Quito. 15.12.94. Varias son las evidencias que nos hacen
pensar en una mayor reactivación en 1995: crecimiento
acelerado de las importaciones (entre ellas, las de bienes de
capital), un dinamismo en la inversión privada y una
extraordinaria expansión del crédito del sistema financiero
ecuatoriano.

En contrapartida a este escenario, es improbable que el
proceso de estabilización se profundice y que la inflación
llegue a la meta oficial del 15%, peor aún cuando hay claros
signos de debilidad en el área fiscal y ausencia casi total de
reformas estructurales. Además, una expansión de la demanda de
esta naturaleza, combinada con la política cambiaria vigente,
presionaría negativamente sobre el desempeño del sector
externo, que terminaría con un grave déficit, financiado con
flujos de capital del exterior y mayor deuda externa.

A continuación, presentamos un análisis de las principales
previsiones económicas para el próximo ano.

PIB CRECERIA AL 5%

La economía reflejará un notorio dinamismo durante el próximo
ano. El PIB crecería al 5%, estimulado por una significativa
expansión del producto no petrolero, que registraría una tasa
de h crecimiento del 4,4%, mientras que el PIB petrolero cre-
cería en 8,6%.

El modelo utilizado en dicha previsión sólo distingue entre
estas dos ramas. Sin embargo, de acuerdo con las cifras del
Banco Central (BC), los sectores más dinámicos serían el de la
construcción (5,6%), servicios financieros (6,2%), manufactura
(3,4%), agricultura (3%), transporte y comunicaciones (3,8%) y
comercio (3%). Entre los manufactureros, se observaría una
recuperación general, como en los productos alimenticios
(3,2%), textiles (5,4%), químicos (5,9%), maquinaria (3,9%).

Este crecimiento obedece a una expansión de la demanda interna
provocada por una expansión monetaria y por la disponibilidad
de crédito que, en 1994, creció en un promedio del 74% y que
se espera tenga un comportamiento similar -aunque no tan
espectacular- durante el próximo ano. Si bien ello ha
permitido financiar la inversión privada, que habría crecido
en 6,9% en 1994 y que se estima lo hará en 8,8% en 1995,
existen dudas sobre su sostenibilidad en una economía menos
inflacionaria.

En efecto, por segundo año consecutivo, los agregados
monetarios han crecido muy por encima de la inflación
esperada. Si bien este comportamiento es propio de las
primeras etapas de los procesos de estabilización, se debería
esperar una paulatina reducción, crecimiento monetario. Ello
no ocurrió en 1994, y constituyó uno de los elementos que
impidió que la meta inflacionaria fuera cumplida.

LOS SECRETOS CAMBIARIOS Y MONETARIOS

La programación de la política monetaria y cambiaria ha sido
uno de los misterios del manejo macroeconómico del último ano,
pues ha dependido de la discreción del BC para controlar el
tipo de cambio, la tasa de interés y los agregados monetarios.
Si bien esta situación les ha dado mucha flexibilidad a las
autoridades, en repetidas ocasiones han tenido más objetivos
que instrumentos y han caído en explícitas contradicciones.

Mantener la estabilidad cambiaria -aunque en menor escala que
en 1993- continuó siendo un elemento básico dentro de la
estrategia antiinflacionaria. Ello llevó al BC a intervenir
con pisos y techos implícitos no anunciados, para
contrarrestar presiones a la baja o al alza del tipo de
cambio. Como resultado, la tasa de interés mostró frecuentes
oscilaciones, pese a los esfuerzos del BC por estabilizarla.

En los últimos meses, se han producido modificaciones en el
comportamiento de la autoridad monetaria. Desde inicios de
octubre, el Banco Central ha ampliado la banda de intervención
cambiaria, dejando que fluctúe más libremente. Ello le da
margen para controlar mejor la tasa de interés, que ha
permanecido en niveles altos y menos volátiles.

De profundizarse tal tendencia, en 1995 podría darse un tipo
de cambio que fluctúe más libremente y una tasa de interés más
estable y consistente con el programa monetario y financiero
del BC.

Se estima que el tipo de cambio terminará en S/. 2.350 por
dólar, igual a una devaluación anual del 15%. Si se compara
con la inflación esperada al término del año (25%), se observa
que aún se produciría un retraso en el tipo de cambio real,
aunque menor al registrado en 1993.

