Guayaquil. 6 sep 98. Ecuador podría sacar provecho de la
crisis al dar créditos al sector productivo, pero los
empréstitos internacionales serán más costosos, lo que
dificulta la reconstrucción económica y vial.

Associated Press

NUEVA YORK.- Corredores de bolsa en Nueva York han estado en
intensa actividad, estas últimas semanas. Las bolsas de varios
países han caído por la crisis asiática y rusa, cuyos efectos
ya se sienten en Latinoamérica en los países que habían
captado inversión extranjera.

¿En qué momento histórico nos encontramos, estamos frente a
un fenómeno económico similar al del año 29, año 81 o el de la
crisis mexicana? ¿De qué nivel y magnitud es la crisis que
empezó en las economías asiáticas y rusas, cuya onda expansiva
ha llegado a nuestro continente y a nuestro país?

EL UNIVERSO reunió a tres expertos en economía para encontrar
respuestas a estas interrogantes, y para conocer sus
planteamientos sobre las medidas que el gobierno del
Presidente Jamil Mahuad debería adoptar en medio de la crisis.

Rafael Cuesta Alvarez, miembro de la Junta Bancaria y ex
gerente general de la Corporación Financiera Nacional; Walter
Spurrier Baquerizo, director del semanario económico Análisis
Semanal; y, Omar Maluk Salem, director de la Escuela de
Economía de la Escuela Superior Politécnica del Litoral
(Espol) fueron los invitados a este diálogo.

Antecedentes de crisis

Desde hace unos 25 años hemos entrado en una etapa en la que
los capitales tienen mucha más movilidad en todo el mundo,
refiere Walter Spurrier. "Recordemos la crisis que tuvo toda
América Latina en 1982. Eso se debió en buena medida a que
nuestros países se endeudaron y después no tuvieron cómo pagar
los créditos. Este fenómeno de movimiento de los capitales ha
continuado y se ha acelerado en todo el mundo y los países
asiáticos resultaron muy adeptos a captarlos, sobre todo -vía
inversiones- realizadas a través de las bolsas de valores para
dinamizar sus economías".

El director de Análisis Semanal recuerda que los países
asiáticos no se abrieron a una inversión extra a capitalistas
europeos, americanos o de Japón, sino que buscaron básicamente
créditos para sus propias empresas. También demandaron capital
de quienes buscaban beneficiarse de la rentabilidad de estas
empresas, no montando, necesariamente, plantas industriales en
esos países. "La inversión directa fue realmente limitada",
recalca.

Spurrier sostiene que el problema se suscita cuando algunos
inversionistas llegaron a la conclusión, que no todo el
capital que habían entregado al Asia había estado bien
invertido.
"Había mucho desperdicio, si bien la economía estaba
creciendo, había mucha vinculación entre los gobiernos y los
bancos y mucha relación entre los bancos y las empresas a las
que prestaban. Los inversionistas se dieron cuenta que buena
parte del dinero que habían invertido se había perdido".

Consecuencias

Las consecuencias surgieron en un efecto dominó. Walter
Spurrier destaca que cuando empezó el retiro de capitales,
vino el colapso de la Bolsa de Valores, los problemas en la
balanza de pagos de esos países y se produjo la necesidad de
devaluar.

"La devaluación ha significado también pérdidas en la
población y en esos países donde no hay protección laboral,
también ha habido despidos masivos. No hubo problemas fiscales
pues los gobiernos se han manejado bien en ese aspecto".

La consecuencia: los capitales huyeron. Los inversionistas
sacaron su dinero de Asia, que en buena parte era en fondos de
inversión. "Los fondos de inversión encontraron que mucha
gente del Estado estaba retirando dinero y por lo tanto tenían
que vender su cartera. La primera cartera que se vende no es
aquella que ya está castigada, que ya ha caído, sino la que
está en peligro de caer, sobre todo aquella en mercados
emergentes. Así comienza la venta de acciones en Rusia, en
América Latina y eso ocasiona una caída de los mercados y de
las bolsas de Valores en todos los mercados emergentes", dice
Spurrier.

Los inversionistas comenzaron a sentir que los llamados
mercados emergentes eran un peligro, recalca. "Si esto había
ocurrido en Asia que era la que mejor se comportaba, había que
evitarlos (mercados emergentes). No solamente se iba el dinero
vía inversión en la Bolsa de Valores, sino que también
comenzaba a haber renuencia a hacer préstamos a los gobiernos
de estos países y a sus empresas".

