¿QUITO: DISTRITO METROPOLITANO?
Quito. 01.03.91. Un programa radial y un debate sobre el
proyecto del distrito metropolitano fueron organizados en días
pasados. Ambas actividades buscan difundir tanto el punto de
vista del Municipio sobre el proyecto y, también, provocar el
debate sobre un tema que incidirá enormemente en el futuro de
Quito.
La información sobre los temas planteados en las dos
oportunidades resume HOY en estas notas.
En la radio "Buenos días", saludó María Eugenia Rodríguez, en
el programa radial "Quito hacia el año 2.000", de la Unidad de
Apoyo Técnico del Departamento de Planificación Municipal,
realizado el pasado sábado, junto con Santiago Jaramillo.
"Hablaremos acerca del proyecto de distrito metropolitano de
Quito, elaborado pensando en el futuro de la ciudad", dijo
María Eugenia en la radio Municipal.
Según la información difundida en la emisora, la idea del
distrito nace de la Constitución Política del Ecuador, en la
que se determina a Quito como capital de la República y
distrito metropolitano.
En mayo de 1971 Quito y sus zonas aledañas fueron declaradas
como un "centro de desarrollo urbano de Emergencia", y este
territorio denominado como "área metropolitana de la capital
de la República", que fue dividido en tres zonas: urbana,
suburbana y rural.
En diciembre de 1989, el gobierno y el Municipio de Quito
firmaron un convenio mediante el cual el Estado asignó una
partida de 400 millones de sucres para la planificación urbana
y constitución del distrito metropolitano de Quito.
Fue entonces cuando se empezó a elaborar el proyecto.
Después, el diputado de la Democracia Popular, Jamil Mahuad,
presentó el proyecto en el Congreso, donde ingresó el 31 de
octubre y cuya lectura fue el 11 de diciembre.
El Municipio justifica este proyecto porque el proceso urbano
de la capital ha determinado que su territorio se caracterice
por una marcada diferencia entre el sur y el norte de la
ciudad, que se visualiza en el déficit de servicios públicos.
Existe concentración de población y de servicios tanto
administrativos como bancarios y comerciales en especial en el
centro histórico, lo que implica desequilibrios regionales en
el área metropolitana de Quito.
La intención entonces, según el Municipio, es resolver los
problemas presentados desde una óptica integral, como lo
plantea el proyecto del distrito metropolitano. Esto es, a
través de tres principios básicos: la democratización, la
descentralización y la fiscalización.
"La declaratoria a Quito como distrito metropolitano, busca
dotar a la ciudad de un marco legal que permita enfrentar su
acelerado crecimiento, además de mecanismos para agilitar su
administración y facilitarle de una herramienta válida que
permita planificar su futuro" reiteró la información en la
radio Municipal.
PROMOTORES Y OPOSITORES
La existencia de sectores que defienden y que rechazan el
proyecto del distrito metropolitano se observó en el debate
que sobre el tema, organizó el Colegio de Arquitectos de
Pichincha.
Fernando Carrión, director del Departamento de Planificación
del Municipio, señaló que Quito a partir de la década del 70,
creció aceleradamente. Con una tasa que superó el cuatro por
ciento anual, la que le llevó al desborde de sus fronteras
naturales.
"En los 70, Quito tenía 5 mil hectáreas y hoy el área central
tiene 20 mil hectáreas, por lo que en 20 años ha crecido
cuatro veces", dijo Carrión.
La propuesta
Fernando Carrión dijo que la propuesta del proyecto es la
descentralización de algunas de las funciones de la ciudad.
Porque Quito no puede ser cabecera cantonal, capital de la
provincia de Pichincha y capital de la República, afirmó.
Según Carrión, gran parte de los problemas que sufre Quito se
gestan fuera de la ciudad, tal es el caso de los flujos
migratorios que deberían ir a otras zonas.
"Se ha pensado buscar una alternativa para una capital. Una
zona de potencial desarrollo económico con una convergencia
geográfica que podría ser la parte noroccidental de Pichincha.
El distrito metropolitano sería una especie de corporación de
desarrollo que permitiría plantear políticas de manejo del
terreno urbano", anotó Carrión.
La oposición
Pero para César Valencia, presidente del Concejo de Rumiñahui,
el proyecto es solo un reordenamiento territorial, donde la
posición más dura sería para el cantón Rumiñahui porque sería
simplemente anexado.
"El 90 por ciento de los artículos que hemos revisado están
contenidos en la Ley de Régimen Municipal. Pedimos una nueva
ley donde se establezca la descentralización
económico-financiera, porque si no hay esto de qué autonomía
municipal estaríamos hablando. Creo que el problema es de
recursos y es prioritario que se delimiten las atribuciones de
los organismos seccionales", aseguró Valencia.
