Quito. 30.04.94. Con el pago de 5 millones de dólares para
reanudar el servicio de la deuda externa con la banca comercial
acreedora, Ecuador allanó el camino para acercarse a un acuerdo
tipo Brady.

Esa intención se consolidó, aún más, con la presentación de la
carta de intención, que plantea ambiciosas metas ante el Fondo
Monetario Internacional (FMI).

Pero quizá la meta más ambiciosa es el querer lograr una
renegociación "especial", en mejores términos que cualquiera de
los otros pases latinoamericanos.

Según dijeron a EL COMERCIO fuentes allegadas a la renegociación
de la deuda externa, el país está próximo a alcanzar un "buen
acuerdo". Actualmente, las negociaciones se centran en torno a
una reducción del 45 por Ciento del capital.

El gobierno anterior pretendía lograr, bajo el Plan Brady una
reducción del 70 por ciento de la deuda, lo cual fue visto por
los acreedores como "una posición totalmente irreal".

Varios banqueros comentaron a este diario que esa pretensión
nunca fue viable, y que "ahora se está dialogando sobre
condiciones viables, por lo que el ambiente es muy bueno para
alcanzar el acuerdo".

Y en ese ambiente influye, sin duda, la percepción que existe, al
momento, sobre Latinoamérica en el mundo financiero
internacional.

En 1989, el endeudamiento seguía siendo el principal problema
financiero que enfrentaba la región.

Actualmente, según palabras del Secretario adjunto de Asuntos
Internacionales del Departamento del Tesoro de Estados Unidos
Lawrence Summers, con el acuerdo bancario de Brasil a la vista,
la Iniciativa Brady ha funcionado bien y la deuda, como obstáculo
definidor del crecimiento, es Cosa del pasado.

No hay que perder de vista, sin embargo, que la deuda externa se
ha hecho más manejable para los acreedores y no tanto para los
países deudores.

Si bien el endeudamiento externo ha dejado de ser una amenaza
para la estabilidad financiera internacional, su volumen ha
seguido aumentando preocupantemente.

Al analizar la posibilidad de que Ecuador esté a las puertas de
llegar a un acuerdo de renegociación de su deuda externa, no se
puede perder de vista que en Latinoamérica solo en Ecuador y
Panamá subsisten problemas de deuda externa, pues los demás
países han logrado acuerdos de reestructuración de sus deudas o
están en un principio de acuerdo, como es el caso de Brasil e,
incluso, de Perú.

Además, como lo afirma Developing Country Research, "Ecuador ha
demorado mucho más que la mayor parte de sus vecinos regionales
en adoptar políticas reformatorias en su economía, y recién ahora
empieza a ajustar, de manera apropiada, la caída de los precios
mundiales del petróleo, iniciada en la mitad de los 80".

Es decir, que la política económica aplicada por el gobierno ha
merecido la bendición de la banca privada internacional y de los
organismos multilaterales de crédito como el FMI, el BID y el
Banco Mundial, bendición en la que también influyo positivamente
el último incremento de las tarifas telefónicas realizado por el
Gobierno.

El 11 de mayo próximo el país espera que el FMI apruebe la
concesión de un crédito stand by (de contingencia para equilibrar
la balanza de pagos) por 180 millones de dólares ( 130 millones
de derechos especiales de Giro -DEG-).

Además, el país ha solicitado al BID, según confirmó a este
diario el ministro de Finanzas, César Robalino. un crédito
adicional de ajuste estructural (SALT) por, aproximadamente, 200
millones de dólares, una parte importante de este crédito será
utilizada para operaciones que tienen que ver con reducción de
deuda externa.

Al momento las negociaciones se centran en eliminar la deuda
antigua (bonos tipo E) y emitir papeles nuevos (bonos tipo A).

Los bonos tipos E actualmente, están en manos de la banca
privada; de darse la conversión, una parte de los nuevos papeles
pasarían a manos de la banca multilateral, lo cual, según explicó
un banquero, implicaría "convertir la deuda suave en dura, porque
a la banca privada en algún momento se le puede dejar de pagar y,
si se toman las previsiones necesarias, no pasa mayor cosa, pero
Si no se paga a la banca multilateral se suspenden los
desembolsos de créditos.

Pero la banca privada no aceptaría esa conversión si no tiene una
garantía real del Estado ecuatoriano, es decir la
colateralización.

El bono cupón cero es un valor emitido por el gobierno Estados
Unidos; no paga interés anualmente sino que el valor devengado se
acumula durante el plazo del bono, en este caso serían 30 años, y
se paga al vencimiento.

Inicialmente, según informaron las fuentes, el gobierno
entregaría 500 millones de dólares para transformar los bonos E
en A, y 500 millones de dólares de un préstamo del Banco Mundial
también servirían para garantizar.

Los negociadores ecuatorianos también discuten con los acreedores
privados la conversión de atrasos de los intereses en bonos; esta
es la parte más dura de la negociación pues los acreedores
esperan el pago, en efectivo, de unos 670 millones de dólares
para aceptar bonos por la diferencia, pero a tasas de mercado.

Otro de los objetivos que persigue el gobierno sería la recompra
de una parte de la deuda comercial, respaldada por fondos de la
Reserva Monetaria Internacional (RMI), pero este es -quizás- uno
de los objetivos más difíciles de alcanzar pues, en el último
convenio de renegociación, la cláusula de pari passu establece la
prohibición de entrar en operaciones directas de recompra, a
menos que sean con fines sociales.

