Caracas. 04.09.90. La mancha petrolera derramada por la
crisis en el Golfo Pérsico ya contaminó a América Latina,
donde los países soportan un impacto económico por dos frentes
fundamentales: por el lado de los productores y por el lado de
los consumidores.

Para los países consumidores el panorama es sombrío, pues los
precios suben y algunas economías quedan enfrentadas a un
futuro incierto, mientras los productores tienen la
oportunidad, aunque limitada, de aprovechar un mercado con
mejores precios y perspectivas de subir sus ventas.

Sin embargo, el telón de fondo de esta situación es que el
encarecimiento del petróleo puede estimular una recesión con
efectos perversos para las economías frágiles que buscan
resurgir tras una década de lidias con la deuda externa,
estancamiento y persistentes procesos inflacionarios.

Aunque el acuerdo alcanzado en la Organización de Países
Exportadores de Petróleo (OPEP), el 29 de agosto pasado para
aumentar su producción dará mayor serenidad a los mercados
internacionales, se considera poco probable un descenso
pronunciado de los precios del crudo, siempre y cuando se
mantenga la situación de confortación en el Golfo.

La invasión de Iraq a Kuwait provocó un cese en las
exportaciones petroleras de estos países que generó un déficit
en la oferta hidrocarburífera de alrededor del 4 millones de
barriles diarios. Esto supuso, de otra parte, que los precios
internacionales se disparen de 15 a 30 dólares por barril, en
pocas semanas de inciado el conflicto.

¿Qué pasa con América Latina?

En el escenario latinoamericano, Brasil aparece como la nación
más afectada por esta crisis, pues compraba a Iraq 160 mil
barriles diarios y a Kuwait 30 mil, para su consumo de 1,2
millones de barriles diarios, de los que importa el 50 por
ciento. Las pérdidas de Brasil llegarían casi a 3,3 mil
millones de dólares entre este año y el próximo, entre
exportaciones e importaciones.

Sus adquisiciones petroleras, a 25 dólares por barril,
subirían en 660 millones de dólares hasta finales de este año,
y en dos mil millones de dólares durante 1991, según cálculos
del gobierno. Al mismo tiempo ese país sumó al embargo mundial
y paralizó sus exportaciones de armas, azúcar, pollo,
automóviles hacia estos dos países, que restarán ingresos por
200 millones de dólares este año y 400 millones el próximo.

Otro país afectado por la crisis del Golfo es Chile, que
importa de diversos países el 85 por ciento de sus
hidrocarburos. De acuerdo a cálculos de este gobierno, su
factura petrolera se incrementará en 800 a 1.500 millones de dólares.

En Uruguay no se plantean problemas de abastecimiento, pues
sus compras las realiza a México, Irán, Nigeria y Emiratos
Arabes Unidos, pero, al igual que en otros países ya se espera
que la crisis del Golfo incremente los precios internos de sus
combustibles.

Algunos países se acercan más a una situación de equilibrio,
como en el caso de Argentina, cuya producción de unos 172
millones de barriles anuales abastece sus necesidades e,
incluso, deja un mínimo excedente.

En Bolivia también se produce petróleo, pero el efecto de las
alzas de los precios internacionales es también fuerte, pues
el 32 por ciento se compra a cuatro empresas concesionarias
que explotan 10 campos dentro de su territorio.

En América Central, la situación se ha tornado dramática pues,
si bien las compras de crudo de estos países son más bien
pequeñas, el incremento de los precios internacionales del
crudo inicide de una manera determinante en el desenvolvimiento de sus
economías.

Mediante el Acuerdo de San José (firmado entre Costa Rica, El
Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, con México y
Venezuela), estos dos últimos países se comprometen a vender
130 mil barriles de crudo diarios a diez países de América
Central.

Por su parte, Colombia aumentó sus exportaciones de crudo en
un 10 por ciento, hasta alcanzar los 248 mil barriles diarios.
No obstante, este país deberá importar 11 millones de barriles
de gasolina, cuyo precio, obviamente, también se ha
incrementado.

El mayor productor de crudo en América Latina en México, con
un volumen de 2,5 millones de barriles diarios, de los cuales,
el 50 por ciento se dirige al mercado interno. Frente a la
coyuntura petrolera anunció que aumentaría su oferta en 100
mil barriles diarios.

Venezuela es el país de mayor capacidad ociosa, por lo que ha
anunciado que colocará 500 mil barriles de petróleo por encima
de su cuota en la OPEP, que es de 1,9 millones de barriles por
día. (A-2)
EXPLORED
en Ciudad Caracas

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