Quito. 10. oct 96. Dice que la fogosidad la heredó de su
padre, que conoce a Abdalá de toda la vida, que le hubiera
gustado ser cavernícola para andar desnudo, que carga el
codo lesionado por tacaño, que compró un helicóptero para
recorrer en dos días las miles de hectáreas de sus camaroneras,
granjas y ganaderías, que en su vida ha hecho de todo, que
disfruta de la caza, que de petróleo sólo conocía la
gasolinera donde llena el tanque de su carro, que nunca ha
ido al oriente ni a la refinería de Esmeraldas, que no va a
misa y que el Señor le da cada día más bienes porque es un
buen administrador. Alfredo Adum Ziadé es ministro de Energía
y Minas desde hace 60 días. Dos meses en los que ya se ha
metido en muchos líos, el último: la invitación pública que
le hace uno de sus subordinados a pelear cuerpo a cuerpo en
un estadio.
CONSENTIDO DE MAMÁ
Los Adum vivían a una cuadra de distancia de la casa de los
Bucaram-Ortiz, en pleno centro de Guayaquil. "Mi padre fue
muy amigo de don Asaad y de don Jacobo. Éramos del barrio. Yo
jugaba pelota en Sucre y Boyacá. Abdalá jugaba en García
Avilés entre Ballén y 10 de Agosto. Era muy rajero, daba
patada durísimo. Saludábamos pero no jugaba pelota nunca con
él. Siempre nos invitaban pero no íbamos nunca, ya le digo,
eran problemáticos, ponían la pata en el pecho, pateaban en
el suelo, eran belicosísimos", recuerda Adum quien en ese
tiempo estudiaba en el colegio Americano de Guayaquil.
Como era el único varón entre cinco hermanos, cuando tuvo 13
años lo mandaron a estudiar a los Estados Unidos, en un
pueblito en las montañas a cuatro horas de San Francisco,
California. Era una escuela donde habían muchos japoneses,
algunos hijos de comerciantes amigos de su padre. Ávido por
el dinero, no se contentó con los dólares que le mandaba su
madre cada mes, sino que decidió poner un negocio. "Conseguí
un charol como esos que hay en Guayaquil con patitas y la
cajita y vendía caramelos en el recreo. Me ganaba como un
dólar y medio al día. Entonces una camisa valía un dólar,
así que con eso vivía y hasta me sobraba. Lo que me mandaban
me lo guardaba. Me regresé porque era el consentido de mi
madre y me extrañaba".
Cuentan sus allegados que las peleas en casa de los Adum
Ziadé no eran algo raro. Más de una vez el joven Alfredo
debió enfrentarse al padre para proteger a su madre. A tanto
llegaron los problemas que a los 18 años se fue de la casa.
Para entonces se había graduado del colegio y empezaba la
carrera de leyes en la Universidad Católica de Guayaquil.
Con unos 10 mil dólares que había reunido en negocios
colaterales que hacía mientras ayudaba a su padre en el
almacén de electrodomésticos, empezó a viajar a Panamá, Miami
y Nueva York. Traía mercadería que vendía sólo al por mayor a
comerciantes de todo el país. Era el tiempo del boom petrolero
y paralelamente empezaban a crecer las bahías de Guayaquil.
Adum se convirtió en uno de los principales proveedores de
muchos de esos comerciantes informales. Sus enemigos políticos
dicen que él es el dueño de las bahías de Guayaquil y el más
grande contrabandista del país. "Yo era el que mejores precios
tenía porque le compraba directamente a las fábricas. Lideré
el comercio importador de electrodomésticos durante ocho
años". El negocio decayó cuando el gobierno del presidente
Hurtado decidió cerrar las importaciones. Para entonces Adum
ya había incursionado en otra área económica: la camaronera.
Poco a poco fue construyendo sus piscinas camaroneras que hoy
alcanzan las tres mil hectáreas y que se constituyen en su
negocio más rentable.
ODIOS Y AMORES
Con el cierre de las importaciones terminaron sus continuos
viajes al exterior y empezó a acercarse a su amigo de
infancia, el actual presidente. Abdalá lo habría buscado para
que le financie la campaña a la Alcaldía de Guayaquil y para
darle a cambio la posibilidad real de ser prefecto del Guayas.
El "dúo dinámico" como se autobautizaron ganó sin problemas
la elección.
