Quito. 27.11.93. Hay gobiernos que tienen una imagen aceptable
aunque fracasan en sus intentos de controlar la inflación.
Existen otros, que han logrado controlar la inflación y que, a
pesar de las duras medidas empleadas para lograrlo, gozan de un
amplio respaldo popular, como los gobiernos de Perú y Argentina.
Lo extraño es que un régimen que ha logrado las ambiciosa meta de
reducir la inflación, tenga la peor imagen de todos los gobiernos
en los último quince años.

Cuando las autoridades económicas actuales anunciaron la meta de
reducir la inflación al 30%, muchos pensaron que se hacía un
anuncio temerario. Varios funcionarios en el pasado, se habían
planteado el mismo objetivo como un gran ideal sin conseguirlo.

Cuando el incremento de los precios empezó a perder velocidad,
manteníamos una investigación amplia sobre el tema y constatamos
empíricamente que la inflación se iba controlando. A pesar de
nuestra absoluta independencia respecto de este y de todo
gobierno, pocas personas, de las que conocían el resultado del
trabajo, creían en la realidad de los datos.

Cuando en las encuestas preguntábamos si la gente creía si se
estaba controlando la inflación la respuesta ampliamente
mayoritaria fue siempre negativa.

Las encuestas, dicen también que este es el Gobierno peor
evaluado de los últimos quince años y permanentemente rompe sus
propios récords de impopularidad. A excepción de un reducidisimo
grupo de servidores incondicionales, los propios miembros del
gobierno son conscientes del problema. Se han dado distintas
explicaciones a este deterioro. Se ha dicho que un punto central
del problema está en las políticas sociales. El brillante
equipo de funcionarios que ha manejado el área económica no ha
tenido una contraparte en el área social, casi vacía y sin rumbo
a lo largo del último año y medio.

Se ha mencionado también que algunos incidentes anecdóticos y
superficiales de algunos funcionarios han irritado a la mayoría
de los ecuatorianos, destrozando con sus pequeñeces el éxito de
fondo alcanzado.

Sin embargo, más allá de que estos dos factores han gravitado
fuertemente, existe un claro problema de comunicación del
gobierno con el pueblo. La gente no conoce ni entiende las metas
del gobierno, no sabe en que le benefician, desconoce si en
realidad se dan pasos positivos.

En distintos estudios sobre temas de opinión que realizamos
constatamos que muchos ciudadanos no entienden bien determinados
términos o dan a las palabras un contenido diverso del real. En
el caso concreto del término "inflación", hemos encontrado que
buena parte de la población supone que "controlar la inflación"
es lograr que bajen los precios de los productos, cosa a todas
luces absurda.

Lo mismo ha ocurrido durante éste gobierno con otros términos,
que han terminado vaciados de contenido y satanizados, al menos
en algunas zonas del país. No se puede entender de otra manera el
graffiti "privaticemos el hambre" que solo tiene el sentido de
asociar la palabra "privatización" con algo malévolo. Otro tanto
ha ocurrido con el término "modernización" que ha terminado con
una connotación negativa, oliendo a algo sucio, a traición al
país.

Cuando en nuestra encuesta del 24 de noviembre hicimos algunas
preguntas acerca del mayor éxito del gobierno del presidente
Durán Ballén el control de la inflación, constatamos la fuerza de
esta falta de comunicación.

Cuando preguntamos a los ciudadanos de Quito y Guayaquil si
creían que el gobierno está logrando controlar la inflación el
67% de los quiteños y el 71% de los guayaquileños respondieron
que no.

Cuando hicimos la misma pregunta sin emplear la palabra
"inflación", describiendo más bien su contenido, la respuesta fue
diferente. Consultados acerca de si los precios de las cosas
están subiendo más lentamente que hace un año, el 57% de los
quiteños y el 58% de Guayaquileños respondieron que sí.