SOLO UN CAMBIO DE NOMBRE
"Mi criterio es que (la creación del distrito metropolitano de
Quito) no puede ser motivo de preocupación para los cantones
por un posible cercenamiento de su territorio", indicó Raúl
Hurtado Larrea, consejero provincial en el debate organizado
por los arquitectos de Pichincha.
Hurtado comentó que el proyecto a lo que hoy se llama cantón
Quito lo denomina distrito metropolitano.
Este consejero aseguró que el artículo 117 de la Constitución
establece que el territorio del Estado es indivisible. No
obstante para el gobierno seccional se fijan las demarcaciones
de las provincias, cantones y parroquias, por lo que pueden
asociarse transitoriamente o permanentemente para alcanzar sus
objetivos. Hurtado cuestionó que al momento el alcalde de
Quito deba revisar las órdenes de pago superiores a los 10 mil
sucres, ordenar en forma privativa egresos por concepto de
viáticos y honorarios, conceder licencias, entre otras
actividades. Esto justifica -dijo- la delegación de funciones
sin que esto signifique que la responsabilidad política,
administrativa y legal dejen de ser del alcalde.
Es errado creer -señaló Hurtado- que con la creación del
distrito metropolitano el poder del alcalde crezca. "He
revisado la Ley de Régimen Municipal y en ella el alcalde
tiene 44 atribuciones. En el proyecto del distrito se reducen
a 14, y más bien tres le quitan poder".
Organizaciones pospuestasJavier Alvarado, representante de los
barrios marginales, dijo que existen otras formas de
organización dentro de la ciudad que no están tomadas en
cuenta en el proyecto. "Estamos afectados al no ser incluidos
ni siquiera en el debate peor aún por la ley, porque los
contenidos de democratización, descentralización y la
participación solo están en los foros y no en lo que se
tramita en el Congreso", precisó.
El dirigente barrial señaló que tendría sentido una
descentralización si ella se diera en términos
político-administrativos para que los pobladores fueran
incorporados.
Para Alvarado, en el proyecto se mantiene la concentración de
poder porque la población no dispone de mecanismos para
fiscalizar y ni siquiera el Concejo podría destituir a un
director zonal. Javier Alvarado solicitó detener el proyecto
hasta que se profundice en el análisis de las implicaciones
que afectarían a los pobladores quiteños. (C-8).
Quito. 01.03.91. Un programa radial y un debate sobre el
proyecto del distrito metropolitano fueron organizados en días
pasados. Ambas actividades buscan difundir tanto el punto de
vista del Municipio sobre el proyecto y, también, provocar el
debate sobre un tema que incidirá enormemente en el futuro de
Quito.
La información sobre los temas planteados en las dos
oportunidades resume HOY en estas notas.
En la radio "Buenos días", saludó María Eugenia Rodríguez, en
el programa radial "Quito hacia el año 2.000", de la Unidad de
Apoyo Técnico del Departamento de Planificación Municipal,
realizado el pasado sábado, junto con Santiago Jaramillo.
"Hablaremos acerca del proyecto de distrito metropolitano de
Quito, elaborado pensando en el futuro de la ciudad", dijo
María Eugenia en la radio Municipal.
Según la información difundida en la emisora, la idea del
distrito nace de la Constitución Política del Ecuador, en la
que se determina a Quito como capital de la República y
distrito metropolitano.
En mayo de 1971 Quito y sus zonas aledañas fueron declaradas
como un "centro de desarrollo urbano de Emergencia", y este
territorio denominado como "área metropolitana de la capital
de la República", que fue dividido en tres zonas: urbana,
suburbana y rural.
En diciembre de 1989, el gobierno y el Municipio de Quito
firmaron un convenio mediante el cual el Estado asignó una
partida de 400 millones de sucres para la planificación urbana
y constitución del distrito metropolitano de Quito.
Fue entonces cuando se empezó a elaborar el proyecto.
Después, el diputado de la Democracia Popular, Jamil Mahuad,
presentó el proyecto en el Congreso, donde ingresó el 31 de
octubre y cuya lectura fue el 11 de diciembre.
El Municipio justifica este proyecto porque el proceso urbano
de la capital ha determinado que su territorio se caracterice
por una marcada diferencia entre el sur y el norte de la
ciudad, que se visualiza en el déficit de servicios públicos.
Existe concentración de población y de servicios tanto
administrativos como bancarios y comerciales en especial en el
centro histórico, lo que implica desequilibrios regionales en
el área metropolitana de Quito.
La intención entonces, según el Municipio, es resolver los
problemas presentados desde una óptica integral, como lo
plantea el proyecto del distrito metropolitano. Esto es, a
través de tres principios básicos: la democratización, la
descentralización y la fiscalización.
