más importantes", según el viceministro Silva. En las encuestas,
los chilenos conceden a la Salud el segundo lugar entre las
necesidades, superada en urgencia solamente por la seguridad
ciudadana. Como respuesta a esta situación, el gobierno de
Patricio Alwyn se ha visto obligado a incrementar el presupuesto
de salud "en cifras superiores a la inflación proyectada". Sin
embargo, el gasto en Salud, incluyendo el del sector privado, es
bajo, no supera el 5 por ciento del Producto Geográfico Bruto.
Resulta muy decidor que a pesar de los éxitos medibles del
Sistema Nacional Público de Protección de Salud en Chile, que se
reflejan por ejemplo en una reducción drástica de la mortalidad a
todo nivel y en la disminución de la brecha de mortalidad en las
zonas pobres respecto a las ricas, la gente en Chile está
descontenta con la atención médico-curativa que recibe. Así lo
confirman todas las encuestas.
Según Patricio Silva, esto se debe sobre todo a deficiencias en
la organización de los hospitales, que se expresan por ejemplo en
largas colas de espera. "No hemos llegado a entender lo que es la
atención al servicio del paciente", admite el funcionario.
También lo hace respecto al fracaso de la comunicación. No se ha
hecho entender a la población las gestiones que se están
realizando.
UNA TERRIBLE MENTE CENTRALIZADORA
"Modernización no es privatizar ni achicar el tamaño del Estado.
Sí es descentralización. Más que el cómo, la pregunta es hasta
dónde y con qué instrumentos", dijo Silva a los delegados de los
países andinos reunidos en Cuenca. En Chile, el gobierno anterior
en forma autoritaria delegó el manejo de los centros de salud a
los municipios. Aunque el gobierno de Patricio Aylwin coincidió
en este sistema de descentralización, se topó con la falta total
de capacidad de gestión de los municipios pequeños y con que los
profesionales, más que los usuarios, no llegaron a entender esta
transferencia de responsabilidades.
La descentralización a nivel de consultorios de especialidades y
hospitales se la realiza dentro del Ministerio de Salud y la
discusión gira en torno a los extremos a que se puede llegar.
¿Puede un hospital ser totalmente autónomo?, es la pregunta.
"El cuello de botella es contar con personas capacitadas para
administrar hospitales. Se han formado académicos, pero no
personas capaces de gestionar un hospital de una ciudad pequeña".
Además de los problemas con el régimen de empleados públicos,
que, según Silva, no permite premiar a los buenos y eliminar a
los malos, el sistema se topa con "una terrible mente
centralizadora. Al primer problema golpean a la puerta del
Ministerio. Son descentralizados para gastar y centralizados para
pedir dinero".
NO A LA COMPETENCIA
Uno de los graves problemas que originó la modernización del
sector fue la transferencia de fondos públicos al sector privado.
La idea era conseguir un desarrollo óptimo de este sector. Ahora
se ha llegado "a la contradicción de financiar un seguro privado
con dinero destinado a la Salud Pública". Para Silva, el sector
privado no debe actuar como competidor del sector público, sino
como complemento. Cuando hay competencia no se aprovechan bien
los recursos, por la duplicación de esfuerzos". Otro de los
asuntos en debate es la cuestión de cómo asignar los recursos.
Actualmente se hace por atención prestada. Sin embargo, el sector
privado, sin ningún control de costos, hace todo por aumentar las
atenciones. Resulta así que en este sector se registra entre un
60 y un 80 por ciento de cesáreas, mientras en el sector público
esta cifra no supera el 25 por ciento.
Para no provocar una explosión de costos del sector de la Salud,
que ha causado graves problemas incluso a los países más ricos,
Chile busca actualmente un "sistema de contención de costos".
De "tibia" calificó el ministro encargado la participación en su
país de la empresa privada, los colegios profesionales y otros
sectores particulares en la responsabilidad respecto a la Salud.
Interesante también el planteamiento de que las presiones
políticas todas están encaminadas hacia una mayor inversión en la
atención hospitalaria, mientras en base a cuadros estadísticos se
puede comprobar que la mayor parte de las enfermedades atendidas
en los hospitales se deben a un estilo equivocado de vida. Es el
caso por ejemplo de las enfermedades cardiovasculares. "Es mejor
invertir en cambiar los estilos de vida y en evitar la
contaminación", concluyó Silva.
ECUADOR: NO ESTAMOS PREPARADOS
"No estamos todavía preparados para eso", comento el ministro
ecuatoriano Patricio Abad la exposición de Silva respecto al
seguro privado en Chile. "Aquí hemos dado los primeros pasos,
como es la recuperación parcial de costos". Dijo que "lo que
podría darse en el futuro es más bien la organización de empresas
privadas que puedan vender o administrar servicios de salud".
Según el ministro "mentalmente, el Ecuador todavía está en el
proceso de la gratuidad, que ha calado tanto que se concibe al
Estado como el único protector y padre de todo. No podemos hablar
de seguros como en Chile, Colombia, Bolivia. Siempre habrá una
parte de la población a la que no se puede llegar sino con toda
la gratuidad y todos los subsidios. Pero el grueso de la
población sí puede contribuir para tener un seguro. Si, está en
mente. Nosotros conocemos los sistemas. He estado en Bolivia,
viajaré a Chile e iré a Israel. Tenemos la concepción".
Para el ministro ecuatoriano "Salud Pública no significa regalar
nada. Significa desarrollar mejor los servicios públicos para que
los usuarios reciban un trato digno, adecuado con eficiencia y
equidad".
"NO PUEDE REGALAR UN HOSPITAL A NADIE"
Modernización tampoco "implica necesariamente la privatización,
ni el despido intempestivo de gente. Modernización es introducir
formas de administración que puedan hacer más efectiva la acción
de la Salud, basándonos en un presupuesto tan bajo. Los elementos
que pretendemos introducir son una administración gerencial y
comprometer la autogestión".
"Nuestros presupuestos siempre estarán para el sector público",
dijo refiriéndose a la experiencia chilena con el fomento del
sector privado. "El propio sector privado debe tomar la
iniciativa aquí. Usted no puede regalar o vender un hospital a
nadie. Lo podrá dar en administración, porque los médicos no
sabemos administrar. Hay que aprovechar del conocimiento del
sector privado en administración y eso es lo que estamos haciendo
en los sistemas de coadministración".
El ministro se refirió a siete hospitales en Quito, Azogues e
Ibarra que han sido entregados a fundaciones privadas, para que
los administren con recuperación parcial de costos. "En los
convenios firmados los gastos de administración son del seis por
ciento, mientras en la administración del Estado Usted paga el 80
por ciento en sueldos. No sé hasta cuando puedan aguantar las
fundaciones en este sentido".
Según el ministro, la Salud no es sólo un derecho de los
ecuatorianos, sino también un deber. Lo que se trata de lograr es
que las organizaciones civiles, las fundaciones, varios sectores
sociales como las cámaras de industrias se involucren en la
Salud.
¿Y el compromiso del Estado? "Desgraciadamente desde 1979/80 la
Salud ha venido recibiendo un pésimo trato", admite Abad. "Ha ido
declinando sistemáticamente el presupuesto de la Salud, hasta
llegar a apenas un cuatro por ciento del Presupuesto General del
Estado. La intención de este gobierno es aumentar el presupuesto.
La cifra aún no la sabemos exactamente. El presidente siente que
la Salud es una compensación social necesaria en el país". (3A)
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