En esa época Adum, quien había adquirido mucho equipo
caminero para la construcción de las camaroneras, incursionó
en la construcción de urbanizaciones. Teniendo como socios a
algunos de sus amigos; participó en el desarrollo de
ciudadelas como Guayacanes, Orquídeas, Urdenor, Laguna
Dorada, los Lagos, etc.
Como prefecto dice que se convirtió también en el mayor
constructor de la provincia. La obra mayor fue la
construcción de caminos vecinales y aulas escolares. La huida
de Bucaram a Panamá detuvo notoriamente el ritmo de trabajo
del prefecto. Terminó renunciando en contra de la voluntad de
su líder, ganándose el calificativo de cobarde. En esos días
el amor se convirtió en odio, mutuas acusaciones públicas
llenaron las páginas de los periódicos. La reconciliación no
se dio sino hasta el regreso de Bucaram en 1988. "En el fondo
la amistad nunca se rompió. Hemos tenido discrepancias. Hemos
madurado y yo, personalmente, he aprendido a discrepar con
otras personas. Siempre hubo un sentimiento de respeto mutuo.
Cada vez que yo me distanciaba el partido quedaba lesionado".
En la última contienda electoral ofició de jefe nacional de
la campaña del PRE, así como se convirtió en el principal
financista de la misma. La recompensa: el Ministerio de
Energía y Minas.
ÚLTIMOS PLEITOS
Desde el primer día buscó enfrentamientos con las petroleras
asentadas en el país, empezando por la Maxus a la que obligo
a renegociar un contrato firmado con el gobierno anterior. Su
estilo violento se notó rápidamente en las sesiones de
gabinete donde más de uno se sorprende de sus expresiones.
Hasta en el aeropuerto tuvo un incidente cuando no quiso
deshacerse de un arma de fuego antes subir a un avión.
Antes de posesionarse como ministro de Energía se conoció que
el licenciado Alfredo Adum había maltratado y expulsado de su
oficina a dos funcionarios de la Texaco. Eso fue antes de la
campaña, recuerda: "Tuve un incidente con ellos por
mentirosos. Quería poner una gasolinera en un terreno de mi
propiedad en la Tanca Marengo. Cuando fuimos a tramitar el
permiso definitivo en el municipio un concejal socialcristiano
pidió una suma de dólares para él. No me acuerdo si eran 45
mil dólares ó 45 millones de sucres. Como teníamos interés en
la gasolinera di el dinero. Vino la campaña y denuncié que
este concejal pedía plata y el ingeniero Febres-Cordero mandó
una carta pidiendo que la Texaco aclare el problema. La Texaco
dijo que era mentira lo que yo denuncié. Como eso lo habíamos
tratado por teléfono y tengo la grabación, les dije que
rueguen a Dios que Abdalá no sea el presidente. Y mire lo que
es la vida, me tocó ser ministro de Energía y por aquí no
aparecen ni las narices hasta ahora. En el momento en que
ellos pretendan mover algo, estoy suficientemente preparado
para hundirlos".
En los corrillos económicos suena otra mancha más contra el
tigre. Amenazó a Filanbanco con retirar los depósitos que
allí tiene Petroecuador si no marchaba un trámite personal.
Esto habría provocado la renuncia del gerente general de esa
entidad. Adum no lo desmiente: "Los papeles del helicóptero
que compré llegaron al banco y no aparecían, todavía no
aparecen. El problema fue con alguna funcionaria a la que
llamé en tono enérgico y ya sabe usted lo que le dije...
porque es el colmo que en un banco pierdan los papeles de una
cobranza y yo no pueda desaduanizar el helicóptero. La traté
en términos duros, entonces ella fue con el chisme y trató de
lesionar mi amistad con don Roberto Isaías para hacerse la
fuerte. Para demostrarle que ella estaba jugando con candela
me comencé a portar enérgico con el banco. Ahora se que ha
renunciado el gerente y que esa chica también ha renunciado
y me dicen que los papeles ya han aparecido en Miami".
Su último enfrentamiento público se ha dado con el poderoso
dirigente sindical Marcelo Román. Adum ha dicho que quiere
terminar con la mafia de los sindicatos de Petroecuador. Las
injurias mutuas no se han hecho esperar. Ambos se han
demandado penalmente por calumnias. Román dice que Adum "se
destaca por su violencia verbal y física" y que lo agredió en
una sesión de directorio de Petroecuador, añadiendo que
"embravecido como volcán en erupción me gritaba cada vez más
obscenidades". Por su parte Adum también se siente insultado
por Román. "Me insultó diciendo: Tu eres un vulgar
contrabandista y ladrón que por muchos años ha perjudicado al
país, ya vas a ver cómo te saco del Ministerio". Mientras los
jueces estudian los juicios penales, Román ya invitó a su
contrincante a una pelea a puño limpio, con fines benéficos,
en el estadio.