Al cierre de 1992, el tipo de cambio efectivo real había
llegado a 100,3 (1991=100). A fines de 1993, cayó a 90,6 y se
estima que a diciembre de este año llegará a 88,7. Para 1995,
algunos determinantes del tipo de cambio real, en especial la
subida de tasas internacionales, indican que podría producirse
una gradual corrección y terminar el año en un nivel de 91,9.
Ello implica que el tipo de cambio nominal cerraría 1995 en
S/. 2.670,1O que representa una tasa de devaluación del 13,6%.

Esta tendencia sería sana, dada la situación frágil del sector
externo ecuatoriano. Sin embargo, las autoridades económicas
persistirían en mantener al tipo de cambio como "ancla" para
los precios domésticos. En ese caso, podría esperarse un tipo
de cambio nominal inclusive menor.

En cuanto a los agregados monetarios y a las tasas de interés,
el modelo utilizado parte de una acumulación de reservas de
US$ 250 millones (consistente con la proyeccion de balanza de
pagos), una paulatina reducción del saldo de bonos de
estabilización monetaria a S/. 120.000 millones, un encaje
único del 10%, y una reducción del superávit cuasi fiscal del
BC (equilibrio). Ello requeriría de una acumulación de
depósitos por parte del sector público no financiero de S/.
605.688 millones. A su vez, para ser consistentes, este dato
es utilizado en el financiamiento de los resultados del sector
público. Las cifras son netas de ajustes patrimoniales
derivados del programa de reducción de deuda externa.

El siguiente es un detalle técnico crucial en estas
previsiones: el nivel de emisión monetaria sería el adecuado
para producir una oferta de dinero ampliado (M2) que satisfaga
la demanda de los individuos, dados los objetivos de
inflación, crecimiento y tasa de interés. M2 abarca las
especies monetarias en circulación, los depósitos a la vista y
los depósitos a plazo menores de un año.

La tasa de interés pasiva referencial (depósitos a plazo de
entre 84 y 91 días) terminaría 1994 en un nivel de 32,2%, con
un promedio anual de 33,5%. Para 1995, se estima que terminará
en 25,1% con un promedio anual del 28,6%. En términos reales,
este nivel continúa siendo elevado; igualmente, arrojaría
rendimeitnos en dólares equivalentes superiores al 15% en
promedio. La razón de mantener estos niveles es continuar
atrayendo flujos de capital de corto plazo para financiar el
abultado déficit de la cuenta corriente de la balanza de
pagos.

La tasa de crecimiento de M2, estimada en 66% a fin de año,
puede ser considerada como inconsistente con la tasa de
inflación esperada (20%). En el largo plazo, suele tenerse
esta regla: la tasa de crecimiento del dinero deber ser igual
a la tasa de inflación más la tasa de crecimiento de la
economía. A ello suele agregarse un pequeño factor de
profundización financiera.

ESTAS SON NUESTRAS PREVISIONES

SECTOR REAL 1994 1995

Crecimiento del PIB total 3.5% 5.0%

Petrolero 7.7% 8.6%

No petrolero 2.7% 4.4%

PRECIOS

Inflación dic-dic 25.0% 19.0%

Inflación promedio 27.4% 20.1%

TIPO DE CAMBIO

Cotización a dic. 2.350 2.670

Cotización promedio 2.211 2.527

Devaluación dic-dic 15.0% 13.6%

Tipo de cambio real 88.7% 91.9%

TASAS DE INTERES

Tasa pasiva referencial
a fin de año 32.2% 25.1%

Tasa pasiva referencial
promedio 33.5% 28.6%

Coeficiente de Variación 12.9% 11.1%

AGREGADOS MONETARIOS

Emisión 42.0% 32.0%

M2* 66.0% 48.0%

Crédito 74.0% 53.0%

MERCADO BURSATIL

Multindex 500 715

% de crecimiento 54.8% 43.0%

* Medio circulante más depositos a la vista


Para 1995 se calcula una tasa de crecimiento de M2 del 48%,
aún alta pero con una tendencia decreciente.

El crédito del sistema financiero, con una tasa de crecimiento
del 74% en 1994, continuaría creciendo a una tasa del 53%
durante 1995, financiado en parte por nuevos depósitos
(reflejados en el aumento de M2), y por incrementos
patrimoniales de las instituciones.

Cabe destacar el fortalecimiento del mercado accionario: el
Multindex se incrementaría de 323 a diciembre de 1993, a 500 a
diciembre de 1994, y reflejaría una rentabilidad nominal del
54,8%. Para 1995, se esperaría una rentabilidad menor, pero
una mayor profundidad y liquidez del mercado.