Globalización y política

Rafael Cuesta Alvarez cuestiona que las sedes económicas
multilaterales existentes, sean suficientes para manejar una
situación de crisis global como la actual.

"Cuando fueron creadas las economías no eran tan
interdependientes como ahora", dice, al destacar la
importancia de la interrelación entre economía y política, por
la cual, sostiene habría que preguntarse "¿cómo este sistema
en vigencia se compagina con la tremenda crisis política de
todos los países"?

"Estados Unidos quiere convencer a los líderes políticos de la
necesidad que tiene la estabilidad política para lograr
estabilidad económica", recalca Cuesta Alvarez.

Lecciones

Aprender la lección dada al mundo con esta crisis, sería la
premisa. Rafael Cuesta Alvarez considera que las
conversaciones que se llevan a cabo entre el Fondo Monetario
Internacional y Latinoamérica, de alguna manera van a concluir
en una fórmula para una barrera en este continente, para
evitar el efecto tan profundo de la crisis.

El cambio debe darse, plantea. "Esta crisis va a traer consigo
la modernización del sistema económico mundial, otra forma de
manejar las cosas, porque el problema es el manejo del tema
político. Cualquier esquema económico que se imponga lo
destruye el sistema político".

"El Fondo Monetario va a tener que intervenir no solo en lo
económico, sino que también deberá poner lineamientos en lo
político. Si no saneamos, ni estabilizamos los sistemas
políticos del mundo, cualquier cosa que hagamos en ese aspecto
en aquellas economías en que no hay racionalidad política, se
va a destruir de la noche a la mañana", opina.

Hay que evitar tropezar con la misma piedra, por lo que Walter
Spurrier sugiere se debería establecer una mayor restricción
al movimiento de capitales. "Los movimientos no deben ser tan
libres, se debe evitar que los capitales entren a un país un
día y al día siguiente se vayan y causen problemas en las
economías".

Enfrentando la crisis en Ecuador

"El impacto de este fenómeno en Ecuador no va a ser muy grande
como en otros países. Ecuador está con una actividad económica
muy baja, como para que se diga que nuestra economía va a caer
sustancialmente", dice Omar Maluk.

Walter Spurrier sostiene que Ecuador se verá afectado por el
costo de los créditos externos. "Si se los consiguen serán a
tasas de interés mucho más alta". Advierte que "la banca va a
tener problemas con sus líneas de crédito, porque el gobierno
va a tener dificultades en conseguir el financiamiento que
necesita para su agudo déficit fiscal".

"Los productos de los países asiáticos van a hacer más
competencia en Ecuador, en terceros mercados y en el mercado
interno.

El analista señala que otra repercusión de la crisis de los
mercados emergentes, es la caída en la cotización de los Bonos
Brady ecuatorianos, lo cual indica que se ve al Ecuador como
un país de mucho más riesgo.

Pero Omar Maluk considera que se puede sacar ventaja en la
crisis y se opone a una devaluación en Ecuador, pues dice, "la
historia del Ecuador en cuanto a devaluaciones nos muestra que
cuando se devalúa, la inflación aumenta exactamente en la
misma proporción que se incrementa el tipo de cambio y por lo
tanto el tipo de cambio real no va a subir en términos de
producción.

"Ecuador tiene la gran oportunidad en estos momentos de
ajustar el problema por el lado del comercio exterior,
incrementando los aranceles de los productos suntuarios, que
seguramente van a bajar de precio, como los vehículos o los
electrodomésticos.

"Esto es posible siempre y cuando se lo incremente hasta el
promedio declarado en los acuerdos internacionales, cuando
ingresamos a la OMC. Es un margen del 5 a 10% que se podría
subir los productos suntuarios y reactivar el aparato
productivo, bajando los aranceles de las materias primas de 5
a 1 ó 2%, de tal manera que en Ecuador el sector productivo se
interese más por la diferencia entre los precios relativos
entre los bienes importados o comerciales, que no son
productivos y los bienes de producción, como el caso de la
agricultura, que son bienes transables a nivel internacional.

"Si además el gobierno modifica su política de crédito interno
y de alguna manera, a través de la Superintendencia de Bancos,
trata de que el sector bancario ofrezca sus líneas de crédito
disponibles al sector productivo y no solamente a los
importadores, entonces seguramente podremos salir de la crisis
por el lado de la producción. Personalmente creo que la mejora
tiene que ser por el lado de la producción para que sea
sostenido, porque una devaluación, sería simplemente ajustar
el tipo de cambio pero no va a ser sostenido en el tiempo".
(Texto tomado de El Universo)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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