CAVERNÍCOLA
Padre de tres jóvenes varones y de una niña de 14, Alfredo
Adum ha invertido en toda clase de negocios. Además de las
camaroneras tiene fábrica de balanceados, laboratorio de
larvas y empacadoras. Es propietario de cuatro mil hectáreas
de pastizales, la mayoría en la provincia del Azuay, dedicados
íntegramente a la ganadería. Otra de sus grandes inversiones
es la avicultura donde sólo le falta la crianza de las
gallinas reproductoras, pues ya tiene incubación, engorde,
camal y expendio. Con su esposa maneja varios almacenes en
Guayaquil, inmobiliarias y el alquiler de bodegas industriales.
Es propietario de radio Guayaquil, del canal 11 Expovisión y
tiene acciones en Tvcable y en otras empresas colaterales con
sus inversiones. Su peor negocio fue la crianza de chanchos
cuando tenía 17 años, "terminé abriendo la puerta para que
los chanchos se vayan".
Acostumbrado a romper esquemas, Adum cuenta que cada tres
años se compra seis pantalones kaki con los que pasa todos
los días. Recién ahora tres de sus hermanas le regalaron
sendos ternos para los compromisos oficiales, "un azul, un
café y uno plomito. Antes cuando tenía que usar uno le
prestaba a mi hijo mayor. Imagínese, 44 años de andar así
informal y de pronto andar apretado. Si yo pudiera andar
desnudo, andaría desnudo. A veces digo que la única diferencia
entre el hombre de cro-magnón y Alfredo Adum es la ropa.
Hubiera querido vivir en esa época de las cavernas, más
libertad, menos prejuicios. Mujer que me gustaba la cogía del
moño y me la llevaba a la cueva y me la comía. Satisfacía mis
apetencias sexuales y mis apetencias biológicas, porque en
esa época se comía a las mujeres en ambos sentidos".
"Yo he sido en mi vida de todo", continúa el ministro en un
tono tranquilo, poco usual para él y que parecía confesión:
"He probado todo en mi vida. He sido jugador de gallos, he
tenido caballos de carrera, he sido jugador de póker, de 21
en los casinos, de ruleta, me han gustado los espectáculos
porno, me ha gustado el buen comer, me ha gustado cazar,
bucear, pescar. Quizá mi hobby es ser cazador, he sido muy
buen cazador. He sido muchas cosas pero a nada me he
aferrado. Me coge la euforia, me dedico pero llega un momento
en que no sé a dónde más ir y me cambio". Así es Alfredo Adum.
El rival de turno
Por Juan Carlos Calderón
Marcelo Augusto Román Campaña nació hace 42 años en la ciudad
de Latacunga. A los 20 años de edad fue seleccionado por un
grupo de técnicos alemanes para un curso de dos años en
petróleos en Barrancabermeja, Colombia. Se graduó como técnico
en operación de planta petrolera.
En 1976 ingresó a trabajar a CEPE, en la refinería de
Esmeraldas. Desde entonces ha permanecido ahí. En 1979 fue el
organizador del primer sindicato de operadores de ese centro
industrial. Dos años más tarde cofundó la Federación Nacional
de Trabajadores de CEPE, hoy Fetrapec, de la que fue su primer
presidente. Dirigente del Frente Energético, que aglutina a los
trabajadores de la energía, fue un protagonista en la
conformación del movimiento Pachakutik-Nuevo País. En la
última elección integró la lista de diputados, ostentando
actualmente la dignidad de diputado alterno.
Fue elegido por voto universal y directo por los trabajadores
petroleros como su representante ante el directorio de
Petroecuador. Durante varios años fue secretario general del
Sindicato de Operadores de la Refinería Esmeraldas, SORE y
presidente de la Fetrapec, entidad de la que hoy es su
vicepresidente.
Casado con una esmeraldeña, desde hace varios años cambió su
residencia a Quito donde ocupa un departamento en la
urbanización la Granja, contiguo al exclusivo hospital
Metropolitano. Profesionalmente todos los funcionarios
consultados reconocen las capacidades de Román, aunque
también recuerdan un par de incidentes de tránsito en los que
habría estado involucrado por su debilidad ante el alcohol.
