Quito. 07 may 95. Un moderno semáforo fue colocado hace algunos
meses en la aduana de Quito, como parte del proceso de
automatización del organismo.

Su función -en teoría- sería la de verificar al azar si lo
declarado por el pasajero en el formulario que le entregan en el
avión es real o no.

Llega el pasajero y oprime el botón. Si se enciende el color
verde, indica que el pasajero puede salir del "filtro" aduanero
sin abrir paquetes ni maletas. Si la luz es roja, deberá
someterse a un tenaz escudriñamiento que lo delata en caso de que
la declaración haya sido falsa..

Eso, claro, cuando la máquina funciona. Lo que no sucede en la
aduana del aeropuerto de Quito.

Pero cuando es una afanosa funcionaria la que si funciona, de pie
junto a ella, haciendo las veces de semáforo, la cosa se vuelve
del todo subjetiva y abre un enorme espacio para los errores, los
abusos de poder, la intolerancia y hasta el mal trato.

¿Qué misterios hacen que la funcionaria señale a unos pasajeros
con el si y a otros con el no para la revisión aduanera? Nadie lo
sabe. Solo ella. Pero por ello eso puede conducir a cualquier
tipo de presunciones.

¿Es el hecho de que el pasajero trae algo en una caja y no en una
maleta? ¿Es que camina "nervioso" hacia la salida de la sala
internacional? ¿Es que tiene cara de contrabandista? ¿O es que
tiene bigotes que le disgustan a la vistaforadora?

Y es que aunque suene increíble, casi ocho meses después de
haberse iniciado el proceso de automatización de las aduanas, la
"fase del semáforo" aún no ha podido implementarse.

¿La razón? Todavía no ha sido aprobado el formulario de
declaración de aduanas que el pasajero debe llenar en el avión.

"Lamentablemente se tiene que contar primero con el visto bueno
de la Dirección de Aviación Civil y las compañías aéreas también
quieren meter su granito de arena en la forma, el color y ese
tipo de cosas, todo eso ha retardado el proceso", explica Byron
Vega, asesor del Servicio Aduanero.

Ese ha sido el único motivo -según argumenta el funcionario- para
que después de este largo período de cambios, aún no se haya
logrado implementar el sistema de control.

¿QUIEN PASA Y QUIEN NO?

Mientras faltan el formulario y el semáforo -que permitirían
eliminar por completo las subjetividades o malos humores de las
funcionarias- existen ciertos criterios que ayudan a los
aduaneros a "escoger" las personas a quienes se debe abrir la
maleta.

"Hay muchas cosas, dice Byron Vega. Un pasaporte, por ejemplo,
puede indicar que la persona estuvo más de dos años en el
exterior y tiene derecho a traer una serie de paquetes o que
estuvo muy poco tiempo y trae demasiado equipaje".

La clave, hasta que funcionen los nuevos sistemas de control ("en
60 días máximo") parece ser el tiempo de permanencia del pasajero
fuera del país, el tamaño de los paquetes y su procedencia.

Mientras tanto, todo queda a criterio de la señora de la aduana
que, ubicada junto al semáforo, detiene con una señal de la mano
a los que tienen cara de mentirosos y absuelve con una
indescriptible sonrisa a todos los demás.

ESCASA RACAUDACION EN LA ADUANA DE QUITO

En el mes de abril el IV Distrito de Aduana recaudó una cifra
superior a los 45 millones de sucres por ingresos tributarios,
obtenidos en la sala de ingresos tributarios, obtenidos en la
sala de ingreso internacional del aereopuerto.

Los directivos de la Aduana aseguran que esa es la prueba de la
eficacia en el control y de la modernización del sistema.

Sin embargo, en entrevista con Blanco y Negro, el
subadministrador y el asesor del organismo, no pudieron
determinar cual es la estimación de lo que se "filtra" entre las
valijas, maletas de mano y bultos de los pasajeros.

Pero con cifras obtenidas por este medio en una línea aérea, se
puede establecer que la recaudación sigue siendo reducida.

Cada semana llegan a Quito 102 vuelos internacionales, con un
promedio de 70 y 80 pasajeros cada uno, es decir 7 u 8 mil
personas. El 60% son extranjeros. Lo que quiere decir que un 40%,
tres mil o cuatro mil pasajeros ecuatorianos ingresan
semanalmente por el aereopuerto: 12 mil o 14 mil al mes.

