Quito. 11.03.94. En el camino que conduce a Conocoto,
población situada a pocos kilómetros de Quito, se encuentra
ubicada la casa en la que habita el cardenal Pablo Muñoz Vega,
el segundo máximo jerarca con esa investidura en la historia
del país, luego de su eminencia Carlos María de la Torre. En
la puerta principal de su actual residencia se lee un rótulo
que dice "Sagrado Corazón de Jesús

En el interior de la vivienda se puede respirar un ambiente de
paz y tranquilidad, lo que compensó los minutos de espera que
transcurrieron antes de ser recibidos por el Cardenal. Valió
la pena. La puerta estaba entreabierta, sin hacer ruido Pablo
Muñoz se acercó a nosotros, nos saluda con un apretón de manos
y nos invita a tomar asiento.

Bajo de estatura y sin aparentar la edad que tiene, se muestra
saludable y optimista; se nota en él una profunda paz interior
y se diría que la transmite a las personas que estamos cerca
de él.

"Es obvio que cuando se ha tenido una vida un poco larga como
la mía, y ésta ha sido consagrada a Dios, la vida y la
cercanía con Jesucristo se vuelve mayor", asegura el Cardenal.

Pablo Muñoz Vega nació hace 90 años, en Mira, un pueblito de
la provincia del Carchi "cuando el Ecuador no tenía vías de
comunicación, como tiene ahora, y un viaje a Quito se lo tenía
que hacer a caballo", nos relata.

Sus estudios de bachillerato en Humanidades Clásicas de
Filosofía los realizó en el colegio Loyola, ubicado en el
barrio de Cotocollao, al norte de Quito, que, según recuerda,
antes era una población rural, pero hoy la ciudad se extiende
hasta Pomasqui. Este colegio también era una institución para
jóvenes aspirantes a la vida religiosa de la Compañía de
Jesús, añade.

En 1930 viajó a España porque -no expresa-, su destino era
terminar sus estudios allí para aprender un poco más de
Teología, aunque en esa época ya era Jesuita, pero quería
formarse en el sacerdocio; luego tuvo que salir de España, ya
que en ese tiempo estalló la revolución comunista, reveló el
cardenal Pablo Muñoz Vega.

Posteriormente viajó a Roma a la Universidad Gregoriana, la
universidad más importante que tiene la Iglesia en el mundo,
enfatiza; realizó los estudios correspondientes y recibió la
ordenación sacerdotal. Estudió un año en Francia y luego
volvió a Roma para hacer los estudios de Maestro Agregado.

Después de 6 años de estudios en Europa, recibió el título de
maestro extraordinario en la Universidad Gregoriana, profesión
que la ejerció durante 20 años.

"Ser profesor de una universidad, la más importante del mundo
y además agregada a la Compañía de Jesús, fue una de las
mejores satisfacciones de mi vida, y otra cosa, todo el
profesorado era Jesuita", recuerda.

Después de la Segunda Guerra Mundial regresó al Ecuador por 6
años como Superior de los padres jesuitas. Luego de este
período lo llamaron nuevamente a Roma para dirigir el colegio
Pío Latinoamericano, uno de los tantos que tenía la
Universidad Gregoriana; seguidamente, el papa Pío XII le
nombró rector del Instituto Superior Gregoriano durante 6
años.

Al estar en el tercer año como rector en el Instituto Superior
en Roma, se inició el Concilio Vaticano II y es nombrado por
Su Santidad el papa Juan XXIII como experto para dirigirlo.

En el año 1964, el papa Juan Pablo VI le nombró por dos años
Obispo Coadjutor de Quito, cuando el cardenal del Ecuador era
Carlos María de la Torre. Tras el fallecimiento de éste, Pablo
Muñoz Vega fue designado Arzobispo de Quito, y en 1969 Pablo
VI le nombró cardenal.

Ya como Cardenal tomó parte en el conclave que se realiza cada
cierto tiempo en Roma para nombrar un nuevo Papa, primeramente
a Juan Pablo I, y luego al actual, Juan Pablo II.

Señor Cardenal, ¿cómo nació en Ud. la vocación para el
sacerdocio?

Esta vez puedo yo decirle, que pienso, en que hay vocaciones
que vienen desde el seno materno. Yo fui educado en una
familia muy cristiana y por esta razón mi tendencia desde
pequeño fue llegar a ser sacerdote yo ya sentía una especial
atracción por servir a Dios y desde muy joven elegí hacer mis
estudios de secundaria en un colegio vocacional.

¿Qué pensaron sus padres de esta decisión?

Ellos se sintieron felices de que el único varón y el último
de cuatro hermanos fuese sacerdote.

¿Cuántos hermanos son?

Tenía tres hermanas mayores, ya fallecieron.