(FUENTE: REVISTA VISTAZO N. 699, PP. 6-9)
padre, que conoce a Abdalá de toda la vida, que le hubiera
gustado ser cavernícola para andar desnudo, que carga el
codo lesionado por tacaño, que compró un helicóptero para
recorrer en dos días las miles de hectáreas de sus camaroneras,
granjas y ganaderías, que en su vida ha hecho de todo, que
disfruta de la caza, que de petróleo sólo conocía la
gasolinera donde llena el tanque de su carro, que nunca ha
ido al oriente ni a la refinería de Esmeraldas, que no va a
misa y que el Señor le da cada día más bienes porque es un
buen administrador. Alfredo Adum Ziadé es ministro de Energía
y Minas desde hace 60 días. Dos meses en los que ya se ha
metido en muchos líos, el último: la invitación pública que
le hace uno de sus subordinados a pelear cuerpo a cuerpo en
un estadio.
CONSENTIDO DE MAMÁ
Los Adum vivían a una cuadra de distancia de la casa de los
Bucaram-Ortiz, en pleno centro de Guayaquil. "Mi padre fue
muy amigo de don Asaad y de don Jacobo. Éramos del barrio. Yo
jugaba pelota en Sucre y Boyacá. Abdalá jugaba en García
Avilés entre Ballén y 10 de Agosto. Era muy rajero, daba
patada durísimo. Saludábamos pero no jugaba pelota nunca con
él. Siempre nos invitaban pero no íbamos nunca, ya le digo,
eran problemáticos, ponían la pata en el pecho, pateaban en
el suelo, eran belicosísimos", recuerda Adum quien en ese
tiempo estudiaba en el colegio Americano de Guayaquil.
Como era el único varón entre cinco hermanos, cuando tuvo 13
años lo mandaron a estudiar a los Estados Unidos, en un
pueblito en las montañas a cuatro horas de San Francisco,
California. Era una escuela donde habían muchos japoneses,
algunos hijos de comerciantes amigos de su padre. Ávido por
el dinero, no se contentó con los dólares que le mandaba su
madre cada mes, sino que decidió poner un negocio. "Conseguí
un charol como esos que hay en Guayaquil con patitas y la
cajita y vendía caramelos en el recreo. Me ganaba como un
dólar y medio al día. Entonces una camisa valía un dólar,
así que con eso vivía y hasta me sobraba. Lo que me mandaban
me lo guardaba. Me regresé porque era el consentido de mi
madre y me extrañaba".
Cuentan sus allegados que las peleas en casa de los Adum
Ziadé no eran algo raro. Más de una vez el joven Alfredo
debió enfrentarse al padre para proteger a su madre. A tanto
llegaron los problemas que a los 18 años se fue de la casa.
Para entonces se había graduado del colegio y empezaba la
carrera de leyes en la Universidad Católica de Guayaquil.
Con unos 10 mil dólares que había reunido en negocios
colaterales que hacía mientras ayudaba a su padre en el
almacén de electrodomésticos, empezó a viajar a Panamá, Miami
y Nueva York. Traía mercadería que vendía sólo al por mayor a
comerciantes de todo el país. Era el tiempo del boom petrolero
y paralelamente empezaban a crecer las bahías de Guayaquil.
Adum se convirtió en uno de los principales proveedores de
muchos de esos comerciantes informales. Sus enemigos políticos
dicen que él es el dueño de las bahías de Guayaquil y el más
grande contrabandista del país. "Yo era el que mejores precios
tenía porque le compraba directamente a las fábricas. Lideré
el comercio importador de electrodomésticos durante ocho
años". El negocio decayó cuando el gobierno del presidente
Hurtado decidió cerrar las importaciones. Para entonces Adum
ya había incursionado en otra área económica: la camaronera.
Poco a poco fue construyendo sus piscinas camaroneras que hoy
alcanzan las tres mil hectáreas y que se constituyen en su
negocio más rentable.
ODIOS Y AMORES
Con el cierre de las importaciones terminaron sus continuos
viajes al exterior y empezó a acercarse a su amigo de
infancia, el actual presidente. Abdalá lo habría buscado para
que le financie la campaña a la Alcaldía de Guayaquil y para
darle a cambio la posibilidad real de ser prefecto del Guayas.
El "dúo dinámico" como se autobautizaron ganó sin problemas
la elección.
En esa época Adum, quien había adquirido mucho equipo
caminero para la construcción de las camaroneras, incursionó
en la construcción de urbanizaciones. Teniendo como socios a
algunos de sus amigos; participó en el desarrollo de
ciudadelas como Guayacanes, Orquídeas, Urdenor, Laguna
Dorada, los Lagos, etc.
