Quito. 8 jun 98. El agua disponible en el mundo es de 5.400
metros cúbicos por habitante. En el país, las vertientes
disminuyen. El caudal disponible en el país es de 430 millones
de metros cúbicos.

Los profetas que dictaron la Biblia no se imaginaron que la
humanidad crecería tanto que necesitaría rezar no solo por el
pan sino por el agua nuestra de cada día.

Pero en este fin de siglo, el diez por ciento de la población
mundial tiene problemas de escasez de agua dulce y se prevé
que en los años venideros ese porcentaje aumentará.

La disponibilidad de líquido vital en el planeta es menor al
volumen de agua utilizado. Ya existen pueblos enteros que usan
al máximo el recurso con que cuentan sus territorios. Y esta
fuente de vida se puede convertir en filón de guerras futuras.


La población mundial alcanzará los 12.000 millones de
habitantes a mediados del próximo siglo.

En el año 2025, las regiones donde se utiliza más del 40 por
ciento del agua disponible se habrán extendido hasta unos dos
tercios de la población mundial. En el 2050 abarcarán,
probablemente, la mayor parte del planeta. Y a medida que la
crisis se aproxime y que los recursos hídricos se hagan más
escasos, el riesgo de conflictos entre las comunidades será
mayor, mientras la distribución de recursos hídricos no sea
social, económica y ecológicamente equitativa, según prevé la
Organización de las Naciones Unidas.

Pero no solo el crecimiento demográfico, la expansión urbana
incontrolada, el mayor ritmo de industrialización y desarrollo
agrícola, son los factores que ejercen y ejercerán mayores
presiones sobre el valioso y frágil líquido.

Los expertos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM)
calculan que después del 2025, el calentamiento del clima
podría empeorar esta situación si disminuye la cantidad de
lluvias en las principales regiones productoras de alimentos y
aumentan las tasas de evaporación.

De hecho, con un 50 por ciento más de personas para alimentar
que en 1995, se prevé que el volumen de agua necesario para la
producción de alimentos aumente entre un 50 y un 100 por
ciento.

Esto hará que exista mayor competencia por los recursos
hídricos en las poblaciones crecientes, en particular en el
mundo en desarrollo, donde se prevé que la población urbana
aumente del 37, en 1995, al 56 por ciento en el 2025.

Los países más vulnerables a la presión, según la
Organización, son aquellos con un producto nacional bruto per
cápita que no llega a 3.000 dólares por año y donde ya se está
usando más del 20 por ciento de los recursos disponibles.

Esos países no tienen recursos hídricos adicionales que puedan
utilizar ni tampoco poder económico para optar por un
desarrollo que no esté centrado en la irrigación intensiva.

Los ricos, en cambio, tienen los dineros y la habilidad
necesarios (para efectuar trasvases gigantescos y mayor
almacenamiento), pero esos métodos son a menudo nocivos para
los ecosistemas acuáticos.

Aunque la mayoría de gente cree que en el Ecuador nunca
faltará el agua dulce, de acuerdo a los datos disponibles, el
país parece encontrarse entre las naciones vulnerables. En las
provincias de la Sierra central -Cotopaxi, Chimborazo y
Tunguragua- y también en las del norte -Imbabura y Carchi- el
caudal disponible está aprovechado al máximo.

Fernando Serrano, técnico del área de concesiones del Consejo
Nacional de Recursos Hídricos (CNRH), manifiesta que en esas
provincias no es difícil encontrar comunidades que recogen
agua hasta durante la noche, dentro de los horarios de
concesión que están copados. "Hay escasez del recurso porque
la cantidad demandada es mayor de lo que se puede regar".

La media anual de caudal disponible en el país es de 430.000
millones de metros cúbicos, y en el año más seco se ha
calculado que se tiene 146.000 millones. En los años 80, se
realizó un estudio de la demanda de caudal y se la ubicó en
tan solo 7.500 millones de metros cúbicos, cifra que no se
sabe cuánto ha variado hasta ahora.

Pero la falta de datos actualizados no cambia el panorama. La
gran diferencia entre lo disponible y lo utilizado es un
espejismo porque la mayoría de agua corre por el Oriente, sin
ser aprovechado, y no por la cuenca del Pacífico.