¿Cuál es la anécdota más bonita que recuerda desde que es
sacerdote?

-Un poco con la mirada perdida y como queriendo recordar una
de las mejores, contesta: Cuando era sacerdote y profesor en
la Universidad Gregoriana ejercía un ministerio sacerdotal muy
importante, el de escuchar las confesiones. En Roma hay una
iglesia llamada del Jesús; yo tenía mi confesionario en esa
iglesia a la que acudía mucha gente.

Una tarde fue a confesarse en esa iglesia una mujercita; se
acercó, ella era vendedora, muy cristiana, y como buena
cristiana quería estar bien con su conciencia al vender sus
cosas -todo lo contrario a lo que sucede hoy, que tienden a la
especulación-, pero ella era muy delicada y por lo tanto tenía
sus dudas que las quería esclarecer.

Así, la confesión de esta mujer empezaba a prolongarse, no por
cualquier otra razón, sino por que quería contarme sus
pequeños problemas, y como en esa época estaba de profesor en
la universidad y me interesaba en preparar clases especiales,
yo tenía afán de volver a la universidad. Ella notó que yo
estaba un poco a prisa, que esperaba que me dijera pronto las
cosas; entonces hizo silencio y me dijo esto....yo he
escuchado decir que usted es muy inteligente, pero ¿para quién
quiere ese talento, sino para nosotros los pobrecitos...? De
esta forma me dio una gran lección.

¿Y algo que recuerde y le pone triste?

- Hizo una pausa prolongada, como queriendo buscar en sus
recuerdos, y dijo: ­bueno!, algo que sí ha sido para mi motivo
de tristeza es lo que sucedió después del Concilio Vaticano
II, cuando tuvimos en la Iglesia una fuerte crisis vocacional
y tuvo como consecuencia el que muchos que eran sacerdotes
abandonaran el ministerio sacerdotal. Tuve realmente pena en
el caso de un sacerdote al que yo estimaba mucho, era un muy
buen amigo y le vino la idea de abandonar el ministerio y no
pude lograr que desistiera de esa decisión; y entonces pues,
cuando terminaba el diálogo, le hablé manifestándole que en mi
corazón no perdería nunca el puesto que tenía, aún cuando iba
a separarse del ministerio,y me dijo..."lo que me acaba de
decir me gusta mucho porque esto significa que usted tiene su
corazón puro".

¿Cuál es su comida preferida?

-Un poco sorprendido por la pregunta, responde. Mire, este es
un asunto en el que yo nunca he pensado, yo no tengo
preferencias en cuanto a alimentación.

Pero... ¿no le agrada una cosa más que otra.

Algo que me agrada muchísimo son la frutas, sobre todo las
frutas de nuestra tierra nuestro país tiene unas frutas
excelentes. mejor que en otras partes del mundo.

Usted ha recibido muchos obsequios de muchas personas, ¿cuál
es el que más le ha agradado?

Pues sí -contesta sonriente-, he recibido muchos obsequios,
hay uno que me dio mucha satisfacción interior y fue este...

Cuando era Arzobispo de Quito y estaba ejerciendo mis
funciones, tenía que recibir a la gente que venía a contarme
sus problemas, y una mañana noté que había una mujercita del
pueblo que estaba esperando mucho tiempo, ya que había muchas
personas; entonces, al darme cuenta de esto, hice una señal
para que la dejaran pasar. Vino y se puso de rodillas ante mí,
me besó las manos y traía en las suyas un paquete envuelto en
papel periódico, el que lo puso sobre mis pies y allí esparció
hojas de flores.

Esto fue un gesto de gratitud, ya que entonces yo tenía unas
becas para ayudar a los niños pobres para que hagan sus
estudios y le había tocado la beca a un hermanito de ella.
"Nuestro buen pueblo tiene realmente cualidades estupendas,
cuando no se lo desorienta", dijo.

¿A dónde le gusta salir a descansar?

Me gusta mucho toda la Costa ecuatoriana, pero en estos
últimos tiempos ya no he salido... ya no puedo.

De todos los sitios que ha visitado, ¿cuál es el que más le ha
gustado?

Florencia es una ciudad en la que hay obras de arte de
pintores de primera categoría, como Miguel Angel, Rafael y
otros...

¿Cuáles son los libros que más le gusta?

Sobre todo la Biblia; y, luego las obras de San Agustín, es un
gran conocedor de la Iglesia él ha sido el autor de mi
preferencia, le he dedicado mucho tiempo, incluso tengo obras
escritas sobre su filosofía... Bueno, yo he leído mucho de
todo pero así que me gustan. preferentemente son tres
autores,Pascal, Newman y Paul Clodeel, poeta francés.

* Texto tomado de EL TELEGRAFO (p. 1-B)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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