Como prefecto dice que se convirtió también en el mayor
constructor de la provincia. La obra mayor fue la
construcción de caminos vecinales y aulas escolares. La huida
de Bucaram a Panamá detuvo notoriamente el ritmo de trabajo
del prefecto. Terminó renunciando en contra de la voluntad de
su líder, ganándose el calificativo de cobarde. En esos días
el amor se convirtió en odio, mutuas acusaciones públicas
llenaron las páginas de los periódicos. La reconciliación no
se dio sino hasta el regreso de Bucaram en 1988. "En el fondo
la amistad nunca se rompió. Hemos tenido discrepancias. Hemos
madurado y yo, personalmente, he aprendido a discrepar con
otras personas. Siempre hubo un sentimiento de respeto mutuo.
Cada vez que yo me distanciaba el partido quedaba lesionado".
En la última contienda electoral ofició de jefe nacional de
la campaña del PRE, así como se convirtió en el principal
financista de la misma. La recompensa: el Ministerio de
Energía y Minas.
ÚLTIMOS PLEITOS
Desde el primer día buscó enfrentamientos con las petroleras
asentadas en el país, empezando por la Maxus a la que obligo
a renegociar un contrato firmado con el gobierno anterior. Su
estilo violento se notó rápidamente en las sesiones de
gabinete donde más de uno se sorprende de sus expresiones.
Hasta en el aeropuerto tuvo un incidente cuando no quiso
deshacerse de un arma de fuego antes subir a un avión.
Antes de posesionarse como ministro de Energía se conoció que
el licenciado Alfredo Adum había maltratado y expulsado de su
oficina a dos funcionarios de la Texaco. Eso fue antes de la
campaña, recuerda: "Tuve un incidente con ellos por
mentirosos. Quería poner una gasolinera en un terreno de mi
propiedad en la Tanca Marengo. Cuando fuimos a tramitar el
permiso definitivo en el municipio un concejal socialcristiano
pidió una suma de dólares para él. No me acuerdo si eran 45
mil dólares ó 45 millones de sucres. Como teníamos interés en
la gasolinera di el dinero. Vino la campaña y denuncié que
este concejal pedía plata y el ingeniero Febres-Cordero mandó
una carta pidiendo que la Texaco aclare el problema. La Texaco
dijo que era mentira lo que yo denuncié. Como eso lo habíamos
tratado por teléfono y tengo la grabación, les dije que
rueguen a Dios que Abdalá no sea el presidente. Y mire lo que
es la vida, me tocó ser ministro de Energía y por aquí no
aparecen ni las narices hasta ahora. En el momento en que
ellos pretendan mover algo, estoy suficientemente preparado
para hundirlos".
En los corrillos económicos suena otra mancha más contra el
tigre. Amenazó a Filanbanco con retirar los depósitos que
allí tiene Petroecuador si no marchaba un trámite personal.
Esto habría provocado la renuncia del gerente general de esa
entidad. Adum no lo desmiente: "Los papeles del helicóptero
que compré llegaron al banco y no aparecían, todavía no
aparecen. El problema fue con alguna funcionaria a la que
llamé en tono enérgico y ya sabe usted lo que le dije...
porque es el colmo que en un banco pierdan los papeles de una
cobranza y yo no pueda desaduanizar el helicóptero. La traté
en términos duros, entonces ella fue con el chisme y trató de
lesionar mi amistad con don Roberto Isaías para hacerse la
fuerte. Para demostrarle que ella estaba jugando con candela
me comencé a portar enérgico con el banco. Ahora se que ha
renunciado el gerente y que esa chica también ha renunciado
y me dicen que los papeles ya han aparecido en Miami".
Su último enfrentamiento público se ha dado con el poderoso
dirigente sindical Marcelo Román. Adum ha dicho que quiere
terminar con la mafia de los sindicatos de Petroecuador. Las
injurias mutuas no se han hecho esperar. Ambos se han
demandado penalmente por calumnias. Román dice que Adum "se
destaca por su violencia verbal y física" y que lo agredió en
una sesión de directorio de Petroecuador, añadiendo que
"embravecido como volcán en erupción me gritaba cada vez más
obscenidades". Por su parte Adum también se siente insultado
por Román. "Me insultó diciendo: Tu eres un vulgar
contrabandista y ladrón que por muchos años ha perjudicado al
país, ya vas a ver cómo te saco del Ministerio". Mientras los
jueces estudian los juicios penales, Román ya invitó a su
contrincante a una pelea a puño limpio, con fines benéficos,
en el estadio.
