Quito. 01 feb 99. La industria cada vez más se acerca a la
especialidad y olvida la generalidad. La tendencia es producir
para los pacientes con un alto poder adquisitivo.

Los medicamentos son productos de lujo en Latinoamérica. Su
mercado es cautivo y el monopolio en la producción es general.
Comúnmente lo que no se gasta en investigación se lo llevan la
promoción y la publicidad.

Antes, la industria farmacológica buscaba productos de venta
masiva, tendientes a una venta uniforme en todo el mundo y
orientados hacia enfermedades genéricas; pero a partir de la
década del 80 se impuso una nueva modalidad: la fabricación y
venta de medicinas especializadas y muy caras, dirigidas a un
mercado de alto poder adquisitivo, compuesto por
consumidores-pacientes o por los sistemas públicos y privados
de asistencia y cobertura.

Ese diagnóstico de la situación mundial estuvo a cargo del
francés Jean-François Rossignol, uno de los más caracterizados
inventores de moléculas o medicamentos. Este médico y químico
radicado en los Estados Unidos estuvo hace poco en Buenos
Aires.

Para Rossignol, el alto costo de los fármacos no es ningún
misterio. En todo el mundo se impuso la ecuación
costo-beneficio.

Ante los altos costos que plantean la investigación y el
desarrollo de nuevas moléculas -entre trescientos y quinientos
millones de dólares- las empresas optaron por trabajar para
mercados de alto poder adquisitivo, estén integrados por
pacientes individuales o por programas de salud.

"Es más rentable trabajar en drogas contra el Síndrome de
Inmuno Deficiencia Adquirido (SIDA), por las que en los países
desarrollados se paga lo que se pide, que en otras destinadas
a enfermedades con mayor números de víctimas, pero pobres o
sin recursos de lobby para lograr que las instituciones
gubernamentales se hagan cargo de los tratamientos en forma
total o parcialmente".

Otro rasgo común en la región latinoamericana es la falta de
controles efectivos sobre la calidad de lo que se vende en las
farmacias.

Gabriel Zeitune, un experto argentino, reconoce que el tema
abastecimiento de medicinas va atado a la situación económica
y social, porque "los que carecen de cobertura médica (en
general, los desempleados) son los mismos que se encuentran al
margen del consumo de medicamentos".

Para Zeitune, el alto precio de los medicamentos obedece a que
se trata de un género de productos sometido a las leyes de la
oferta y de la demanda, ya que el consumidor se subordina al
precio marcado por los laboratorios farmacéuticos, y éstos a
su vez fijan sumas que el mercado acepta y paga.

Para la industria farmacológica local, los mayores costos no
se encuentran en los insumos ni en la investigación, sino en
los presupuestos de promoción, que a veces llegan a un 45 por
ciento del total.

Por ejemplo, en Argentina se gasta en promoción una cantidad
de dinero similar a la que Europa y los Estados Unidos
invierten en investigación y en desarrollo de productos.

La cultura del medicamento es la misma tanto en países
desarrollados como en los subdesarrollados. Lo que varía es el
papel del Estado: en los primeros, éste cumple un fuerte papel
regulador y controlador; en los segundos, sí se aplica la
prédica del neoliberalismo de dejar libre al mercado. En todo
caso, los perjudicados siempre son los usuarios o pacientes de
escasos recursos económicos.

Ecuador con 5.000 drogas

Solo 260 básicos * Los mejores sistemas de salud del mundo no
tienen más de 400 principios activos. La Argentina ronda los
4.000 (entre drogas y combinaciones). En Ecuador hay 5.000,
cuando la OMS dice que no debería superar el 10 por ciento.

Un sector sensible * Un reciente informe del Banco Mundial
indica que la industria química y farmacéutica es uno de los
sectores de alta tecnología más sensibles al grado de
protección de patentes. Según un estudio, un 87% de las
empresas líderes respondió que la protección de la propiedad
intelectual es fundamental para ejecutar inversiones directas.

Argentina: 10 mil centros

Hay un consumo excesivo al analizar la enorme cantidad de
productos de venta libre. Eso, sin duda, descomprime un poco a
la seguridad social y a las medicinas prepagadas, pero en
cambio induce peligrosamente a que la gente se habitúe a la
automedicación o compre cualquier cosa.

La novalgina, por ejemplo, es una droga muy noble solo si la
prescribe un médico. Y hasta la aspirina puede traer serios
inconvenientes si no es consumida adecuadamente.

La gente ignora que su uso indiscriminado puede producir una
descamación de la pared del estómago y puede terminar en una
gastritis muy severa.

El mercado farmacológico argentino ostenta cifras de peso. Su
facturación global es de tres mil millones de dólares anuales;
elabora siete mil quinientos productos y las cinco droguerías
(mayoristas) más importantes concentran el cuarenta por ciento
de la distribución de medicamentos.

Los mayores pagadores de medicamentos no son los pacientes
directamente, sino el PAMI y otras instituciones previsionales
y asistencias, públicas y privadas. El público accede a las
medicinas a través de diez mil farmacias y, actualmente, los
laboratorios nacionales y los extranjeros se reparten ese
mercado en un cincuenta por ciento para cada sector. Pero cada
vez se reduce el poder adquisitivo de la población.

Perú: sin poder de compra

La recesión que enfrenta el mercado peruano también afecta los
laboratorios, que en 1998 registraron una reducción de su
mercado de aproximadamente 10 por ciento, señaló David
Chlimper, director gerente de Farmindustria. El hecho de que
el mercado se redujo significó que la competencia se
intensifique en este sector. "Actualmente todos los
laboratorios estamos tratando de captar el cliente", dijo.

Inclusive algunos pacientes recurren a remedios caseros antes
de acercarse a un médico. Otros inician un tratamiento y lo
abandonan al sentir alguna mejoría por el costo. Existe un
importante decrecimiento en el consumo de medicamentos, que se
ha reflejado en que 16 grandes laboratorios transnacionales
hayan optado por operar en países.

"En un país como EE.UU. una droga puede llegarse a vender en
montos de 1.500 millones de dólares. Con ese nivel de ventas
sí se justifican los niveles de inversión en investigación que
realizan. Sin embargo, en Perú (igual en Ecuador), con un
mercado reducido no se pueden sustentar gastos muy elevados en
investigación". Para este año también se podría vender
genéricos para competir en este sector.

Chile: solo el médico receta

El otorgamiento de mayor seguridad a los pacientes que
adquieran medicamentos fue el acuerdo alcanzado en el tema de
la sustitución de medicamentos. Este compromiso se encuentra
en manos del Ministro de Salud de Chile.

En términos generales no existirá reemplazo de remedios en las
farmacias, sino que solo los profesionales médicos podrán
ordenar una sustitución sin la intervención de terceros. Este
es el hecho que entrega plena seguridad a los pacientes, pues
cuando se adquieran los medicamentos solo se venderán los que
han sido recetados y no otros.

Esta decisión irá en beneficio de los pacientes, ya que en
ocasiones el Colegio Médico ha detectado que hay variaciones
de precios en los medicamentos. La diferencia entre el
formulario nacional y otros laboratorios en ocasiones es de
hasta cinco veces.

Lo que sucedía es que la persona cuando iba en busca de
medicamentos del formulario nacional le vendían fármacos de
marca, aduciendo que los primeros estaban descontinuados o no
estaban disponibles. Esto ocasionaba serios problemas.

El acuerdo alcanzado también contempla el establecimiento de
químicos farmacéuticos durante todo el período en que estén
abiertas las farmacias, debido a que las personas hoy no
pueden distinguir quienes son dependientes y farmacéuticos.
(Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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