Las cifras nos dicen claramente que el gobierno no ha logrado
explicar a los ecuatorianos que es la inflación, en que consiste
controlarla y cuáles son los beneficios que se derivan de ese
control para los ciudadanos comunes y corrientes.

En otra pregunta encontramos que la mayoría de los ciudadanos
cree que el gobierno no logrará reducir la inflación al 30% éste
año, aunque los indicadores económicos dicen que esta reducción
es casi un hecho. Habría que ver que es lo que entienden por
"reducir la inflación al 30%, ese 66% de quiteños y ese 61% de
guayaquileños que dicen que el gobierno no logrará este cometido.

El tema de la inflación tiene para los encuestados una enorme
importancia: el 80% de los encuestados de Quito y el 83% de
Guayaquil supone que el control de la inflación le beneficia
directamente.

El ejercicio del poder es en la mayor parte de los casos una
experiencia amarga y frustrante para quienes llegan a él con la
intención de cumplir con ideales. Las tensiones propias del
ejercicio del poder hacen que las autoridades en la mayor parte
de los casos prefieren oír adulos y mentiras piadosas en vez de
críticas reales. Criticar a las encuestas, atacar a los medios de
comunicación acusándoles de opositores, insultar a los
periodistas que critican los defectos del gobierno, no es el
mejor camino para enmendar los errores. Es el momento de
realizar una autocrítica severa fortaleciendo los aciertos,
corrigiendo las equivocaciones y buscando, más allá de las
sensiblerias de grupo, el bien del país.

EL TEMA EN FRASES

* El 68% de los Guayaquileños que dicen que los precios están
subiendo más lentamente cree que el gobierno no está logrando
controlar la inflación.

* En Quito, el 63% de quienes creen que los precios suben más
lentamene, dicen al mismo tiempo que el gobierno no está
controlando la inflación.

*En Quito los ciudadanos de distintos estratos sociales ven el
problema de una manera completamente diferente. El gobierno está
controlando la inflación para el 44% del estrato alto, el 34% del
estrato medio y el 27% del popular. En Guayaquil la opinión de
los distintos estratos sobre éste tema no tienen diferencias
importantes.

*El nivel educacional corta la pregunta de manera clara en Quito:
los que no han ido ni siquiera a la escuela son los que menos
creen que se ha controlado la inflación (12%); mientras son el
23% de entre quienes terminaron la primaria, el 34% de los que
terminaron la secundaria y el 42% de los que terminaron la
Universidad.

*En Guayaquil las diferencias por nivel educacional no son tan
claras. Creen que se ha controlado la inflación el 11% de quienes
no han ido a la escuela, el 16% de quienes la terminaron, el 33%
de quienes tienen educación secundaria y el 27% de quienes
egresaron de la Universidad.

*Quienes creen que los precios de las cosas están subiendo más
lentamente que hace un año, son en Quito un 72° en el estrato
alto, un 50% de las de estrato medio y un 61% en el popular.

* Curiosamente el 73% de quienes no han terminado la primaria
dicen que los precios suben más lentamente, al igual que el 49%
de los que terminaron la primaria, el 59% de los que terminaron
la secundaria y el 56% de quienes egresaron de la Universidad.

* También en Guayaquil son numerosos los encuestados que sin
haber terminado la primaria, creen que los precios suben más
lentamente: el 89%. Opinan lo mismo el 52% de los que terminaron
la primaria,. el 62% de los que terminaron la secundaria y el
49% de los que terminaron la superior. En ambas ciudades una
amplia mayoría de quienes no terminaron la educación primaria,
creen que los precios suben más lentamente pero que la inflación
no ha sido controlada.

* En ambas ciudades en todos los estratos y niveles de educación
es un clamor que se controle la inflación. Una abrumadora mayoría
de ciudadanos de todos los grupos cree que si se controla la
inflación recibirán un beneficio concreto.
EXPLORED
en Ciudad N/D

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