Si todos pagaran el tributo, en abril - por ejemplo- cada uno de
ellos habría aportado con 3.750 sucres, lo cual sigue siendo una
cifra una insignificancia. Y si, como sucedió, por un pequeño
accesorio portátil de computadora, cuyo costo es de 500 dólares,
una persona pagó 150 (340 mil sucres), es evidente que lo
escasamente recaudado es proporcional al subjetivo control de las
vistaforadoras de la sala internacional.

De manera que la eficacia que enorgullece a los funcionarios de
la Aduana, todavía deja mucho que desear.

"SE NECESITA UN SHOCK"

"Las aduanas del Ecuador son un caos", dice un dirigente del
sector textil que accedió a dialogar con Blanco y Negro, pero que
prefirió no identificarse "para no tener problemas posteriores".

Su análisis, sin embargo, ilustra integralmente el problema de
las aduanas en el país. Un problema que -a su modo de ver- va
desde el aspecto legal: "las leyes siguen dando demasiado espacio
discrecional a los funcionarios", hasta el escabroso terreno de
la moral: "la corrupción en las aduanas es histórica", pasando,
además, por un terrible retraso tecnológico.

Este miembro de la Asociación de Industriales Textiles del
Ecuador señala que su gremio es uno de los más perjudicados por
las irregularidades en el control aduanero. Especialmente por los
problemas de subfacturación y el contrabando (fruto de ello la
industria en el presente año ha visto reducir en 40% sus ventas y
bajar en 30% su capacidad generadora de empleo con relación al
año pasado).

Pero, según la fuente, estos problemas no afectan solo a la
industria textil sino al mismo gobierno. El ingreso de productos
al país que no cumplen los requisitos implica la evasión del pago
del arancel, que es del 20%,

la evasión del pago del Impuesto al Valor Agregado (IVA), y el
pago del resto de impuestos que conlleva la importación que
llegan al 5% .

Una evasión del 35% que representa una significativa pérdida de
ingresos para el fisco.

Aunque el entrevistado reconoce que la aduana de Quito no es el
lugar en el que más pérdidas sufre el sector textil (el problema
es mucho más grave en los puertos), admite que la introducción
ilegal de "dos cajas de medias nylon o una de hilos" es
suficiente para desestabilizar el mercado de los productores
nacionales de estos artículos.

Esta "competencia desleal" está ocasionando graves prejuicios a
la industria nacional -"el 60% de los problemas empiezan en las
aduanas" asegura la fuente-.

En el caso concreto de los textileros, su mercado interno se ha
reducido sensiblemente por lo que el entrevistado denomina la
"invasión" de productos extranjeros. El lo ilustra así: "el
margen de dumping en 35 casos de muestreo que realizó la
Asociación es del 988%".

Por eso, la "buena voluntad" que ha manifestado el gobierno por
mejorar la situación de las aduanas ("la contratación de las
verificadoras y la creación de un nuevo reglamento son la
prueba"), no es suficiente para este miembro de la AITE.

¿Razones? "El nuevo reglamento aún tiene muchos vacíos que dan
espacio a la subjetividad y, en consecuencia, a los errores y las
picardías", dice.

Tampoco la contratación de las empresas verificadoras "que podría
ser la alternativa" funciona como solución pues, después de que
éstas cumplen con el requisito obligatorio de emitir el
certificado de inspección de las mercancías, es -otra vez- el
funcionario aduanero el encargado de hacer el avaluó final.
"Entonces un container con productos subfacturados, puede pasar
con algo de dinero, aunque la verificadora haya anotado en su
certificado la irregularidad", explica.

¿Soluciones? Según la fuente, la aduana ecuatoriana solo podría
cambiar con un "shock" que implique una renovación total de
personal y una tecnificación inmediata de los mecanismos de
control. La privatización del servicio aduanero podría ser -para
él- una alternativa viable.

Mientras tanto, la Asociación ha adoptado como política enviar
"cada lunes" a la Subsecretaría de Rentas del Ministerio de
Finanzas, una lista de todos los almacenes de ropa usada -la
mayor parte de veces introducida de manera ilegal- que funcionan
sin ningún tipo de control de calidad y que ellos han podido
descubrir durante toda la semana...

EL MANUAL DEL BUEN CONTRABANDISTA

1. Usted debe saber -porque la ignorancia no le exime de nada-
que la ley prohibe traer absolutamente nada que no sea
considerado "efectos personales" si usted ha estado menos de un
año fuera del Ecuador.

