¿Y DE LAS REFORMAS EN LA IZQUIERDA DEMOCRATICA QUE?, Por
Martín Pallares
PORTOVIEJO. 18.03.91. A la Convención se había llegado con la
consigna de reformar los estatutos del partido, para elegir el
candidato presidencial de forma universal y secreta.
Sin embargo luego del cónclave, celebrado en medio del cálido
invierno de Portoviejo, La Izquierda Democrática no había
cambiado un ápice los estatutos y sus dirigentes se llenaban
la boca de unidad.
¿Qué pasó en la Convención de la Izquierda Democrática?
Pues que se fue a reformar los estatutos y no se lo hizo.
Pero, ¿por qué?.
Porque sus dirigentes creyeron que estableciendo una elección
de candidato presidencial universal y secreta, a esta altura
del calendario político, la unidad del partido se vería
resquebrajada por una campaña interna sin tregua.
Había sido el Consejo Ejecutivo Nacional, CEN, del partido el
que había recomendado que la Convención reforme los estatutos.
Todos parecían conformes; la decisión del CEN había sido
aprobada por una mayoría abrumadora (casi 18 votos contra 3) y
en el partido todos aplaudían la iniciativa. Incluso los
sectores que apoyan la candidatura de Raúl Baca y los que
apoyaban a Andrés Vallejo habían coincidido en la necesidad de
esta nueva modalidad electoral. Antes se lo había hecho por
colegios electorales.
Una vez en Portoviejo se instaló una comisión de Estatutos que
debía hacer las reformas. A eso se había venido ¿no?
Pero una vez instalada dicha Comisión, aparecieron presiones
para evitar que se reformen los estatutos. Personas que
habían apoyado la recomendación del CEN, ahora no querían que
se reformen los bendidtos estatutos. La razón: que hay que
evitar que una campaña interna desangre al partido.
Quienes estaban empeñados en que se reforme el sistema, creían
que no necesariamente se iniciaría una lucha fraticida por el
hecho de que los militantes tendrían que decidirse por un
candidato que en buen romance eran Raúl Baca o Andrés
Vallejo.
De fuentes allegadas al partido, se sabe que los dirigentes
más allegados al gobierno se opusieron a que la Comisión
inicie las reformas. Incluso, se supo que un alto dirigente,
el más alto de todos, amenazó con dejar sin quórum la
Convención con el retiro de la delegación del Guayas.
Entonces no se reformaron los estatutos. Los dos grupos: los
que querían las reformas, es decir los baquistas, y los que
querían por lo menos postergarlas llegaron a un acuerdo. Las
reformas se harían más tarde. Pero ¿cuando?
Los baquistas querían fecha tope, los otros no. Se llegó a un
acuerdo: la fecha sería en 120 días en el seno del CEN.
Luego vino el baile, la fiesta y esa unidad de la que todos se
llenaron la boca. Y es que todos coinciden, propios y
extraños, que en la reunión de la gobernante Izquierda
Democrática se respiró un gran ambiente de amistad y de
unidad.
DE ACUERDO EN ESTAR DE ACUERDO
Fuentes allegadas a los grupos que promueven las dos
candidaturas: la de Vallejo y la de Baca, coinciden en que
esos dos líeres están de acuerdo en llevar una campaña que no
deteriore ni la magen, ni la unidad de la Izquierda
Democrática.
"Estamos de acuerdo en ponernos de acuerdo", dijo Andrés
Vallejo sobre esta política de los dos grupos. La prueba está
en que los dos líderes viajaron juntos, en el avión
presidencial, hasta Portoviejo. Ambos entraron juntos a la
reunión de Portoviejo con el fin de que los partidarios de
cada uno, no lancen consignas a favor o en contra. Ambos
hicieron chistes, y posaron para las fotografías con amplias
sonrisas.
Ahora bien ¿a quién conviene que se reformen los estatutos y
se haga una votación universal y secreta?
Quienes están con Baca dicen que con votación directa o
indirecta ganan. Los que están con Vallejo dicen que les dá
lo mismo el un sistema o el otro.
Los dos grupos hacen cálculos. Un partidario de Vallejo dijo
que Baca ha hecho campaña desde que se instaló en el
ministerio y que casi todos los delegados a la Convención
están con él por lo que con una votación directa y secreta
partirían de cero.
Un partidario de Baca, en cambio, dijo que las bases de la ID
son baquistas porque el Ministerio de Bienestar Social ha sido
el único, según él, que ha practicado la ideología
socialdemócrata. Este mismo partidario de Raúl Baca sostuvo
que si no se reforman los estatutos no habría ningún problema
para sus aspiraciones. En ese caso los mismos delegados que
asistieron a la Convención elegirían al candidato y esos
delegados son en un número que se acerca al doble, partidarios
de Raúl Baca, dijo. "La demostración está en que en la
Convención fue elegido presidente Luis Andrade y no Walter
Cevallos que representaba la tendencia vallejista", dijo este
entusiasta "fan" de Raúl Baca.
Este mismo baquista fue tajante al asegurar que si algo hay
claro en el partido, es que existe un candidato del partido,
Raúl Baca, y uno del gobierno, Andrés Vallejo.
Los unos y los otros, con la fe en la consecución de la
candidatura. ¿Sus buenas relaciones durarán hasta el final?
