Quito. 15 abr 97. La frágil balanza ecológica se vuelve a
desequilibrar. El caso de la empresa chilena Expoforestal,
acusada de haberse excedido en el cupo para la exportación de
astillas de eucalipto, pone al descubierto la falta de control
en el negocio por parte del Instituto Forestal (Inefan).

Los problemas se iniciaron el 16 de marzo cuando el buque
Pearl Venus zarpó del puerto de Esmeraldas con destino al
Japón, cargado de 49.341 metros cúbicos de chips de eucalipto
(astillas para la elaboración de pulpa de papel).

Según el Inefan, el cargamento no estaba autorizado para
partir, pues cinco días antes el ex director forestal, Segundo
Jadán, solicitó una certificación del volumen de la carga que
el barco llevaba. La nota llegó el 17 de marzo cuando el buque
estaba en alta mar.

El Inefan que con esa carga se excedía al cupo de la patente
de funcionamiento porque Expoforestal debía sacar solo 440 mil
metros cúbicos de astillas en dos años, (400 hectáreas de
bosques, casi 100.000 árboles) pero según sus cálculos se
excedió en 60 mil metros, según un informe emitido el 7 de
enero.

Toda empresa, que trabaja en el país en el área forestal debe
firmar una patente en la que se debe especificar el volumen de
exportaciones máximas por dos años, más un margen de
tolerancia de un 10 por ciento.
El cupo del volumen lo cuantifica el Inefan. La nacional
Alpaca, por ejemplo, tiene un cupo de 230.000 metros cúbicos.

Sin embargo, no intervienen factores de índole ambiental par
hacer estos cálculos, como el número de las hectáreas que
deben ser reforestadas y los cuidados al bosque nativo.

Para Ermel Cabrera, director nacional forestal, solicitar la
detención del último embarque, por parte del Inefan, fue
correcto.

"Para los 11 embarques anteriores, Expoforestal solicitó al
Inefan un certificado de los volúmenes de carga, pero para el
último no lo pidió".

Entonces el Inefan nombró una comisión técnica para que
verifique la cantidad de madera procesada con los certificados
emitidos por la Aduana y la Zona Franca.

La comisión, luego de analizar los 12 embarques realizados,
firmó un acta ratificando que los volúmenes enviados están
dentro de lo aceptable: 420.000 metros cúbicos, 20 mil menos
que lo indicado en la patente.

Pero ahí no se terminan los problemas: Cabrera anula esta acta
con el argumento, de que "esa comisión solo tenía que recabar
información y no firmar un acta".

A las autoridades del Inefan, la cifra dada por la comisión no
las convence.

Vuelve a revisar lo enviado en los anteriores embarques y
descubre que son 530 mil metros cúbicos los que se han
transportado, allí se incluye el 10 por ciento de tolerancia
comprometido en la patente. Mientras la empresa declara, que
solo exportó 469.939 metros cúbicos.

¿Quién tiene la razón? Parece que ninguna de las dos partes.
Según el Inefan, el país es neófito en los controles de
exportación de madera y más aún en la variedad de chips. Esa
es la explicación que da para no tener definido aún un factor
de conversión matemático que facilite los cálculos de metros
cúbicos a toneladas métricas. Según un vocero del Instituto
Ecuatoriano de Normalización (Inen), en lo actuado en ambos
cálculos se notan errores.

El Inen será el organismo dirimente en la disputa, pues en 15
días está prevista otra revisión. Desde marzo, Expoforestal no
ha exportado más, el próximo embarque está previsto para el 9
de mayo, si el informe del Inefan está listo, el barco podrá
zarpar, de lo contrario seguirá en el puerto.

Jorge Raad, gerente de la zona franca de Esmeraldas, no
encuentra los argumentos para haber creado el problema.
Expoforestal no ha incumplido ningún reglamento hasta el
momento.

El capítulo referente a la reforestación es igualmente oscuro.
En un informe, Expoforestal dice haber sembrado eucaliptos en
1.223 hectáreas de 7 provincias, además incluye varios
certificados corroborando las resiembras, en una cantidad
superior a las 1.000 establecidas en el convenio firmado el 15
de octubre del año pasado.

Sin embargo, un mes después se dio por terminado este
convenio. ¿Por qué? Según Ignacio Del Solar, gerente de
Expoforestal, este paso se lo dio, para que su empresa y
Alpaca elaboren un inventario de las existencias de eucalipto.
Será presentado en julio.

Cabrera corroboró que la nulidad del primer convenio es
válida. Es decir, se permite la explotación maderera, pero no
se dice nada de reforestación: una muestra más de que el
efímero equilibrio de la naturaleza tiende a romperse.

17 dólares por un eucalipto joven

Al llegar a la Zona Franca en Esmeraldas llaman la atención
las filas de madera de eucaliptos apiladas en las tres
hectáreas que ocupa Expoforestal.
Hasta hace tres semanas fueron 10 mil metros cúbicos de madera
almacenada. La llegada de 15 a 20 camiones cargados de
alrededor 500 metros cúbicos de eucalipto es permanente:
llenan los registros y desembarcar la carga, mientras 150
hombres procesan la astilla.

En los días de embarque se trabaja las 24 horas durante tres o
cuatro días. Hasta que una montaña de astilla del tamaño de un
edificio de cinco pisos sea depositada. El principal
consumidor es Japón. Al momento, el volumen de exportaciones
de 172 mil toneladas anuales ubica al Ecuador en el décimo
lugar entre los 16 exportadores hacia Japón, en América Latina
está después de Chile.

Pero ¿Cuál es el punto de inicio de este negocio?, mediante
una hoja volante, en la que se publicita las ventajas del
eucalipto, se busca que el dueño de un terreno o de un bosque
se dedique a esta actividad.

En el último informe de Expoforestal se señalan a más de 30
propietarios que venden sus bosques a la empresa. Hace unos
seis años, un árbol joven valía entre dos o cinco dólares,
ahora su precio llega a los 17. Su población aproximada es de
45.000 hectáreas, según el último inventario hecho hace 10
años. (EL COMERCIO) (P. 10)
EXPLORED
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