La aspiración del gobierno habría sido comprar, directamente, un
monto aproximado de 500 millones de dólares de deuda, a un precio
de hasta 30 centavos, lo cual habría implicado un costo de hasta
150 millones de dólares. Sin embargo, fuentes cercanas a la
renegociación comentaron que, al momento. los precios de la deuda
ecuatoria en el mercado secundario han vuelto a subir -ante la
expectativa de la proximidad de un acuerdo- y rondan los niveles
del 50 por ciento.

¿COMO NACIO EL PLAN BRADY?

A raíz del cambio de gobierno en Estados Unidos, en 1989, nació
el Plan Brady, como una nueva opción de financiamiento de la
deuda de los países en desarrollo.

Presentado el 10 de marzo de 1989 por el entonces subsecretario
del Tesoro, Nicholas Brady, el plan propone que los bancos
acreedores busquen arreglos con los países deudores para una
reducción de la deuda y de su servicio.

La estrategia sugiere que los países deudores "adopten una
política acertada de crecimiento económico que fomente una mejor
corriente de inversiones, fortalezca el ahorro interno y promueva
el retorno de sus capitales en el exterior".

Según el analista Alberto Acosta, el elemento más trascendente
del Plan Brady es la necesidad de reducir, en forma voluntaria,
algo del monto de la deuda externa, siempre y cuando los deudores
mantengan y profundicen los esquemas de ajuste.

Esa condición es indispensable para conseguir que los bancos
acepten, en forma voluntaria, tirar a pérdidas una parte reducida
de sus préstamos -en promedio 20 por ciento- a cambio de
garantías para el pago del saldo restante y de los
correspondientes intereses.

Según el Plan, las medidas de política económica deberán ser
incluidas en los programas del FMI y del Banco Mundial, lo cual
implica profundizar los esquemas de ajuste.

Las opciones ecuatorianas

Según la revista Ekos, la negociación de la deuda externa
ecuatoriana con la banca privada comprendería tres elementos:
bonos con descuento (Discount Bond), bonos a la par (Par Bond),
pero con una tasa de interés inferior a la del mercado y bonos
para cubrir los atrasos de intereses (PDI Bond).

De acuerdo con la primera modalidad, unos 3.375 millones de
dólares, un 75 por ciento del capital, se convertirían en bonos
con un descuento del 45 por ciento.

Habría una doble garantía: un bono cupón cero, para garantizar el
capital, y una garantía por un año de intereses renovable, de 100
millones de dólares.

De acuerdo con la segunda modalidad, 1.125 millones de dólares,
el 25 por ciento del capital, se convertirían en bonos sin
descuento, también habría una garantía con bonos cupón cero; la
tasa de interés sería inferior, en promedio, a la del mercado.

El PDI Bond reemplazaría a los 2.000 millones de intereses
atrasados; no tenía rebaja en su valor, pero no existiría ninguna
garantía para su repago.

PARA TENER EN CUENTA

- Se calcula que en Ecuador cada habitante y el que nace lleva
consigo una deuda equivalente a 1.135 dólares.

- El monto total de la deuda externa es casi igual al 100 por
ciento de la riqueza generada anualmente en el país, y cerca del
35 por ciento en relación con las exportaciones.

- El endeudamiento agresivo de la época petrolera y la subida de
las tasas de interés a comienzos de los años 80 elevó la deuda
externa ecuatoriana hasta convertirla -hasta el año pasado- en la
tercera más alta del mundo, si se la compara con el tamaño de su
economía.

- Walter Spurrier, en Análisis Semanal del 15 de marzo, afirma
que los que han hecho que suban los precios de la deuda externa
ecuatoriana son, en particular, los bancos de inversión.

- Los líderes de esta actividad serían "un gran número de buenas
firmas en este negocio, pero se destacan J.P. Morgan junto con
Salomon Brothers".

- Son, precisamente, Salomon Brothers y Morgan Guaranty los dos
acreedores que más han incrementado sus compras de papel
ecuatoriano, en 197 millones de dólares el primero y 100 millones
el segundo.

- Entre otras casas de inversión que han incrementado
sustancialmente sus tenencias de papel ecuatoriano están el
Morgan Stanley (en 64 millones de dólares) y Shearson Lehman (en
60 millones de dólares).

- El incremento en las tenencias de las casas de inversión ha
tenido como contrapartida la venta por parte de muchos de los
acreedores originales del país, entre los que sobresalen los
japoneses.

- El principal vendedor fue Dai-Ichi, el banco japonés que es el
mayor del mundo, que vendió 107 millones de dólares de sus
papeles; el Banco del Japón para el Crédito a Largo Plazo es el
tercer mayor vendedor, con 68 millones de dólares y el Banco de
Yokohama, el cuarto, con 54 millones de dólares.

- Spurrier considera que "los japoneses deben haber considerado
que las recientes alzas en las cotizaciones constituyeron una
oportunidad dorada para librarse de su papel ecuatoriano, pero,
alternativamente, significa que Ecuador no vale el nuevo precio".

- Las autoridades ecuatorianas consideran que tras 7 años de
trayectoria de no pagar a los acreedores privados es necesario
cerrar y reestructurar la deuda, en las condiciones del mercado y
mirar hacia adelante (Ana Lucía Armijos).

* Texto tomado de EL COMERCIO (p. 1-D)
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