2. Usted debe saber que la consigna de las temibles
vistaforadoras es recaudar, recaudar y recaudar.

3. Usted debe saber que los directivos del IV Distrito de la
Aduana no quieren que la sala de ingreso internacional del
Aeropuerto Mariscal Sucre se convierta en "una calle Ipiales".

4. Por esa razón, los impuestos son inexplicablemente más
elevados -en el 100%- en relación a los que se aplican cuando las
mercaderías llegan como equipaje no acompañado o por las vías
ordinarias de los importadores.

5. Los impuestos en la sala de ingreso internacional equivalen al
30% del valor de los objetos, utensilios o instrumentos que trae
con usted.

6. Sepa que las cajas son la obsesión de las vistaforadoras.
Traiga el contrabando envuelto entre su ropa y, casi con absoluta
certeza, usted saldrá airoso hacia el estacionamiento del
aeropuerto. Las maletas de mano funcionan muy bien para estos
menesteres.

7. Traiga maletas o bolsos. No importa su tamaño. Pero cajas de
cartón no: eso solo lo hacen los giles.

8. Nunca jamás diga el verdadero valor de lo que trae. Las
vistaforadoras tienen un voraz apetito por las cifras más altas:
le cobrarán 150 dólares por una computadoras -un instrumento de
trabajo- que costó 500 dólares; pero se harán las de la vista
gorda por un equipo de sonido -algo absolutamente suntuario- que
costó 250 dólares.

9. No proteste si una vistaforadora decidió aplicarle el impuesto
a su ropa sucia -como efectivamente sucede-. Dígale que la
valorice en una cifra baja, y listo: usted pagará un dinero
prácticamente nominal.

10. También es útil que, en casos similares, usted exhiba una
factura adulterada o mentirosa. Es decir, subfacture. No olvide
que solo los tontos caen en el embudo de la Aduana.

11. Si usted trae joyas y fue detenido, haga lo siguiente:
ofrezca una de ellas a la funcionaria y, con mucha seguridad,
ella extenderá la mano, tomará la que más le gusta, y le dirá:
siga por favor, bienvenido...

12. Si un amigo o un pariente suyo tiene algún relacionado en
cualquier función del IV Distrito de la Aduana, la del
aeropuerto, mueva la palanca: misteriosamente usted conocerá cómo
evacúa el filtro aduanero sin ningún inconveniente.

13. Si usted es diputado, ya lo sabe: puede ir a recibir a su
hija, a su yerno, a su mamacita o a quien guste, y verá sonrisas
adulonas de los funcionarios mientras los enormes bultos pasan
frente a la gente aglomerada en la salida y usted siente que no
hay nada mejor que un amigo tan influyente.

14. También sirven otras autoridades de la Policía, del
Ministerio de Finanzas o de Gobierno, la hermana de un
funcionario, el tío Sutano, de Mengano o de Perencejo: ellos
saben cómo hacer para que su equipaje se cubra de una misteriosa
aureola de santidad e inocencia, pero no pregunte cómo lo hacen.

15. Nunca, jamás, confíe en el sentido común y en la flexibilidad
de la vistaforadora. Ella es un ser dispuesto siempre a abusar de
su autoridad. A vengarse de algún resentimiento social. A curarse
de algún dolor de muela o de estómago a costa suya. No olvide que
representa al Estado. Y el Estado ecuatoriano es naturalmente
autoritario y abusivo. Cójale por el lado bueno o resígnese a
pagar...

16. Presione. Si es diputado, ministro o concejal. Presione y
conseguirá que no le cobren nada. Lo dicen las fuentes de la
aduana.

17. Puede traer una computadora portátil o un equipo de sonido.
Un horno microondas. Una cámara de fotos o de video. Un VHS. Si
es algo levemente más complicado tecnológicamente ­cuidado!, irá
a pagar irremediablemente, a contribuir en la lucha contra el
déficit fiscal que llevan adelante las autoridades económicas, el
ministro de Finanzas a la cabeza de todas ellas.

18. Nunca dedique mucho tiempo a pensar cómo es que los almacenes
de las ciudades están llenas de mercaderías contrabandeadas.
Razone positivamente. Sea un competidor nato.

19. Si paga, no elucubre adónde irá a parar su dinero. No se haga
mala sangre. Piense en la venganza del propio viaje, donde ya no
le cojerán por su cara de tonto y su caja de cartón.

20. El cómico Verdaguer decía: ríe y el mundo reirá contigo;
llora y nadie te escurrirá las lágrimas. (Tomado de la revista
Blanco y Negro, No. 54) (P 5-8)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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