Además, hay un fenómeno que es evidente para los técnicos en
los últimos 15 años: la disminución de vertientes y ojos de
agua.

Las esponjas de agua de las faldas de las montañas (pajonales,
chaparros, etc.), que retienen el agua se están convirtiendo
en tierras cultivadas y en zonas dedicadas al pastoreo de
animales.

Un recurso que se agota...

La mayoría está congelada * Solo el 2,5 por ciento de toda el
agua de la Tierra es dulce y más del 99 por ciento está
almacenada en los glaciares, los casquetes polares, y como
agua subterránea.

Muy pocas fuentes * La parte restante, que corresponde a un
porcentaje minúsculo del agua de toda la Tierra, (alrededor
del 0.0007 por ciento de la cantidad total, se halla en ríos o
en lagos y embalses pero representa la fuente principal y más
accesible de agua dulce para la humanidad.

Dos veces en 20 años * Entre 1900 y 1995, la utilización de
agua en el mundo se multiplicó más o menos por seis con
respecto a sus usos anteriores, y el consumo para la
irrigación se duplicó en los últimos 20 años. Esto hace pensar
que los años que vienen, y debido al infecto invernadero,
sequías y calor en las ciudades y campos provocarán una crisis
muy fuerte por conseguir el líquido vital.

El bajón de agua disponible * La disponibilidad anual per
cápita de agua es ahora de 7.500 metros cúbicos mientras en
1970 era de 12.900 metros cúbicos. Sin embargo, según la
Organización Meteorológica Mundial, las variaciones
geográficas y estacionales pueden reducir considerablemente
esa cantidad en muchas regiones del mundo.

PARA AHORRAR GOTA A GOTA...

En la ducha diaria * Abrir solo cuando va a ingresar y no
dejar correr el agua en vano. Cerrarla mientras se enjabona y
coloca el champú.

Por favor cerrar el grifo * Para cepillarse los dientes no
hace falta mantenerlo abierto.

Cuando lava los platos * Si lo hace con el chorro más fuerte
que da la llave, desperdicia. Si no usa el detergente con
exageración, se puede enjuagar fácilmente. No olvide que para
endurar un huevo basta un centímetro de agua en la olla.

Para autos y plantas * Se puede cerrar la llave de la manguera
mientras se pone el detergente en el auto. El regado de las
plantas es mejor con un medio de aspersión.

Ecuador: una ley de aguas

El organismo encargado de la administración del agua es, desde
1994, el Consejo Nacional de Recursos Hídricos (CNRH). Sus 11
agencias en el país tienen concesionada el agua para el riego
de 590.000 hectáreas, 90.000 de las cuales hacen uso de los
canales y estructuras construidos por el Estado. Según los
estudios realizados, el 97 por ciento de esa agua corresponde
a líquido superficial y tan solo el tres por ciento a
subterráneas. El Ecuador tienen 31 sistemas hidrográficos, 80
cuencas y 150 subcuencas y 850 microcuencas. Cada cual se
constituye por un río y sus afluentes de similares
dimensiones.

El objetivo del Consejo es obtener los caudales generados a
nivel de microcuenca, pero la entidad no cuenta con los
recursos necesarios para instalar la tecnología de medida y
procesar los datos. La única cuenca que se está midiendo al
momento con apoyo de capitales suizos es la del río Paute.

Y así el país se está rezagando en el propósito de la Cumbre
de Medio Ambiente de Río de Janeiro (1992), que dijo que se
deben crear sistemas de información de datos manejados por
servicios hidrológicos nacionales que proveen de datos a los
usuarios, y a los organismos encargados de adoptar decisiones
para precautelar el futuro mediante una gestión eficiente y
sostenible de los recursos hídricos.

Serrano manifiesta que la Ley de Aguas sería un paso para
dotar de medios al Consejo. El proyecto de reforma que se
encuentra en el Congreso permitirá organizar las estaciones
hidrometeorológicas para saber exactamente cuántos son los
recursos hídricos del país. Actualmente el CNRH cobra 37
sucres por cada 31 millones 560.000 litros de agua para riego
y 15 sucres por cada 10.000 metros cúbicos utilizados en la
industria.

Además, ni los municipios ni las centrales hidroeléctricas
pagan por el agua que tienen en concesión. En la nueva ley se
eliminarían estas exoneraciones. (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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