Quito. 9 feb 2001. El Ejército intensificó los patrullajes en toda la zona. El Gobierno negó la
vinculación del hecho con el Plan Colombia. Los indígenas son de Bermeja San Miguel.

L a incursión producida en Sucumbíos, a mediados de la semana, de miembros de grupos
armados que actúan al margen de la ley en el sur de Colombia fue confirmada en fuentes militares
regionales. Según versiones de los campesinos que emigraron a Cascales desde sus
comunidades, ubicadas en el sector Bermeja San Miguel, en la frontera con Colombia, hombres
armados, que se identificaron como paramilitares, los amenazaron con asesinarlos sino
abandonaban sus tierras.

El comandante de la IV División de Ejército Amazonas, general Víctor Zabala, dijo que "en realidad
han salido campesinos de comunidades asentadas cerca del límite internacional hacia Cascales
porque fueron amenazados de muerte".

Según la Cruz Roja, hasta el momento han abandonado sus hogares unas 300 personas (40
familias) que se han ubicado provisionalmente en Jambelí, Cascales y la casa comunal en
Sucumbíos.

En un comunicado difundido ayer, el Frente de Defensa de la Amazonia confirmó que los
desplazados son de las nacionalidades Kichwa y Shuar. Los indígenas evacuaron sus
comunidades el miércoles por las amenazas que los encapuchados le hicieron a un profesor del
sector a quien le dijeron que "necesitan este espacio completamente libre, por los enfrentamientos
que podían darse". Una mujer del grupo informó que aún quedan más personas rezagadas, que
seguirán llegando las próximas horas. "Falta que salgan las comunidades Kichwas: Shumac
Pamba, Tarupa Shiguango, Curiyacu, y las comunidades Shuar Etsa: San Antonio, Charip y
Cofán.

El general Zabala no precisó si se trata de integrantes de las Autodefensas Unidas de Colombia
(AUC), como se denunció, o de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Dijo que, por el momento, ordenó realizar, a través de personal especializado de Inteligencia, las
investigaciones que permitan precisar datos que ayuden a tener una información cabal de lo
acontecido en las comunidades de Santa Catalina, Tarupa y Curiyacu.

Sin embargo, según el indígena shuar Roberto Similcar, de la comuna Santa Carolina, "los
militares jamás hacen un patrullaje por la frontera. Se refugian nada más en los pueblos y
ciudades, atropellando y castigando a inocentes, mientras que allá ni se los conoce. Es inaudito
que el Comandante del Ejército asevere (por la radio) que tiene patrullas vigilando esta zona y
poniendo en entredicho nuestra posición. Nosotros salimos de nuestras casas y tierras para salvar
nuestras vidas".

Mario Mera, funcionario del Municipio de Cascales, le dijo a este Diario que migraron unas 500
personas de ocho comunidades que temporalmente fueron alojadAs en Jambelí y en la cabecera
de este cantón. De ahí fueron trasladadAs en vehículos del Municipio, en especial a Tena y
Archidona, en Napo, de donde son oriundos o tienen sus familias. En Cascales todavía
permanecen 20 personas.

El general Zabala insistió en que los patrullajes son permanentes y dio un diagnóstico adicional.
"La disputa entre esos sectores insurgentes comprende, además, el tratar de controlar las vías de
ingreso hacia Colombia como la que va desde el puente sobre el río San Miguel para tener acceso
a los abastecimientos".

"Lo que sí es cierto es que al otro lado de esa frontera hay combates permanentes entre las AUC y
las FARC por el dominio de la zona. El propósito es tener los carteles de la guerrilla para sembrar,
cosechar y vender la droga que es su sustento financiero".

Otra estrategia que aplican los armados es la de incursionar en determinados sectores aledaños a
su teatro de operaciones para amedrentar a los campesinos y lograr su apoyo, bajo temor, como
informantes, abastecedores o para que ayuden a sus heridos.

"Se ha comprobado que esos sectores (irregulares) basan su éxito en el apoyo de los milicianos
que son los campesinos que estando en sus lugares de trabajo son sus informantes a través de
radios".

La disposición que tienen los soldados que patrullan esa agreste región es la de no permitir que
fuerzas extrañas amenacen la seguridad del país y sus habitantes, enfatizó el jefe militar.
El suceso preocupa a la cúpula militar por lo que hay la decisión de evitar, a cualquier costo, que
haya subversión y se fortalezca la operación de los grupos armados en esa conflictiva región.

Conflicto

Ecuador es zona de descanso de los grupos armados

Tres bases de entrenamiento

L os grupos armados de Colombia utilizan desde hace varios meses y hasta años al territorio
ecuatoriano como escenario alternativo al de sus conflictivas regiones limítrofes con nuestro país.
Según informes policiales, Sucumbíos sirve a los subversivos y a los paramilitares hace mucho
tiempo como zona de descanso y abastecimiento.

Entre la población, la presencia de los armados es un secreto a voces. "Incursionan
permanentemente vestidos de civil y llegan para descansar de los combates en el lado colombiano
y para aprovisionarse de víveres y combustible", comentó un comerciante que tiene su negocio en
General Farfán.

En enero, efectivos de la Brigada de Selva Napo, luego de encontrar un taller artesanal de
confecciones de ropa e implementos de campaña de los subversivos, descubrieron tres bases de
la guerrilla entre los ríos San Miguel y Putumayo.

Las mismas eran utilizadas en actividades de entrenamiento y adoctrinamiento. "Son lugares que
están junto a la frontera y que muchas veces les permite evadir combates con las fuerzas
militares, las AUC o las mismas fuerzas. Pasan a nuestro territorio y luego regresan", dijo el
general Víctor Zabala.

Es por esta razón que el Ejército intensificó el trabajo del servicio de inteligencia para emprender
en los operativos que sean necesarios para contrarrestar su presencia en territorio nacional.
El comandante regional comentó que no se ha reportado el hallazgo de nuevas bases
clandestinas en lado ecuatoriano. Sin embargo, la acción militar enfrenta un complejo escenario
propio de las características de la región, con una amplia y gran parte de la selva deshabitada.
Esto favorece para que Ecuador siga siendo el principal granero de las fuerzas irregulares
colombianas. "En realidad es el país que abastece a estas fuerzas porque pueden libremente, a
través de los diferentes acuerdos binacionales, adquirir y comprar en nuestras ciudades
presentando simplemente la cédula. Aquí pueden abastecerse del material que requieran,
movilizarse en el país, curar a sus heridos y salir", apuntó el alto militar.

De ahí que, mediante un trabajo conjunto con la policía, los militares ponen más énfasis en que el
proceso migratorio de personas que llegan o salen de nuestro país esté debidamente registrado.
Zabala también reconoció que las fuerzas irregulares colombianas "quieren utilizar nuestro
territorio y eso no lo vamos a permitir". (Diario Hoy)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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