COMERCIO EXTERIOR SE DETERIORA

Uno de los indicadores básicos de la salud del sector externo
de una economía es el saldo de la cuenta corriente de la
balanza de pagos. Este saldo mide la cantidad de recursos que
ingresan al país por ventas y transferencias de bienes y
servicios, menos la cantidad de recursos que salen del país
por estos mismos conceptos. Se compone de la balanza
comercial, que es el saldo de exportaciones menos
importaciones; la balanza de serviciso, que es la diferencia
entre servicios que es la diferencia entre servicios prestados
(principalmente pagos de intereses de la deuda externa, pago
de seguros y fletes, y turismo que sale del país); y la
balanza de transferencias.

El déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos,
expresado como porcentaje del producto interno bruto (PIB),
llegaría a 3,4% en 1994. Esta cifra, ya significativa, se
ampliaría en 1995 a 5,2%. Si bien la situación es manejable
para el próximo año, constituye uno de los problemas
macroeconómicos más serios que enfrenta el país en el mediano
plazo.

RAZONES DEL RETROCESO

En las últimas décadas, la balanza comercial del país ha
arrojado saldos positivos muy significativos, que se
utilizaron para cubrir los crecientes déficit de la balanza de
servicios. Desde 1993, el saldo comercial positivo empezó a
contraerse significativamente.

Este fenómeno es usual en procesos de apertura comercial que
liberan aranceles y restricciones a la importación. Las
importaciones crecen inmediatamente, mientras que las
exportaciones tardan en reaccionar. Se produce lo que los
economistas conocen como la "curva de jota", es decir una
caida inicial en la balanza comercial y una posterior
recuperación.

Al parecer, el Ecuador alcanzaría en 1995 el punto más bajo de
la jota.

Esta situación se ha visto complicada aún más por la política
macroeconómica aplicada desde septiembre de 1992, cuyo
objetivo central ha sido la estabilización de precios. El tipo
de cambio ha sido utilizado como un instrumento para "anclar"
el nivel de precios domésticos, lo cual ha generado una
significativa apreciación del tipo de cambio real, que ha
afectado el balance del sector externo. Tal como la teoría
económica lo habría anticipado, esta apreciación real ha
abaratado y estimulado las importaciones, que han registrado
un verdadero boom: entre 1992 y 1994 habrían crecido de US$
2.048 millones a US$ 2.698 millones. Para 1995, según las
proyecciones de tipo de cambio real y crecimiento económico,
se espera que lleguen a U$ 3.022 millones, que significa una
tasa de crecimietno aún alta del 12%, pero menor a la
registrada en 1994.

Este aumento se explica por un incremento en las importaciones
de bienes de consumo, que han crecido de US$ 333 millones en
1992 a US$ 702 millones en 1994. Se calcula que llegarán a US$
790 millones en 1995. La mejor medida no econónomica del
fenómeno son los anuncios que aparecen en la prensa: "Tour de
compras a Miami" o "Viaje y compre en Panamá" y, más
recientemente, "Pedidos de EE.UU. a domicilio en 48 horas".

Entre los productos que se ofrecen están carnes de Omaha,
pollos de Texas, leche de Vermont, jugos de Florida y hasta
papas de Idaho!

Las importaciones de bienes de capital también han empezado a
crecer. Ello responde al inicio de la reactivación del
crecimiento económico y d Ios programas de inversión en cl
área de hidrocarburos.

Por otra parte, las exportaciones ecuatorianas, a pesar de
haber sido insuficientcs para compensar la extraordinaria
expansión de las importaciones, han tenido un crecimiento
importante. En efecto, las ventas externas totales habrían
llegado en 1994 a US$ 3.182 millones, un nivel 9,6% mayor al
registrado el año pasado. Es importante destacar el
comportamiento de las exportaciones no petroleras, que han
crecido en 13,9%, y entre ellas, las no tradicionales, en
15,4%.

Para 1995, se espera que la tendencia de crecimiento moderado
de las exportaciones se mantenga con un crecimiento de 7,7%,
lo que las ubicaría en US$ 3.426 millones, de los cuales US$
2.012 millones serían de las no petroleras.