CAVERNÍCOLA
Padre de tres jóvenes varones y de una niña de 14, Alfredo
Adum ha invertido en toda clase de negocios. Además de las
camaroneras tiene fábrica de balanceados, laboratorio de
larvas y empacadoras. Es propietario de cuatro mil hectáreas
de pastizales, la mayoría en la provincia del Azuay, dedicados
íntegramente a la ganadería. Otra de sus grandes inversiones
es la avicultura donde sólo le falta la crianza de las
gallinas reproductoras, pues ya tiene incubación, engorde,
camal y expendio. Con su esposa maneja varios almacenes en
Guayaquil, inmobiliarias y el alquiler de bodegas industriales.
Es propietario de radio Guayaquil, del canal 11 Expovisión y
tiene acciones en Tvcable y en otras empresas colaterales con
sus inversiones. Su peor negocio fue la crianza de chanchos
cuando tenía 17 años, "terminé abriendo la puerta para que
los chanchos se vayan".
Acostumbrado a romper esquemas, Adum cuenta que cada tres
años se compra seis pantalones kaki con los que pasa todos
los días. Recién ahora tres de sus hermanas le regalaron
sendos ternos para los compromisos oficiales, "un azul, un
café y uno plomito. Antes cuando tenía que usar uno le
prestaba a mi hijo mayor. Imagínese, 44 años de andar así
informal y de pronto andar apretado. Si yo pudiera andar
desnudo, andaría desnudo. A veces digo que la única diferencia
entre el hombre de cro-magnón y Alfredo Adum es la ropa.
Hubiera querido vivir en esa época de las cavernas, más
libertad, menos prejuicios. Mujer que me gustaba la cogía del
moño y me la llevaba a la cueva y me la comía. Satisfacía mis
apetencias sexuales y mis apetencias biológicas, porque en
esa época se comía a las mujeres en ambos sentidos".
"Yo he sido en mi vida de todo", continúa el ministro en un
tono tranquilo, poco usual para él y que parecía confesión:
"He probado todo en mi vida. He sido jugador de gallos, he
tenido caballos de carrera, he sido jugador de póker, de 21
en los casinos, de ruleta, me han gustado los espectáculos
porno, me ha gustado el buen comer, me ha gustado cazar,
bucear, pescar. Quizá mi hobby es ser cazador, he sido muy
buen cazador. He sido muchas cosas pero a nada me he
aferrado. Me coge la euforia, me dedico pero llega un momento
en que no sé a dónde más ir y me cambio". Así es Alfredo Adum.
El rival de turno
Por Juan Carlos Calderón
Marcelo Augusto Román Campaña nació hace 42 años en la ciudad
de Latacunga. A los 20 años de edad fue seleccionado por un
grupo de técnicos alemanes para un curso de dos años en
petróleos en Barrancabermeja, Colombia. Se graduó como técnico
en operación de planta petrolera.
En 1976 ingresó a trabajar a CEPE, en la refinería de
Esmeraldas. Desde entonces ha permanecido ahí. En 1979 fue el
organizador del primer sindicato de operadores de ese centro
industrial. Dos años más tarde cofundó la Federación Nacional
de Trabajadores de CEPE, hoy Fetrapec, de la que fue su primer
presidente. Dirigente del Frente Energético, que aglutina a los
trabajadores de la energía, fue un protagonista en la
conformación del movimiento Pachakutik-Nuevo País. En la
última elección integró la lista de diputados, ostentando
actualmente la dignidad de diputado alterno.
Fue elegido por voto universal y directo por los trabajadores
petroleros como su representante ante el directorio de
Petroecuador. Durante varios años fue secretario general del
Sindicato de Operadores de la Refinería Esmeraldas, SORE y
presidente de la Fetrapec, entidad de la que hoy es su
vicepresidente.
Casado con una esmeraldeña, desde hace varios años cambió su
residencia a Quito donde ocupa un departamento en la
urbanización la Granja, contiguo al exclusivo hospital
Metropolitano. Profesionalmente todos los funcionarios
consultados reconocen las capacidades de Román, aunque
también recuerdan un par de incidentes de tránsito en los que
habría estado involucrado por su debilidad ante el alcohol.
(FUENTE: REVISTA VISTAZO N. 699, PP. 6-9)
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