"La declaratoria a Quito como distrito metropolitano, busca
dotar a la ciudad de un marco legal que permita enfrentar su
acelerado crecimiento, además de mecanismos para agilitar su
administración y facilitarle de una herramienta válida que
permita planificar su futuro" reiteró la información en la
radio Municipal.
PROMOTORES Y OPOSITORES
La existencia de sectores que defienden y que rechazan el
proyecto del distrito metropolitano se observó en el debate
que sobre el tema, organizó el Colegio de Arquitectos de
Pichincha.
Fernando Carrión, director del Departamento de Planificación
del Municipio, señaló que Quito a partir de la década del 70,
creció aceleradamente. Con una tasa que superó el cuatro por
ciento anual, la que le llevó al desborde de sus fronteras
naturales.
"En los 70, Quito tenía 5 mil hectáreas y hoy el área central
tiene 20 mil hectáreas, por lo que en 20 años ha crecido
cuatro veces", dijo Carrión.
La propuesta
Fernando Carrión dijo que la propuesta del proyecto es la
descentralización de algunas de las funciones de la ciudad.
Porque Quito no puede ser cabecera cantonal, capital de la
provincia de Pichincha y capital de la República, afirmó.
Según Carrión, gran parte de los problemas que sufre Quito se
gestan fuera de la ciudad, tal es el caso de los flujos
migratorios que deberían ir a otras zonas.
"Se ha pensado buscar una alternativa para una capital. Una
zona de potencial desarrollo económico con una convergencia
geográfica que podría ser la parte noroccidental de Pichincha.
El distrito metropolitano sería una especie de corporación de
desarrollo que permitiría plantear políticas de manejo del
terreno urbano", anotó Carrión.
La oposición
Pero para César Valencia, presidente del Concejo de Rumiñahui,
el proyecto es solo un reordenamiento territorial, donde la
posición más dura sería para el cantón Rumiñahui porque sería
simplemente anexado.
"El 90 por ciento de los artículos que hemos revisado están
contenidos en la Ley de Régimen Municipal. Pedimos una nueva
ley donde se establezca la descentralización
económico-financiera, porque si no hay esto de qué autonomía
municipal estaríamos hablando. Creo que el problema es de
recursos y es prioritario que se delimiten las atribuciones de
los organismos seccionales", aseguró Valencia.
SOLO UN CAMBIO DE NOMBRE
"Mi criterio es que (la creación del distrito metropolitano de
Quito) no puede ser motivo de preocupación para los cantones
por un posible cercenamiento de su territorio", indicó Raúl
Hurtado Larrea, consejero provincial en el debate organizado
por los arquitectos de Pichincha.
Hurtado comentó que el proyecto a lo que hoy se llama cantón
Quito lo denomina distrito metropolitano.
Este consejero aseguró que el artículo 117 de la Constitución
establece que el territorio del Estado es indivisible. No
obstante para el gobierno seccional se fijan las demarcaciones
de las provincias, cantones y parroquias, por lo que pueden
asociarse transitoriamente o permanentemente para alcanzar sus
objetivos. Hurtado cuestionó que al momento el alcalde de
Quito deba revisar las órdenes de pago superiores a los 10 mil
sucres, ordenar en forma privativa egresos por concepto de
viáticos y honorarios, conceder licencias, entre otras
actividades. Esto justifica -dijo- la delegación de funciones
sin que esto signifique que la responsabilidad política,
administrativa y legal dejen de ser del alcalde.
Es errado creer -señaló Hurtado- que con la creación del
distrito metropolitano el poder del alcalde crezca. "He
revisado la Ley de Régimen Municipal y en ella el alcalde
tiene 44 atribuciones. En el proyecto del distrito se reducen
a 14, y más bien tres le quitan poder".
Organizaciones pospuestasJavier Alvarado, representante de los
barrios marginales, dijo que existen otras formas de
organización dentro de la ciudad que no están tomadas en
cuenta en el proyecto. "Estamos afectados al no ser incluidos
ni siquiera en el debate peor aún por la ley, porque los
contenidos de democratización, descentralización y la
participación solo están en los foros y no en lo que se
tramita en el Congreso", precisó.
El dirigente barrial señaló que tendría sentido una
descentralización si ella se diera en términos
político-administrativos para que los pobladores fueran
incorporados.
Para Alvarado, en el proyecto se mantiene la concentración de
poder porque la población no dispone de mecanismos para
fiscalizar y ni siquiera el Concejo podría destituir a un
director zonal. Javier Alvarado solicitó detener el proyecto
hasta que se profundice en el análisis de las implicaciones
que afectarían a los pobladores quiteños. (C-8).
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