EL PESO DE LA DEUDA

El deterioro del saldo comercial se produce en circunstancias
en las que el país debe empezar a destinar una significativa
cantidad de recursos para el servicio de la deuda externa
comercial bancaria. El próximo año, el golpe para el país será
doble: por una parte, debe empezar a hacer dichos pagos; y,
por otra, tiene que hacerlos cuando la tasa de interés
internacional ha subido 2,5 puntos porcentuales.

Para 1995, de mantenerse la tasa prime en un promedio del 9%
(actualmente ya es del 8,5%), se espera que el país deba
destinar US$ 900 millones para el pago de la deuda externa
total (pública y privada). Ello equivale al 5,2% del PIB y al
26,3% de las exportaciones totales. De ellos, el servicio de
la deuda comercial bancaria ascendería a US$ 264 millones.
(Esta cifra es mayor que la presentada en números anteriores
de GESTION, por el incremento reciente de la tasa de interés).

Como se ha analizado con anterioridad, uno de los problemas
que amenaza al país a partir del año 2001, es el saldo abrupto
en el servicio de la deuda externa. Adicionalmente, otro de
los riesgos potenciales es una alza mayor e inesperada en la
tasa de interés internacional, pues dos tercios de la deuda
externa son flotantes y, en consecuencia, vulnerables a la
volatilidad de esta variable. Ello requiere medidas urgentes
de ingeniería financiera para reducir el stock de deuda y para
eliminar su vulnerabilidad frente a inesperadas alzas en la
tasa de interés.

¿COMO SE FINANCIA?

El déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos no es
necesariamente un problema macroeconómico. Todo depende de
cuál sea el origen y cuál la forma de financiar ese déficit.

Si el origen del aumento de la demanda es la expansión de la
demanda vía aumento del gasto público, y si la manera de
financiar el déficit externo es consumiendo las reservas
externas o endeudándose en el corto plazo de manera creciente,
entonces este esquema es claramente insostenible y suele
terminar en agudas crisis de balanza de pagos.

Si el origen del aumento de la demanda es la expansión del
consumo privado, y la forma de financiar el bache externo es a
través de inversión extranjera directa o flujos de capital de
largo plazo, entonces esta situación es manejable.

En el caso ecuatoriano, la forma de financiar el déficit en
cuenta corriente ha sido a través de flujos de corto plazo y
mayor endeudamiento, tanto público como privado. En 1994,
habrían ingresado US$ 300 millones en flujos de corto plazo,
mientras que la deuda externa pública y privada habrían
crecido cn US$ 80 millones y US$ 375 millones,
respectivamente.

El agresivo endeudamiento externo público es otra variable que
preocupa, pues el país aún no debe olvidar la trágica
experiencia de los años ochentas.

Para 1995, no se prevén mayores cambios en la economía
mundial, por lo que este esquema de financiamiento se ve
viable para los próximos años. Sin embargo, la interrogante es
su viabilidad en el mediano plazo. Al parecer, existen serias
dudas al respecto, por lo que los esfuerzos del país deben ir
en tres sentidos: en primer lugar, fortalecer su balance
comercial mediante una estrategia más activa de apoyo a las
exportaciones.

Esto implica mantener políticas que eviten la apreciación real
del tipo de cambio. En segundo lugar, reducir el peso negativo
de la balanza de servicios. Allí merecen atención las medidas
para reducir el stock de deuda y también otras que incrementen
los ingresos por servicios prestados por el Ecuador,
principalmente el turismo.

Finalmente, un tercer esfuerzo tiene quc ver con la
sustitución del actual financiamiento por fuentes más
legítimas y duraderas, como la inversión extranjera.

BALANZA DE PAGOS
(EN MILLONES DE DOLARES)


