Quito. 12 mar 2001. ¿La misión del Banco Mundial (BM) de bajar la
pobreza se está cumpliendo en Ecuador? Hay políticas cada vez más
duras.

Hemos tenido éxito en unos países, aunque no en todos. En Ecuador
el Banco trabaja muchos años y seguimos con mucha pobreza y falta
de servicios públicos, educación, salud...

La pobreza más bien creció...

Sí, y esa es nuestra preocupación. Por la crisis, muchos recursos
estatales se priorizaron, fueron al sistema financiero. Pronto
debemos parar la crisis y empezar una etapa de crecimiento, con
empleo y oportunidades. Y esto no se puede empezar sino limpiamos
la cartera de la AGD y de los bancos.

¿Bajo qué políticas, si antes y después de la dolarización la
inflación es bastante alta y se han dado problemas de corrupción,
manejos indisciplinados, etc.?

Siempre fue previsto en los programas del Banco Mundial y el Fondo
Monetario que, no obstante la dolarización, el país sufrirá dos
años de fuerte inflación por la caída de la economía en años
anteriores. Es un reajuste. En Argentina la inflación fue de 70
por ciento el primer año de convertibilidad, 40 por ciento del
segundo y deflacionario del 10 por ciento el tercero. Aquí se
prevé ese perfil.

Pero el costo mayor lo lleva la población más pobre.

Sí. Con la devaluación del sucre, lo que pasó con la capacidad de
compra de los pobres fue tremendo. Con dolarización va a ser más
difícil que esto pase. En el pasado el ingreso de un trabajador
podía ser erosionado 30 por ciento en un mes, como en 1999. Ahora,
va a existir presión para la búsqueda de competitividad.

No todas las empresas se ven dispuestas o están en capacidad de
invertir y mejorar. ¿Qué políticas inmediatas abren el camino a
una mayor competitividad?

La crisis dejó a miles de pequeñas, medianas y grandes empresas
con incapacidad de pagar deudas, y si las pagan, no pueden
incrementar su productividad. Allí hay que limpiar la cartera,
separando las empresas y personas que tenían negocios rentables y
que son incapaces de pagar por la crisis. A ellas tenemos que
darles opción a nuevos créditos y a crecer otra vez.

Las que estuvieron mal antes de la crisis y han sobrevivido por
contactos con banqueros, políticos o pasaban desapercibidas, si no
muestran garantías, inversión o disposición a pagar tienen que
liquidarse. Por coactiva o vía judicial se liberarán los capitales
de los empresarios y esa capacidad será para nuevas empresas
privadas.

Hay dificultad de recuperar la cartera por temas políticos o
judiciales y no se ve una salida inmediata, especialmente, en
bancos estatales. ¿Cómo lograrlo?

Ecuador no ha tomado la decisión de competir en un mundo
globalizado, donde la meta uno es la competitividad. No simplifica
procesos administrativos y judiciales para facilitar negocios y
cobros. El crédito se da solo si hay facilidad de cobro, sin un
sistema ágil por vía ejecutiva, a través de coactiva, de una ley
de banca rota moderna, se pagan altas tasas de interés y el
sistema sufre altas pérdidas. Quienes se quejan de altos intereses
deben ver que pagan una porción de la ineficiencia del sistema
productivo y jurídico-administrativo.

El Gobierno dio garantía absoluta de depósitos y éstos pueden ser
pagados con la recuperación de cartera. Impuestos más altos o
menos servicios no son ideas atractivas, entonces hay que cobrar.

¿La AGD es la primera opción?

Si los bancos AGD no cobran no hay incentivo para otros deudores.
Hay impunidad por miedo. Empleados de la AGD y la Superintendencia
de Bancos, bien intencionados, que trabajan largas horas, reciben
amenazas de muerte o de todo tipo y siguen tratando de recuperar
la cartera. Es increíble el tiempo que se habla del pasado en
Ecuador. En los últimos días dije a empresarios grandes y
pequeños: estoy enterado de lo que pasó, ¿por qué no nos
concentramos en ver soluciones?

¿El estímulo debe ser estatal o del mismo sector privado para
cumplir con sus obligaciones y contribuir a la estabilidad?

Hay empresas con 50, 100, 200, 500 empleados, donde el dueño
entregó sus bienes, invirtió todo su capital, no tiene más que dar
y aún busca salidas. Muchos, en el sector agropecuario, de
pequeñas y medianas empresas, no son escuchados. Van a la banca
del Estado y les dicen: no tengo sus papeles ni la capacidad de
decidir ni permiso para negociar. Hay una parálisis. Ellos
necesitan rapidez.

¿Ha visto en el Gobierno la voluntad política para ello?

Trabajo en el tema desde el 99. Al comienzo en el Congreso hubo
muchos proyectos de ley con dedicatoria. El Presidente y su actual
equipo han demostrado voluntad, entendimiento y convicción que hay
que terminar la crisis económica y crecer. Estoy convencido que
gozo del apoyo en este programa.

Hay concentración de deudores, reflejo del manejo político.
¿Cuánto afectan los económicamente más poderosos al manejo de la
economía y las leyes?

Los deudores de más de 50 mil dólares son un poco más de 8 mil. De
esos, solo unos 2 300 tienen préstamos D y E (alto riesgo) y de
ellos, poco más de 120 están sobre 1 millón de dólares. Es un
grupo pequeño, tenemos que buscar el entendimiento. El 23 de abril
es la fecha límite para demostrar voluntad de arreglo. Si no, el
Gobierno se comprometió a aplicar todas las medidas de ley,
incluso la coactiva inmediata. Después de esa fecha ya no merecen
plazo. Hay que recuperar sus bienes o quitar educación a 100
niños, servicios de salud a mil ciudadanos. Es el mismo precio, si
no recuperamos, alguien lo pagará. El público debe tenerlo claro.

¿Cuántos hay sobre el millón?

527. La cartera total es 3 800 millones de dólares, 3 200
corresponden a deudores con más de 50 mil dólares. De estos, un
poco más de 30 por ciento está vencido (es D y E) Un 14 por ciento
en la banca privada y un 45 por ciento en la banca cerrada del
Estado. Si miramos la cartera vencida de Filanbanco y Pacífico el
año pasado, estaba con un 40 por ciento. Cuando hubo rumores de
posibles problemas, los morosos la subieron a 60 ó 70 por ciento.
Allí no se trata de personas sin capacidad de pago, sino que si el
banco va a la AGD ya no pagarán.

¿Qué monto tienen esos 527?

Un 62 por ciento de la cartera total. Estamos hablando de 2 350
millones concentrados allí.

En ese contexto de dificultades ¿cuál es el papel del Estado?
Estado, Gobierno y Congreso deben fijar metas y buscar los
recursos para ellas. De poco vale discutir tasas y detalles de las
leyes si no se conectan con objetivos finales. Todos somos el
Estado. Debemos mostrar responsabilidad en elecciones, etc.
Actualmente el ecuatoriano confía poco en sus líderes. Para
personas del exterior nos es difícil de entenderlo. Esas personas
fueron electas por los mismos indios. Los que están criticando
fueron los mismos que eligieron en primera instancia.

¿Y del sector empresarial?

Antes fue muy subsidiado. Se requiere más transparencia para
invertir con confianza. Hoy hay poca inversión en acciones en la
bolsa. Pocos creen que esa inversión va a dar beneficios. La
empresa debe garantizar la protección del patrimonio y a la vez
aceptar responsabilidades. En la crisis financiera los mismos
accionistas de bancos cerrados culparon a la Superintendencia.
Pero ellos tenían que supervisar también su funcionamiento. (Texto
tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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