Martín Pallares
PORTOVIEJO. 18.03.91. A la Convención se había llegado con la
consigna de reformar los estatutos del partido, para elegir el
candidato presidencial de forma universal y secreta.
Sin embargo luego del cónclave, celebrado en medio del cálido
invierno de Portoviejo, La Izquierda Democrática no había
cambiado un ápice los estatutos y sus dirigentes se llenaban
la boca de unidad.
¿Qué pasó en la Convención de la Izquierda Democrática?
Pues que se fue a reformar los estatutos y no se lo hizo.
Pero, ¿por qué?.
Porque sus dirigentes creyeron que estableciendo una elección
de candidato presidencial universal y secreta, a esta altura
del calendario político, la unidad del partido se vería
resquebrajada por una campaña interna sin tregua.
Había sido el Consejo Ejecutivo Nacional, CEN, del partido el
que había recomendado que la Convención reforme los estatutos.
Todos parecían conformes; la decisión del CEN había sido
aprobada por una mayoría abrumadora (casi 18 votos contra 3) y
en el partido todos aplaudían la iniciativa. Incluso los
sectores que apoyan la candidatura de Raúl Baca y los que
apoyaban a Andrés Vallejo habían coincidido en la necesidad de
esta nueva modalidad electoral. Antes se lo había hecho por
colegios electorales.
Una vez en Portoviejo se instaló una comisión de Estatutos que
debía hacer las reformas. A eso se había venido ¿no?
Pero una vez instalada dicha Comisión, aparecieron presiones
para evitar que se reformen los estatutos. Personas que
habían apoyado la recomendación del CEN, ahora no querían que
se reformen los bendidtos estatutos. La razón: que hay que
evitar que una campaña interna desangre al partido.
Quienes estaban empeñados en que se reforme el sistema, creían
que no necesariamente se iniciaría una lucha fraticida por el
hecho de que los militantes tendrían que decidirse por un
candidato que en buen romance eran Raúl Baca o Andrés
Vallejo.
De fuentes allegadas al partido, se sabe que los dirigentes
más allegados al gobierno se opusieron a que la Comisión
inicie las reformas. Incluso, se supo que un alto dirigente,
el más alto de todos, amenazó con dejar sin quórum la
Convención con el retiro de la delegación del Guayas.
Entonces no se reformaron los estatutos. Los dos grupos: los
que querían las reformas, es decir los baquistas, y los que
querían por lo menos postergarlas llegaron a un acuerdo. Las
reformas se harían más tarde. Pero ¿cuando?
Los baquistas querían fecha tope, los otros no. Se llegó a un
acuerdo: la fecha sería en 120 días en el seno del CEN.
Luego vino el baile, la fiesta y esa unidad de la que todos se
llenaron la boca. Y es que todos coinciden, propios y
extraños, que en la reunión de la gobernante Izquierda
Democrática se respiró un gran ambiente de amistad y de
unidad.
DE ACUERDO EN ESTAR DE ACUERDO
Fuentes allegadas a los grupos que promueven las dos
candidaturas: la de Vallejo y la de Baca, coinciden en que
esos dos líeres están de acuerdo en llevar una campaña que no
deteriore ni la magen, ni la unidad de la Izquierda
Democrática.
"Estamos de acuerdo en ponernos de acuerdo", dijo Andrés
Vallejo sobre esta política de los dos grupos. La prueba está
en que los dos líderes viajaron juntos, en el avión
presidencial, hasta Portoviejo. Ambos entraron juntos a la
reunión de Portoviejo con el fin de que los partidarios de
cada uno, no lancen consignas a favor o en contra. Ambos
hicieron chistes, y posaron para las fotografías con amplias
sonrisas.
Ahora bien ¿a quién conviene que se reformen los estatutos y
se haga una votación universal y secreta?
Quienes están con Baca dicen que con votación directa o
indirecta ganan. Los que están con Vallejo dicen que les dá
lo mismo el un sistema o el otro.
Los dos grupos hacen cálculos. Un partidario de Vallejo dijo
que Baca ha hecho campaña desde que se instaló en el
ministerio y que casi todos los delegados a la Convención
están con él por lo que con una votación directa y secreta
partirían de cero.
Un partidario de Baca, en cambio, dijo que las bases de la ID
son baquistas porque el Ministerio de Bienestar Social ha sido
el único, según él, que ha practicado la ideología
socialdemócrata. Este mismo partidario de Raúl Baca sostuvo
que si no se reforman los estatutos no habría ningún problema
para sus aspiraciones. En ese caso los mismos delegados que
asistieron a la Convención elegirían al candidato y esos
delegados son en un número que se acerca al doble, partidarios
de Raúl Baca, dijo. "La demostración está en que en la
Convención fue elegido presidente Luis Andrade y no Walter
Cevallos que representaba la tendencia vallejista", dijo este
entusiasta "fan" de Raúl Baca.
Este mismo baquista fue tajante al asegurar que si algo hay
claro en el partido, es que existe un candidato del partido,
Raúl Baca, y uno del gobierno, Andrés Vallejo.
Los unos y los otros, con la fe en la consecución de la
candidatura. ¿Sus buenas relaciones durarán hasta el final?
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