* *
1992 1993 994(e) 1995(e) %94/95 %95/94

SALDO EN CUENTA CORRIENTE 10 -360 -546 -889

(como % del PIB) 0,1% -2,5% -3,4% -5,2%

BALANZA COMERCIAL 960 578 484 405 -16,3% -16,4%

Exportaciones 3.008 2.903 3.182 3.426 9,6% 7,7%

Petróleo y Derivados 1.337 1.254 1.304 1.415 4.0% 8.5%

Otros 1.671 1.650 1.878 2.012 13.9% 7.1%

Importaciones -2:048 -2.325 -2.698 -3.022 16,0% 12,0%

Bienes de consumo -333 -501 -702 -790 40.2% 12,5%

Materias primas
(incluye combustibles) -889 -881 -995 -1.096 12,9% 10,2%

Bienes de capital -754 -841 -1.001 -1.136 19,0% 13,5%

Ajustes por balanza de
pagos (1) -72 -102 0 0

BALANZA DE SERVICIOS
Y RENTA -1.070 -1.068 -1.170 -1.444 9,6% 23,4%

Servicios prestados 652 680 680 690

Servicios recibidos -1.722 -1.748 -1.850 -2.134

Intereses de la deuda
externa -686 -643 -750 -900

Transferencias 120 130 140 150 7,7% 7,1%

CUENTA DE CAPITALES 12 832 898 1.139 8,0% 26,9%

Inversión Directa 95 115 150 250

Deuda Externa Pública -226 -48 80 150

Deuda Externa Privada 105 348 375 475

Otros capitales(2) 209 -47 -7 -36

Flujo de capital de
corto plazo -171 464 300 300

VARIACION DE LA
RESERVA MONETARIA (3) -22 -472 -352 -25

PIB (en millones de US) 12.900 14.200 16.300 17.15


* Tasa de crecimiento
(1) Ajustes que realiza el Banco Central del Ecuador
(2) incluye errores y omisiones
(3) Signo negativo significa aumento de la reserva

Fuente: BCE. Estimaciones (MULTIPLICA)


LEVE BAJA DE INFLACION EN 1995

Si en el Ecuador el sueldo de la Presidenta de la Junta
Monetaria estuviese en función del cumplimiento de la meta
de inflación -tal como sucede en Nueva Zelandia-, Ana Lucía
Armijos se habría quedado sin plata para Navidad. En efecto,
la meta del 20% que fue anunciada hace un año por el
Gobierno no ha podido ser cumplida, y parece que cerrará el
año en niveles de alrededor del 25%, tal como lo había
previsto esta revista en números anteriores.

Pese a los paquetes económicos y el sacrificio de la sociedad,
la economía no termina de estabilizarse. El Ecuador sigue
sufriendo la cuarta inflación más alta entre los países de
América Latina; solamente nos ganan Brasil, Uruguay y Venezuela,
Brasil pronto nos dejará con la medalla de bronce, si Cardoso y
su Plan Real se consolidan.

Es difícil encontrar una sola razón que explique por qué no se
consiguió el resultado económico esperado; normalmente, es una
combinación de varias. La posición fiscal -si bien habría alcanzado
la meta del déficit del 0,5% del PIB- muestra una serie de
debilidades. Mantener el balance fiscal ha requerido continuos
ajustes e incrementos en los precios de bienes y servicios públicos.
Ello no sólo ocasiona saltos en el nivel de precios
(y protestas populares), sino que proyecta la percepción de que
el equilibrio fiscal es frágil y que podrá virarse drásticamente
en cualquier momento.

Por otra parte, el programa macroeconómico contempló una agresiva
expansión de los agregados monetarios y el crédito disponible, que
al parecer no fue consistente con el objetivo de bajar la inflación.
El analista Luis Jácome anotaba esta contradicción en un número
anterior de GESTION. Para contrarrestar el crecimiento de la
demanda interna ocasionado por la expansión del crédito, se habría
requerido una posición fiscal inclusive más restrictiva, factor
que estuvo lejos de cumplirse.

¿QUE SE ESPERA PARA 1995?

Si bien no se cumplió la meta de inflación, es importante reconocer
que el resultado alcanzado es positivo, pues ha descendido del 31%
en diciembre de 1993, al 25% a fines de 1994; para marzo de 1995,
muy probablemente esté cerca del 20%. Sin embargo, a partir de
entonces la inflación se estancaría en alrededor de ese nivel, y
terminaría a diciembre del próximo año con una tasa anual del 18,7%
(con una banda de confianza de entre 15,9 y 21,5%).

Las razones por las que no se produce un mayor descenso en la
inflación son las mismas que evitaron el cumplimiento de la meta
en 1994: percepción de fragilidad fiscal y expansión acelerada del
crédito y de la demanda interna. Adicionalmente, el próximo es un
año pre-electoral, y el Gobierno podría sucumbir a la tentación de
expandir el gasto público, y emprender políticas populistas que
intenten compensar la ausencia de políticas sociales y redistributivas.
Las autoridades deberán dar muestras definitivas de que ello no
sucederá, si quieren mantener su credibilidad entre el público.

SE CUMPLEN METAS FISCALES

La meta fiscal contemplada en el programa macroeconómico para
1994 se habría cumplido al alcanzar un déficit consolidado del
sector público no financiero de 0,5% del PIB. El resultado es,
sin duda, positivo desde el punto de vista cualitativo, pues
muestra que durante este año las finanzas públicas estuvieron
relativamente equilibradas.

Sin embargo, el análisis de la composición del ajuste fiscal
muestra que cualitativamente el esfuerzo ha sido bastante pobre,
y pone dudas sobre su sostenibilidad en el mediano plazo. No se
han producido transformaciones que garanticen fuentes de ingreso
estable, como la optimización del sistema de recaudación tributaria.

En efecto, de acuerdo con nuestras estimaciones basadas en
resultados preliminares, los ingresos públicos como porcentaje del
PIB no habrían aumentado; al contrario, inclusive habrían sido
ligeramente inferiores a los alcanzados en 1993, que ya fueron
considerados bajos. La participación de los ingresos no petroleros,
que debería responder positivamente a un exitoso proceso de reforma
tributaria, desafortunadamente, habría retrocedido.

Por otra parte, se observa que no existe mayor esfuerzo en el
control del gasto público corriente, pues se ha mantenido en
los mismos niveles del ano anterior, mientras que los gastos de
capital han descendido. En otras palabras, ha sido la
inversión pública la que ha cargado con el peso del ajuste fiscal.

Los gastos previstos para 1995 podrían alcanzar niveles superiores
a los que se observen en 1994, debido principalmente a la
recuperación de la inversión pública en proyectos impostergables,
como el mantenimiento del parque térmico de generación de
energía. Sin embargo, el programa económico habría reducido el
plan original de inversiones en este y otros proyectos, para
limitarlos a un total del 7,6% del PIB.

La meta fiscal para el programa de 1995 contempla un superávit
de 0,5% del PIB. Ello incluiría alrededor de US$ 100 millones
para el proceso de compra de renuncias, una cifra muy parecida
a la registrada en este año; pero no incluye los desembolsos
extraordinarios para el programa de reestructuración de la
deuda externa, que ascenderían a US$ 310 millones para el
colateral de principal, y US$ 170 millones para el colateral
de intereses.

Los cálculos expuestos -que incluyen medidas como el incremento
del precio del diesel y la racionalización de inversiones-
arrojan un superávit del 0,2% del PIB. Para hacerlo, el Gobierno
tendrá que mantener su actual política de fijación de precios
de los combustibles, con lo cual la gasolina terminaría el año
con un precio ligeramente superior a los S/.3.000 por galón.
El precio promedio subiría de S/. 2.627 en 1994, a S/. 2.943
en 1995.

De todos modos, el resultado fiscal aún estaría 0,3% lejos del
superávit del 0,5%, que es la meta para 1995. Si a ello agregamos
los costos de las medidas compensatorias al sector transportista,
camaronero, pesquero y bananero -aún no conocidas cuando este
artículo fue redactado-, y el efecto del reciente incremento de
las tasas de interés internacional, nos daría una diferencia o
bache fiscal de 0,6% del PIB. Este tendría que ser cubierto por
nuevas medidas económicas en el transcurso del próximo año, que
incluirían el alza en el precio del gas, o una reducción en
el nivel de gastos.


RESULTADOS DEL SECTOR PUBLICO NO FINANCIERO
(como porcentaje del pib)

1993 1994(e) 1995(e)

INGRESOS 24,9 24,8 25,5
No petroleros 12,6 12,3 12,1
-IVA 3,5 3,5 3,5
-Renta 1,5 1,7 1,5
-ICE 1,1 1,1 1,1
-Arancelarios 2,0 2,2 2,2
-Otros 4,4 5,0 3,8
Petroleros (1) 7,9 7,5 8,6
Otros 4,4 5,0 4,8
GASTOS 26,1 25,4 25,3
Corrientes 18,5 18,2 17,7
-Sueldos y salarios 7,1 7,1 6,7
-Intereses 5,6 5,2 5,0
-Otros 5,8 5,9 6,0
Capital (2) 7,6 7,2 7,6
RESULTADO GLOBAL -1,2 -0,6 0,2
Meta 1995 0,5
Bache fiscal -0,3
Aumento tasas de interés -0,2
Medidas compensatorias -0,1
Total por ajustar -0,6

(1) Incluye el efecto del incremento del diesel, pero no del gas
(2) Incluye una reducción en el programa de inversiones original
(e) Estimado

* Texto tomado de: (REVISTA GESTION (N§6) (Pag. 10-16))
EXPLORED
en Ciudad N/D

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